Restaurante Nerua - Museo Guggenheim en Bilbao
Restaurante Nerua - Museo Guggenheim
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
84,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos noche y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
139 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.6
Comida COMIDA
8.7
Precio medio entorno ENTORNO
8.9
RCP CALIDAD-PRECIO
7.3
Bollo con helado de mantequilla
Alubias Nerua
Mochi de bollo de mantequilla
Merluza frita
Chipirón encebollado
Quisquillas, vainas, melocotón blanco
Cigala, flor de calabacín, ciruela, curry menta
Espárragos, aguacate, rúcula, trigo verde y parmesano
Los artistas
Calamondín
Cordero
bien eleborado el foie
exquisito plato de tomates
el aperitivo de cortezas de bacalao
Opiniones de Nerua - Museo Guggenheim
OPINIONES
57

No cabe ninguna duda que el binomio formado por Nerua y Josean Alija ha ocupado un lugar muy destacado en el panorama gastronómico y de la alta cocina en este país en la última década. Ambos, restaurante y cocinero, han contado con el reconocimiento generalizado de la crítica especializada y, además, con el aplauso cuasi unánime de los colegas del sector, la cual cosa siempre dice mucho de la relevancia de un chef. Es por ello que Nerua ha sido siempre uno de esos sitios que figuraban en el listado imaginario de lugares en los que a uno le gustaría comer al menos una vez en la vida antes que las circunstancias lo impidan.

La ocasión se presentó en el marco del XVII encuentro de un grupo de amigos que nos conocimos a través de la red, que nos hacemos llamar la Peña Los Restauranteros y que justamente en este “veroño” de 2022 cumplimos el décimo aniversario de nuestro primer encuentro. Se decidió en el último “capitulo” de la Peña que tuvo lugar en Almansa que Bilbao sería nuestro próximo destino y, con ello, que los miembros bilbaínos de la asociación se encargarían de organizarlo.

Quienes hayan estado o hayan leído al respecto saben que las instalaciones del restaurante se ubican en el corazón mismo del imponente museo de arte moderno Guggenheim de Bilbao. El entorno, por tanto, es espectacular. Salón amplísimo, con un techo de altura destacable y una decoración minimalista que adentra al comensal en la esencia misma del arte moderno: te gusta o no te gusta, no hay término medio. A mí, particularmente, la sala me gustó. Y mucho.

Cierto es que, de unos años acá, parece ser que Nerua ha cambiado sustancialmente en algunos aspectos. Leemos por ahí que su cocina ha perdido riesgo y finura, que Josean ha renunciado en parte a su instinto más genuino y que ha adoptado un cariz más “comprensible” para el comensal menos entendido. Otros comentan que se ha cansado de buscar su tan ansiada segunda estrella y que ha optado por disfrutar más de una cocina menos compleja y más asequible al público en general. Como no tengo referencias anteriores propias, no puedo asegurar cuánto hay de cierto en todo ello. Me limito a describir nuestra experiencia y a exponer mi valoración particular.

Como no podía ser de otro modo, fuimos a por todas y optamos por el menú degustación que se compuso de:

- Aperitivos: Caldo de alubia blanca y berza; pan de morcilla; Huevo frito; Grillo. Tanto en técnica como en carga sápida me parecieron un tanto flojos dada la categoría del local. Mención específica para “el grillo” que se presenta como pincho emblemático de la capital vizcaína y que, tanto éste como los que degustamos en otros restaurantes, carece de interés gastronómico alguno. A modo de homenaje a la cultura y tradición local, entiendo.

- Parmesano en infusión, con velo de trufa y shiso: Un salto considerable en cuanto a presentación, técnica y resultado. Muy sabroso, agradable en cuanto a textura y con el toque fresco y de contraste que aportan los pedacitos de la hoja de shiso. De lo mejorcito de la velada.

- Alcachofas confitadas, jugo de puerro y aceituna: Me declaro fan incondicional de este vegetal pero, en el caso que hoy nos ocupa, siento decir que no estuvo a la altura de lo esperado. Estaba bueno, pero no para descubrirse.

- Pimiento de Apurtuarte, bacalao y pil pil: Plato de concepción minimalista pero que, a diferencia de su antecesor, sí me gusto. Personalmente, agradecí el punto picante que tiene el plato. Bien.

- Anchoa a la brasa, quinoa guisada y piparras: Aunque personalmente no percibí ese sabor de brasa, el conjunto en sí me gusto mucho. Plato fresco y ligero que, a mi entender, me pareció el más original junto al del parmesano de cuantos configuran el menú degustación.

- Cebolla roja de Zalla, lentejas y castañuela ibérica. Todo hacer pensar que la carne está llamada a ser la protagonista del plato y que los vegetales actúan como guarnición. Mi impresión fue la contraria. La cebolla se yergue como actor principal dejando el resto en un segundo plano ¿Y el resultado? A mí me gustó, como fan de la cebolla que soy.

- Ventresca de bonito, jugo de ruibarbo y espinaca: otro plato de austeridad cuasi espartana pero que cumplió sobradamente con aquello que exijo como mínimo a un plato: sabor, punto de cocción y temperatura. ¿Qué me faltó? Un plato perfectamente ejecutado desde el punto de vista academicista pero con poca chispa y con una presentación muy básica.

- Lomo de ternera, puré de apio nabo y jerez: Nuevamente sorprende la sencillez en la presentación y la optimización de los ingredientes.DE nuevo se antepone el disfrute de lo clásico frente al riesgo de la sorpresa.

- Pastel de whisky, leche, maíz, whisky y chocolate: En la misma línea de sus predecesores. Sencillo, clásico, perfectamente ejecutado… pero sin sorpresa alguna.

De la descripción que he anexionado a cada uno de los platos se deduce fácilmente la valoración general. Cenamos bien, rico en general, equilibrado… Llegamos perfectamente al final del menú y la sensación de haber comido bien fue generalizada. Pero quizá fallaron las expectativas en espera de una cocina más sorprendente, más arriesgada y original. ¡Ojo! La sutileza, delicadeza y minimalismo en los platos perduran como rasgo indiscutible de la cocina de Alija, pero faltó esa chispa y emoción que doy por seguro que muchas de sus creaciones han despertado en quienes han pasado con anterioridad por la sala del Nerua.

De la selección de vinos se encargó el equipo de Nerua. No fue un maridaje al uso pues no hubo un vino para cada uno de los pases sino que alguno de ellos se sirvió acompañando a más de un plato. No vislumbré la figura el sumiller ni hubo explicación alguna de los vinos. Según mi gusto, algunos de los vinos blancos se sirvieron a temperatura un tanto alta, cosa que se solucionó en el segundo rellenado de copas al mantener la botella en el correspondiente enfría vinos.

En cuanto al servicio estuvo correcto: cercano, respetuoso pero con algunos fallos de ejecución como tardar en servir algunas de las bebidas que pedimos como aperitivo al sentarnos a la mesa, retirar alguna copa antes del cambio de vino o servir algún plato sin haber marcado los cubiertos previamente a alguno de los comensales. Nada serio, en verdad, y que, para mí, carece de gravedad, pero que sorprende en un local así y que sí puede generar rifirrafes con algún cliente más exigente.

La pandemia ha sido terrible para todos y la restauración no ha sido una excepción , en especial la alta cocina. Tras más de dos años sin visitar mi restaurante fetiche, vuelvo con incertidumbre y ciertos temores . Encuentro una sombra de lo que Nerua fue. Una cocina que trata de subsistir recordando lo que fue, pero que muestra ya marcadas diferencias.. La perfección , la precisión , elegancia y delicadeza anterior han dado paso a una cocina algo más recia ,de mayor intensidad ,  no tan sutil , más anodina , más ramplona y predecible. Ha cambiado el equipo de cocina , la dirección de la sala, el servicio, casi todo. El inicio y sobre todo el final del menú actual refleja lo que digo. Unas alcachofas con fondo de aceitunas y almendras que ni de lejos se acerca a la limpieza y sutileza de los caldos y bases de antaño. Un fondo no tan nítido, mÁs agresivo, dulce.. Los platos pasan , los fondos, las ideas … se parece a lo de antes pero la diferencia no sólo es cuantitativa , también es cualitativa. Antes del postre , una “ventresca” de cerdo ibérico con un huevo frito. Algo suculento , hasta rico y potente, pero muy alejado de lo que nos gustaba y distinguía a esta cocina Bueno , el reencuentro era inevitable y los malos presagios se hicieron realidad. Sólo me queda desear tiempos mejores y la ilusión de que recupere su esplendor.En mi opinión , fue el mejor.

Si tuviera que describir a Josean Alija con una sola palabra, elegiría sensibilidad. La cocina de Nerua es una cocina compleja de alto riesgo tanto por la potencial percepción del comensal como por el equilibrio necesario para que los platos sean redondos. Josean no transita por el camino sencillo de los ingredientes mal llamados nobles y busca su distinción culinaria en una nitidez gustativa que transportan a ingredientes mal llamado comunes a otra dimensión. De esta forma, toca nuestro lado más sensible con unas alcachofas con puerros o con unas colas de Bruselas en salsa verde.

Dentro del extenso menú, también dedica espacio a sabores que no son desconocidos pero que nunca se han presentado tan elegantes. Los sabores de la memoria y la tradición vasca vestidos de alta costura. Seda para alubias, callos, pochas, repollo a través de un prisma de delicadeza y sutileza. Las mismas características que se aprecian en el resultado final de las tres salsas por antonomasia de la cocina vasca: negra, verde y vizcaína que aparecen representadas de forma magistral en algunas fases del menú. Se trata de mirar hacia atrás con sensibilidad, técnica y respeto.

La insistencia de Josean y Nerua se percibe fundamentalmente en el papel estelar de las salsas como hilos conductores de los platos. Las salsas son nítidas y limpias, de sabor inmaculado. Se percibe que son fruto de dar vueltas y vueltas sobre un concepto, una idea. Detrás de la magia hay técnica y mucho trabajo. Una cocina de precisión en armonías y puntos que apenas muestra debilidades durante un largo menú.

Para el post completo como siempre en http://www.complicidadgastronomica.es/2020/01/nerua/

Comida: 9
Servicio: 9
Entorno: 9,5

RCP: - 

  • Bollo con helado de mantequilla

    Bollo con helado de mantequilla

  • Alubias Nerua

    Alubias Nerua

Otra gran noche en Nerua que  nos permite conocer la cocina de Julien Roger , chef francés instalado en Singapur, en el restaurante Odette, y  que recientemente ha sido elegido por 50 best restaurants, el mejor restaurante de Asía( Obviamente, según ellos). Lo primero que me sorprendió fue su estilo de cocina, en mi opinión, con muchas similitudes con la cocina de Nerua: caldos perfectos, delicadeza, producto nítido y esa búsqueda incansable de la perfección y la pulcritud. El menú a 4 manos fue sobresaliente aunque quizás no brilló tanto como en otras ocasiones. A mi entender dos platos si alcanzaron la excelencia. Uno de Odette, el impresionante foie , abalón , yuzu y shitake. Algo distinto., sorprendente, complejo y sutil. Si no nos hubieran avisado , podríamos haber dicho que era una nueva creación de Nerua. Un plato complejo , de contarste integrados en un caldo limpio y repleto de sabor, prodigioso. Nerua previamente , nos había impresionado con una chalota en manteca, que recordó de lejos  a aquella maravilla de cebolla-bacalao. Una chalota mantecosa, con contrastes ácidos, alcaparrás , caviar...impresionante y tan de Nerua. También me impresionó por su concepto la cigala XXl de Japón con diferentes expresiones del tupinambo y bergamota. Como plato impactante , muy técnico, un 10, pero la xxl, no sabía  a nada , una pena. Una SP de por aquí , hubiera estado a la altura. Buen servicio , difícil con tantos, siempre y por supuesto, Ismael y su fantástica fantasía enológica. Me pregunto ante tanta pasividad y apariencia de la sumillería actual de los grandes restaurantes, cuando le van a dar el premio nacional al mejor sumiller de España??. Yo no conozco una mejor y sí , muchos peores.

Gran experiencia en la paradójica noche de las estrellas. Resulta curioso comprobar una y otra vez el valor y altura  de la cocina de Nerua, mientras Michelín los desprecia con tono despótico y prepotente..Descojono Michelín , aunque a ellos( a los de Nerua) la verdad creo que hoy día se la...les da igual. Comenzaré con la impresión de la cocina de Ana. Una cocina de sabores, mezclas ,cierta rusticidad, sensaciones un tanto agrestes, potencia y estructuras que contienen alimentos. A mi me gustó, tampoco demasiado. Percibí dificultad, elaboración y trabajo. También personalidad, eso me gusta mucho, pero para ser considerada por algunos la mejor cocinera del mundo, esperaba más la verdad. Cocina diametralmente opuesta a la de Nerua, paradigma una vez más de la finura, la perfección , la sutileza, la precisión y la elegancia. Yo no encuentro parangón. Tras las dudas de la experiencia Maído, vuelve la esencia incomparable de Nerua. El plato de berberechos con jugo de merluza y lima, volvió a fascinar. Un plato que despierta la inteligencia gastronómica, que secuencia los sabores , percibidos con facilidad y son tantos... Genial. Magnífico gallo a la sal, como el espárrago blanco y raifor..fascinante y tan genuino. La borraja con jugo de anchoas y erizo , promete , roza la perfección , pero en mi opinión la textura y sabor del erizo lo limita, no me convenció.Tampoco el postre de Kiwi, quizás demasiado sencillo y básico, aquí el serbal de Ana , ganó la partida, más estimulante y provocador. Grandes  vinos acompañaron la cena , con el maestro sumiller generando un clima poético y seductor que multiplica las sensaciones y la pasión por el vino. Excelente servicio, en condiciones extremas Fantástica experiencia, sólo posible en Nerua

Otra gran noche en Nerua. Experiencia a 4 manos, experiencia Nikkei. Maido creo que significa bienvenidos, lo de ayer fue una experiencia de bienvenida. Una oportunidad de acceder a una cocina distinta, reconocida hoy día y que parece marcar tendencias. A mi particularmente , no me gustó, con toda la subjetividad que esto implica y el respeto que merece. Tras la experiencia peruana con Virgilio Martinez, sensacional,la experiencia Maido no me fascinó. No me defraudó la experiencia en sí, prácticamente  irrepetible para mi, fue excitante, pero lo que probé no me gustó. La pata de pato glaseada, la vieira con guacamole pero sobre todo los dos ceviches que presentaron ( nos explicó Tsumura, una clásico y otro más avanzado), parecen representar a la cocina peruana actual, en su esencia, tal cual, pero la sofisticación, complejidad , integración final y desarrollo que siempre buscó en estas cocinas, no la encontré. Hay que tener en cuenta que cocinan fuera de su espacio, a miles de kilómetros de su casa y eso complica mucho las cosas. Los platos Nikkei, se alternaron con otros de Nerua, Nuevas interpretaciones ( la quisquilla, las frutas, el tomate), desarrollos y pruebas , que en esta ocasión tampoco me deslumbraron, la verdad. Tengo curiosidad por ver la evolución de un fermentado que probamos ( garbanzos y caviar), que en mi opinión , necesita una vuelta y evolución, tarea complicada por su dificultad, pero en Nerua todo es posible, . En definitiva , una gran noche y una gran experiencia, aunque no me gustaran las nuevas propuestas ni lo que probé de Maido ( o no lo entendí, como seguramente dirán aquellos a quién no guste esta crítica). Y algo para el final..aplausos una vez más para el trabajo , entusiasmo y pasión de Ismael con los vinos, tarea complicada con estas cocinas y en estos eventos. No te canses, sigue, sigue...

Una vez más aquí , como todos los años, en buena compañía , buscando la primavera gastronómica. Nerua sorprende de nuevo con un menú completamente renovado .Respecto a primaveras previas, sige ofreciendo la identidad de su cocina. El rigor, la perfección de los caldos, la capacidad para cocinar cualquier cosa y encontrar su esencia( algunos creen todavía que tan sólo verduras) permanecen, pero ofrece una nueva evolución que si alguien me lo hubiera comentado , no le hubiera creido: el picante, no...puede ...ser...La delicadeza , lo sublime, la elegancia con picante???', aquí lo consiguen¡¡¡. Ostra Gillardeau con cebolla y salsa de chipiron con picante, encaja??nooo, pero aquí si y se materializa en un plato único  e irrepetible, donde todo se percibe, se identifica, se marida y acaba picando¡¡¡Esta nueva tendencia de Nerua hacia los chiles y guindillas demuestra su capacidad, originalidad y distinción , alcanza en mi opinión la excelencia gastronómica, esa que está en las manos y cabeza de muy pocos. Lo del picante se repite en varias ocasiones, con distintos matices y versiones a lo largo del menú y resulta fascinante. Pocos pueden hacerlo  sin perder identidad y acertar.Las nuevas versiones del guisantes lágrima o alcachofitas con sus jugos perfectos siguen ahí, pero aparecen productos nuevos ( ancas de rana, jamás probé ningunas tan fantásticas como éstas), creaciones evolucionadas, texturas, salsas, caldos, cremas, carne, pescado,pasta, los postres sibaritas, tan potentes como elgantes. Por si fuera poco, el trabajo en sala de Ismael y Stefania es excelente. El esfuerzo por maridar semejante propuesta gastronómica con vino es deslumbrante e histórico. Un trabajo arduo , de explicación y concentración que genera sorpresa y acaba hipnotizando al comensal que lo permite. Buscaba la primavera y la encontré aquí , no estaba allí...

Una noche de sublime y amistosa confrontación con resultados muy positivos para el cliente. Así definiría la noche de ayer. Quizás la mejor experiencia de las tres vividas o al menos la más sorprendente. Cada plato brillante de Josean precedía a otro no menos brillante de Virgilio Martinez.Lo inigualable precedía a lo increíble y distinto. Dos estilos diferentes, uno enfrente de otro, pero con la pureza de los sabores y la nitidez de lo primario e identificable , como denominador común.

Qué aparecían unas navajas cítricas con tubérculo nunca vistas, aparecía después un Txangurro con arroz y almendra nunca visto tampoco.

Qué flipabas con unas increíbles y en apariencia sencillas quisquillas con vainas( plenas de sabor e intensidad), flipabas a continuación con una composición de maíz  a 3.200metros, pleno de sabor , intensidad y originalidad.

Qué nos recreabamos con la KokOtxa con pilpil de berberechos, sutil y cremosa, nos veiamos superados por la armonía y complejidaz de un pez amazónico desconocido con madera de huampo.

Y la ventresca con pure de cebolleta y ajo??? aquí no hubo contestación a la altura, o no lo entendimos, el cerdomashua negra, no sé...

A una dosis de sorpresa e impacto , seguía otra, mayor si cabe..

De todas las cenas a 4 manos disfrutadas en Nerua , sin duda ésta, fue la más igualada. Empate técnico y de disfrute..

Los sabores, la nitidez, la pureza ,y la técnica depurada al servicio de los matices más puros y texturas más básicas,. Como pudimos comprobar , eso se encuentra en Nerua y también en Central.

Qué disfrute y privilegio¡¡¡

Por cierto qué dificil servir a tantos , tanto y tan bueno..Lo de Ismael ya ni comento, es algo único, marca escuela¡¡¡¡

 

Josean Alija es un valiente. Practica en Nerua una cocina de elevadísima personalidad, sin moverse un ápice desde hace varios años de su forma de entenderla. Josean nunca ha dejado de ser Josean. Platos de pocos ingredientes, muy sencillos en su apariencia pero de alta complejidad en su elaboración. Cocina en el filo del precipicio. A veces tengo la sensación que si la ejecución no fuera tan perfecta, sus platos podrían rozar la ridiculez.

En Nerua no existe espacio para la improvisación. Tanto en sala como en cocina, la precisión es innegociable. La unicidad, la aparente sencillez y la perfección en puntos y combinaciones provocan que la experiencia gastronómica en Nerua emocione. Te cuestionas cómo Josean puede tocarte la fibra con casi tan poco. Producto, análisis, técnica y precisión son las claves de la cocina de Nerua.  Se alcanza la perfección a través del estudio, la investigación y la exactitud en la ejecución. Alcanzar el "10" en composiciones que nos suenan conocidas por su enunciado es la verdadera causa de la sorpresa y alteración que se viven en Nerua.

Fondos, consomés, jugos, pilpiles (emulsiones), cremas, purés son las formas en las que se presentan los ingredientes secundarios. Elegantes, agradables y en diversas texturas acariciando todas ellas el paladar. En su gusto, resultan al mismo tiempo livianos y sabrosos, siendo pureza y esencia. Muestran el alma del producto, abriéndose éste para mostrarse desde la absoluta sinceridad.

¡Cómo no nombrar la sala de Nerua! El trabajo de Stefania Giordano e Ismael Alvarez es encomiable. Cercanía y sincronía. Se palpa la atención personalizada y un cariño verdaderamente sentido sin caer en una efusividad ni impostada ni demasiado próxima. Se perciben detalles que demuestran la búsqueda del 10 como la temperatura de los platos y cubiertos, el inmaculado habitáculo, la ausencia de ruido, la suave envoltura de la música que sólo se siente cuando es necesario. La sala de Nerua acompaña y acrecienta la experiencia siendo parte de ella. Su semántica es la de una afabilidad simple y espontánea que en el fondo solo se consigue con trabajo.

En resumen, Nerua probablemente sea la propuesta más esencial de la cocina moderna española. Josean es el más japonés de nuestros cocineros por la búsqueda de una identidad propia, de la perfección y por la estudiada inherencia de cada producto. Su blog es de obligada consulta y análisis. Tengan en cuenta que a día de hoy ya se trabaja en los platos de la temporada de primavera-verano de 2018. Solo con trabajo se alcanza la perfección.

La ausencia de ornamentos no te distrae de la personalidad culinaria de Nerua. En estos tiempos de excesivo zumbido mediático, sorprende que se puede mostrar tanto con tan poco. La radicalidad de Josean va más apegada a la estética de los platos que a su conjunto de sabores. La desnudez se convierte en belleza.

Para finalizar, es una auténtica barbaridad que la Guía Michelin considere que existen 30 restaurantes mejores en España que Nerua.

Comida 9,5

Vino 9,5

Entorno 9

RCP 8,5

Post compelto y fotos en http://www.complicidadgastronomica.es/2017/08/nerua17/

.... son un tandem de lujo.

 

LA BIENVENIDA

Les pillamos en la recepción algo desprevenidos,sin querer, y pienso que una persona en la entrada principal (incluso fuera) sería la mejor solución para que no nos introduzcamos hasta la cocina. No pasa nada.

Después, claro que pasamos a la cocina, donde un majo chavea (stager), muy resuelto, nos explicó el funcionamiento de ella y los diferentes espacios. Desde cocina ofrecieron unos aperitivos fritos, bien explicados y calientes..umm....que rico el queso.

 

EN LA SALA

Entonces pasamos al comedor principal, con ventana (única mesa con luz exterior y vistas). Localización espectacular, y precisa para el comienzo del baile.

Lo primero es saludar a Ismael, que ...tela!: Vaya pedazo de sumiller. Él supo enseguida donde darme,...el placer del vino, y su manera de explicar ese placer a través de conocimientos, de armonías perfectas y de sensaciones. Estuvo "Clavado" en todo momento. Incluso hubo algunas botellas a ciegas con ?, que estuvieron muy muy bien. Buenísimo trabajo el suyo, detrás de ese pilar en medio de la sala, desde donde se escondían todos los vinos para que no tuviera la más mínima posibilidad de verlos o vislumbrarlos...jeje. Como terminamos algo tarde, nos despedimos a medias, pero con la imagen puesta en esa próxima boda en Zaragoza.

Después, todo el equipo de sala que sirvió desde un prima de pulcritud, ambiente blanco, puro y cálido.

Está claro que el chef, ha dejado claro como debe ser un equipo de un restaurante Michelín, con estrella. No es el mando yo, y paso de vosotros,no. Es todo lo contrario, me crezco con vosotros y la cocina se ensalza en la mesa (aunque acabemos con unas 21 copas encima de ella). El entrenamiento de todos se refleja en la mesa, en cada detalle. Por ello daremos la enhorabuena a Josean, con el que terminamos la comida charlando detalles pequeños del menú, sin mera importancia y estrechando lazos. Fue la segunda vez que le veía tras su video presentación en MALAGA, y no será la última.

 

EN LA MESA

MENÚ de 14 platos + 2 extras del chef...a sus órdenes.Total=16 platos

Vinos.........la intemerata!.

Comenzamos con una copa de Champagne extraordinario, refrescante, para abrir boca "Les Villages de Pierre Baillete

Reflejaré algunos platos y maridajes que me impactaron, como los tomates con hierbas aromáticas,..así para empezar. Entonces se nos explican 2 vinos donde trabajan sumillería y bodegas, como son Itsasmendi parcela 7.6 (trabajo de investigación) y Bodegas Tradición, fino en rama "La bota Nerua". Maridajes espectaculares para el tartar de lubina y el consome de langostino. 

En este momento es muy dificil ir para arriba, porque ya estamos en la cima de sensaciones.......pues lo consiguieron, por ejemplo, con el tartar de lubina, las pochas (algo de verdadero escándalo!) el chipirón y la carrillera (diferente y más jugosa que cualquier otro plato parecido).

En vinos, tuvieron que repetirme copa en elguno de ellos...un buen "repaso" de sala: Vale da Capucha Arinto de LIsboa,...como siempre Portugal haciendo de las suyas...buf. Milan Nestarec Klasika 14.....porque importan los nombres del este europeo. Oloroso Perez Barquero 1855....ya con lágrimas, tras medio acertar un Loira tinto a ciegas, para acabar dándome con Rioja en toda la nariz: Gran Reserva de Faustino 1994 y en postres Primitivo Quiles 1948..ahí queda esa bestialidad.

 

SOBERANÍA

El que quiera fotografía al detalle, que se adentre en www.winewiththedoc.com/apps/photos y disfrutará, casi como lo hice yo este verano.

Gracias Josean, y muchas gracias Ismael. Cuantos deben aprender de la fusión y del tandem sala cocina, porque por aquí abajo, está muy justito,.... vamos que escribí el otro día sobre ese lugar maravilloso y gaditano, donde también creen. Pero son tan pocos, snif.

 

REDES

https://www.facebook.com/JAVIERAZCONAFABON/posts/1485665191517993

www.winewiththedoc.com/momento-doc

https://twitter.com/DRjavierazcona/status/898236271826522112

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