Restaurante Alejandro del Toro en Valencia
Restaurante Alejandro del Toro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
22,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos noche y Lunes todo el día
Nota de cata PRECIO MEDIO:
48 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.9
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.6
Chocolates y Frambuesa
Bacalao Asado con Titaina de Centolla y Cocochas
Ravioli de Gamba y Acelga
Arroz meloso de Carabineros
Mini hamburguesas de rabo de toro
Buñuelos de camarón con mermelada de tomate y all i oli
leche merengada, horchata y farton
meloso de carabineros
mini hamburguesa de rabo de toro
Chocolate dessert
Rice with mushrooms and langoustines
Prawns and avocado
con su piel crujiente
carro infusiones naturales
bandeja de aceites
Timbal de setas de temporada con huevo a baja temperatura y jamón ibérico
Royal de alcachofa de Benicarló con tempura de ostra y jamón de bellota
Opiniones de Alejandro del Toro
OPINIONES
93

Nueva visita para pobrar el Menú de Otoño 2011 recientemente introducido en sus propuestas. Menú de 35 euros, por lo que la propuesta es muy competitiva.

Esta vez, el menú finaliza con un gin tonic de Hendricks, que tiene la característica de que en su elaboración se le añade pulpa de pepino y, seguramente por ese motivo, varios de los platos ideados para este menú llevaban el componente del pepino en distintas elaboraciones.

Comenzamos tomandos un par de martinis blancos secos para acompañar en primer entrante, consistente en royal de alcachofa de Benicarló con tempura de ostra y jamón de bellota. Sabroso inicio del menú.

A continuación unos canelones de rabo de toro con boletus edulis. Una combinación elegante y con una textura acertada.

El tercer entrante era un timbal de setas de temporada con calabaza y huevo a baja temperatura y jamón ibérico. Aunque esté muy de moda el huevo a baja temperatura en muchos restaurantes, más de un cocinero debería tomar nota de este plato, pues resultó una sencilla y excelente composición.

Como platos principales, habían 2 propuestas a elegir: pescado o carne, pero preferimos tomar las 2 y así poder probar todos los platos.

El pescado era una dorada salvaje con pisto al pepino y calamar de playa. En su punto y con el aporte del pepino le daba una nota de sabor distinta.

Después tomamos el lomo alto de vaca con trompetillas de la muerte y orejones. Producto de primera y con una elaboración sencilla.

El postre consistió en "agua de valencia con pétalos de rosa y pepino dulce", un helado que dió un broche final refrescante

Y a continuación, cafés y un gin tonic de ginebra Hendricks con tónica Schweppes, para rematar la cena.

La experiencia, como en otras ocasiones, fue muy positiva, pues no sólo la cocina en manos de Alejandro, sino también la atención de todo el equipo de sala, fue en todo momento excelente

  • Timbal de setas de temporada con huevo a baja temperatura y jamón ibérico

    Timbal de setas de temporada con huevo a baja temperatura y jamón ibérico

  • Royal de alcachofa de Benicarló con tempura de ostra y jamón de bellota

    Royal de alcachofa de Benicarló con tempura de ostra y jamón de bellota

Nueva visita a Alejandro del Toro para probar el nuevo menú de terraza, bajo el sobrenombre de "Gin-tapas", anunciado en Facebook y que incluía además un GinTonic.
El menú pintaba bien sobre el papel. Parecía que después de el último comentario de Kurtko, podían haber hecho alguna rectificación y haber mejorado la impresión general del menú de tapas y del servicio en la terraza. En efecto, fué así.
La terraza es agradable. Está montada en una zona tranquila y en la que no pasa mucha gente. El problema son los mosquitos, que te acaban comiendo a picotazos. Por cierto, ¿por qué algunas mesas tenían la vela de decoración encendida y otras no?
El menú estaba formado por:
-Timbal de Gilda (anchoa, boquerón y pimientos). Interpretación de la banderilla clásica. Muy bien
-Tartar de atún de la almadraba con crispi de maíz. Excelente
-Tartar de salmón y aguacate. Demasiado aguacate. No se notaba casi el sabor del salmón
-Crujientes de salmón con sopa de queso. Muy buenos
-Mini Mac-Foïe 2002. Bien. Dos unidades por persona
Y de plato principal (aquí hay cambio de platos y cubiertos)
-Chuletón de buey trinchado con tartar de patata y trufa de verano. Buena materia prima y ración abundante. A uno de los comensales les pareció poco hecha la carne y se solucionó perfectamente
El postre
-Nuestro Drácula 2000. Compuesto principalmente por helado de fresa, crema de vainilla y gelatina de coca-cola. No estaba mal, aunque demasiada gelatina.
El menú incluía el pan (de queso), el café solo (no incluye el cortado, ni infusión) y el agua, además de un Gin Tonic con ginebra
Hendricks y Schweppes, no demasiado bien elaborado ya que se servió con los hielos algo derretidos (dejando agua en la base), además de no estar equilibrado para mi gusto.
Otro detalle a mejorar es el ¿inevitable? tiempo de espera a la hora de traer la cuenta, cosa en mi opinión prioritaria en los restaurantes y que en la mayoría de ellos, pasan completamente.
Precio final 29€ por persona

De que forma se te puede caer el mito de unos de los grandes de Valencia. Mis última visitas a Alejandro del Toro habían sido más que satisfactorias, solía pedir el menú económico con tres entradas al centro y plato principal con una relación calidad-precio excelente, todos los platos con un nivel de elaboración y calidad excepcional, un menú que había recomendado en varias ocasiones a amigos. Pero se ve que esa forma de trabajar no les sale rentable e intentar sacar de donde sea.

Fuímos a cenar a probar el nuevo menú de verano en la terraza por 29 euros compuesto por 3 entrantes, plato principal, pan y postre (por contra del que se sirve por 35 euros dentro y que incluye una copa de vino), al reservar me dijeron que era lo mismo pero con un servicio más informal, sin problema.

Nos sentamos en la terraza, manteles de papel, mesa que cojeaba y sillas de bar, pero con servicio de vino¿? en el que tuve que pedir 3 veces que me llenaran la copa. ¿No era servicio informal? ¡pues déjame la botella de vino que me la sirvo yo y no tengo que estar pendiente!

Pedimos el menú sin preguntar que llevaba, siempre lo hago, me gusta que me sorprendan, me esperaba algo parecido a lo de siempre pero servido en terraza.

Nos llega un plateron de clochinas a rebosar, con su concha, con su trozo de limón, estuve a punto de decir que se habían equivocado, que eso era para el bar de al lado, pero me giré y el resto de mesas tenían lo mismo. No sé, pero para eso no voy a Alejandro del Toro, la verdad.

Segunda tapa, patatas bravas. Pocos comentarios al respecto... sólo que lo único que tenían de especial es que estaban cortadas en cubos grandes...

Tercera tapa, la única que se salvó, un correcto tartar de atun y aguacate. Algo es algo.

Llega el plato fuerte, yo pedí carne y mi acompañante pescado. Nos ponen el plato en la mesa sin decir nada, ni que era, ni que llevaba, ni nada, y al preguntar a la camarera que era me responde sin titubear: "es carne y pescado", buenísimo. Después de responderle que hasta ahí llegaba y que me dijera algo más me responde: "cochinillo y merluza", pruebo la merluza y digo, que merluza más rara que me sabe a rape, al rato sale la camarera diciendo que era rape, bueno es que era informal el servicio.

Postre que ni recuerdo porque ya tenía ganas de irme de allí.

Pedimos la cuenta y nos llega el cargo del pan, ¿pero no iba incluído? ¿me la quereis clavar a ver si cuela?

En fin, que no cuenten conmigo.

Restaurante para nosotros solos, un viernes noche, una mesa de 8 personas y una comida para 4 como mucho... vale que soy de una tierra donde nos gusta comer, pero también comer bien, y la verdad es que, estando todo muy bueno, la relación calidad precio RCP ha de ajustarse también a unas cantidades que no sean ridículas sobre todo por el castañazo que te ponen meten en la cuenta (lo sabíamos,lo que no sabíamos es que nos íbamos a ir con tanta hambre).

Cómo no va a estar vacío el restaurante? Que no todo vale ya, que por el mismo coste puedes llenar un poco más el plato y eso no te va a quitar exclusividad alguna, porque la verdad es que ralla la ridiculez.

Resumen: nos equivocamos, mucho debería cambiar, no para que volvamos, sino para que llene el restaurante, porque además cenar así de solitos, un fin de semana, es triste.

El local estaba casi vacío, ya que de momento poca gente sabe que el restaurante está abierto los domingos y ofrecen también este menú.
Dicho menú esta compuesto por 3 entrantes al centro, un arroz y un postre, además incluye una copa de vino y el café a 25€
Comimos una crema de patata y ajo con huevo a baja temperatura y pulpo; un tartar de aguacate, foie y salmón y unos muslitos de codorniz con escalibada. Los estrantes muy bien resueltos, pero sin llegar a deslumbrar. Tampoco es el objetivo de este menú.
Muy bueno el arroz de sepia con esparragos y también el postre de chocolate en texturas, aunque he comido decenas de postres parecidos a este.
El servicio del vino a cargo de Janeth, excelente, demostrando lo gran profesional que es.
A destacar también el servicio de hasta 6 variedades de pan con los ya famosos aceites de sabores y el carro de infusiones con una preparación que incluye incluso un cronómetro para controlar el tiempo.
No hay cambio de plato, ni de cubiertos entre las entradas, por lo que tuvimos que servirnos el tercer entrante con los platos manchados.
Ojo, el menú incluye el café (no especifica que es café solo), por lo que no incluye ni el cortado, ni las infusiones, cosa que no acabé de entender.

Como ya había comentado a Alejandro, este viernes volvía a visitarles. Esta vez con un grupo de amigos amantes de la buena mesa y miembros de un club gastronómico (del que me precio en participar) que, con cualquier excusa, se reunen alrededor de un mantel y una buena botella de vino, ávidos de probar nuevas viandas.

Como siempre Janeth, con su amabilidad habitual, logró que durante la comida se integraran en el ambiente del restaurante y que la velada fuera muy placentera.

La propuesta de Alejandro para el mediodía de esta semana comenzó con una sopa de lentejas de puy con huevo a baja temperatura y jamón de bellota (tres ingredientes sencillos, que conjuntaron perfectamente. Gracias, Alejandro por platos como éste).

Le siguió un segundo entrante de tartar de aguacate, foie y salmón: Delicioso, pleno de sabor y frescura.

El tercer entrante fueron unos tomates enteros, pelados y rellenos de brandada de bacalao, con una infusión de sardina al limónn: Un plato aparentemente sencillo, con un resultado final excelente.

El principal consistió en un arroz meloso de carabineros con ajos tiernos y calamar de playa: Estuvimos a punto de asaltar la cocina en busca de la receta, pues era una auténtica delicia.

Y, como no podía ser de otra forma, el postre que tenía reservado Alejandro para las comidas de esta semana era su postre marca de la casa: Su NOCILLA. Un excelente final de chocolate para una propuesta de elevado nivel de la cocina de Alejandro.

El maridaje corrió a cargo de Janeth, quien nos propuso para este menú un ÁSTER crianza, Ribera del Duero, con uva variedad tinta del país. Color picota, limpio y vivo; intenso en nariz, con recuerdos a canela y frutas maduras; y potente y equilibrado en boca. En los postres, y a propuesta de Dani, uno de los comensales, le pedimos un BASSUS dulce rossé, de Bodegas Hispano-Suizas (D.O. Utiel Requena), uva variedad pinot noir: un vino dulce con personalidad. Y dado que teníamos con nosotros a Janeth, no nos pudimos reprimir y le pedimos que nos hiciera una cata profesional del mismo: Color rosado con reflejos cobrizos; en nariz, una vez oxigenado (le costó abrirse) tonos florales con notas de frutos rojos, mermelada; y en boca denso y consistente, con notas de clavo, fruta roja y lácteos, con un dulzor equilibrado y buen recorrido.

Quienes aún no conozcan la cocina de Alejandro y la atención de Janeth, sólo puedo decirles que no saben lo que se están perdiendo. Cualquier día será siempe propicio para conocer a este gran cocinero.

Menú comida en Semana de Cuina Oberta: 20€ (+iva) sin bebidas

Cena ensemana de CUINA OBERTA

No sé por qué aún sigo sorprendiendome, conociendo como conozco la cocina de Alejandro, pero la cena de esta noche tiene 4 "E" enormes como una casa: E X C E L E N T E.

Podría hablar de materia prima, cocina, elaboración, combinación de sabores, preparación de platos, presentación, etc. etc...; podría continuar alabando la atención exquisita de su esposa, Janeth, en sala (siempre profesional y perfeccionista); pero mejor, para quien aún no lo conozca, no hay nada como ir a su casa dispuesto a permitir que te inunde de sus creaciones culinarias y siga demostrando que, aún a pesar de la injusticia del "robo" de la estrella Michelín, el equipo de Alejandro sigue siendo un referente de la cocina en Valencia.

Como viene siendo habitual, hemos comenzado la noche con un Martini rojo y otro blanco seco. Pero aquí ya empiezan las diferencias: la preparación, como siempre del equipo de Alejandro: ante la mesa, durante no menos de 5 minutos, con su ritual de enfriado de copas con agua de Jean Paul Gaultier, su emulsión con corteza de naranja o limón, según el tipo de Martini..., un ejemplo de coctelería profesional.

El menú propuesto para las noches de Cuina Oberta ha comenzado con:

- Ajo arriero de corvina con huevas de arenque ahumado: Singular
- Tartar de atún con crujiente de maíz salado: Exquisito
- Meloso de buey con cremoso de patata y galiano: Potente y pleno

Los platos principales consistían en:

- Balacalo Skrei con infusión de queso de la Sierra de Espadán: Fresco, sabroso y completo
- Carrillada de buey confitada, con setas de temporada y manzana al horno: Cocinado durante horas - sólo apoyando el cubierto, se deshacía la carne-.

Y de postre: Frutos rojos con sorbete de yogur griego y cristal de naranja: un espectáculo de sensaciones.

El maridaje, esta vez, ha corrido a cargo de Janeth, quien nos ha insistido en que probemos un blanco valenciano no habitual en mís lecciones: CATAMARÁN (D.O. Utiel Requena), con uva verdejo y viura. Un vino equilibrado, con aroma a miel y albaricoque maduro, redondo en boca, con buena acidez y final cítrico seco, y con un precio muy comedido (22 €).

Después de la cena, hemos estado en la cocina, charlando con Alejandro, quien conociendo que el viernes al mediodía vuelvo con un grupo de amigos de un club gastronómico, se ha ofrecido cortesmente para cualquier sugerencia.

Ojala, las estrellas Michelín no sean en la próxima edición tan injustas, porque necesitamos seguir contando en la cocina valenciana con genios como Alejandro entre pucheros y profesionales como Janeth en sala.

Precio del menú: 30€(+iva)sin bebidas

Aprovechado la iniciativa Valencia Cuina Oberta 2011, nos acercamos ayer a probar el restaurante de Alejandro de Toro. Mesa para dos para comer.
Llegamos y llamamos a la puerta como si fuera la entrada a una finca, nos reciben muy profesionalmente y nos colocan en mesa. Sillas super-cómodas, y mesa muy bien presentada. Vajilla, cubertería y coperío mucho más que correcto. Decoración moderna y ambiente relajado y ‘casi’ silencioso.
Nos indican si queremos tomar algo antes de empezar y elegimos dos cervezas Cruzcampo Reserva especial, que nos resultaron un poco pesadas, igual les faltaba un pelín de frío.
Empezamos con el menú pero antes nos indican que el servicio de pan cuesta 3.80 €/pax. Lo escogemos. Agradecer que nos indiquen los precios antes de servirnos algo opcional, normalmente en sitios de 'cierto nivel' parece de mal gusto hablar de lo que cuestan las cosas y luego pueden producirse 'sorpresas' nada gratas con las que te llevas un mal sabor de boca.
El servicio de pan consistía en pan de maíz, de centeno y de frutos rojos… que repusieron cuando yo me acabé los míos, todos muy buenos acompañados de una selección de aceites Oleum Vitae (naranja, mango, café de Kenia, horchata y chocolate) que me encantaron, particularmente el de naranja.
Como entrantes, nos sirvieron:
 Crema de lentejas con huevo a baja temperatura, jamón ibérico y cebollino (muy bueno)
 Tomate relleno de brandada de bacalao (bueno)
 Tartar de aguacate, salmón y foie con mostaza de Gijón (muy bueno)
El tomate lo encontré un poco 'soso', es que soy muy salado (o muy soso)… tiempos de espera correctos, cambio de plato y cubiertos después de la crema y trato muy profesional.
Como plato principal, arroz meloso de carabineros y ajos tiernos muy bueno del que tuve la necesidad imperiosa de repetir (siempre el segundo plato de arroz meloso está mejor que el primero). Para beber escogimos vino por copas, mi mujer un blanco de rueda de uva verdejo que nos encantó, pregunté el nombre dos veces pero se me olvidó las dos. Para mí un tinto roble de Chesa, zarcillo de plata 2007, encopado en una Rona preciosa de verdad. La sumellier estuvo toda la comida encantadora, muchas gracias.
De postre, nocilla del 2001. Helado y mousse de chocolate, avellanas sobre una capa de creo leche fría. Muy bueno.
Café del tiempo elaborado por la summellier delante del cliente y manzanilla con lavanda, menta y flores que hasta nos puso el cronómetro para que las 'hierbas' estuvieran en contacto con el agua cuatro minutos exactamente.
A destacar la preparación de las bebidas… hasta para servirte una coca-cola la parafernalia es increíble, el detalle de enfriar el vaso con agua de Jean Paul Gaultier, es incluso excesivo… De todas maneras el trato es muy profesional y no te hace sentir en ningún momento incómodo, como a mí me pasa en algún otro local de esta enjundia.
Un saludo y muchas gracias.

Nueva visita al restaurante para una comida de trabajo. No habia probado aún el menú de medio día de arroz (25 €). El entorno, como siempre, agradable, con mesas bien separadas, buen mantel y servicio atento. Ideal para poder conversar con tranquilidad. Se sirven unos buenos entrantes al centro de la mesa y luego viene como plato principal un arroz, en mi caso uno meloso marinero con un sabor muy contundente. Finalmente, postre y café.

Coincido con el comentario anterior en que el entorno, el servicio y la comida ofrecida por ese precio hace que se pueda hablar de muy buena relación calidad-precio. Para repetir más veces. No pongo el precio porque fui invitado.

Veo pocos comentarios, por lo que creo que Alejandro se merece que nos acordemos de ellos y recordemos una excelente opción que tenemos en Valencia y de recibo compartir.

De nuevo solicité el menú de arroz, mejor que nunca antes. Un huevo a 63º con berberechos, una ostra braseada o una tarta de verduras con navajas y finalmente un arroz con rape, habas y garrofó, casi perfecto.
El postre esta vez algo más normal pero bien.

Los panecillos increíbles de buenos, de hojaldre de pasas, demasiado buenos y el vino perfectamente servido.

Una anécdota,nos sirvieron de entrada un Rioja que me gustó pero que a mi invitado le pareció picado (¿?) ni el más mínimo gesto. Cambio de copas vino nuevo y encantadores.

Se merecen un fuerte aplauso. Por mucho tiempo y yo que lo pueda disfrutar.

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