Restaurante Aizian en Bilbao
Restaurante Aizian
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
39,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos,1-15 agosto,1-15 enero,semana santa
Nota de cata PRECIO MEDIO:
71 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.8
Comida COMIDA
8.3
Precio medio entorno ENTORNO
8.2
RCP CALIDAD-PRECIO
8.0
torrija
bakalao
falso rissotto
milhojas de queso y crema de castaña
salmonete,otro descubrimiento
sopa de chipiron, increíble lo rica que esta
Opiniones de Aizian
OPINIONES
43

Tras mucho tiempo sin acudir  a este restaurante por razones obvias, vuelvo a Aizian con ilusión y sintiéndome como en casa. Buenos recuerdos y... tantos¡¡. Es confortable, cálido y elegante. Tomamos el menú ejecutivo de 51 euros en el reservado que tienen. Buen nivel ,alcanzando la excelencia en el tartar de gamba con crema de erizo y los soberbios chipirones plancha. La tostada como siempre pantagruélica. La atención y el servicio amable, educado y joven , sabiamente dirigido por Elia , que hoy día es ya figura y referencia indispensable del restaurante. Todo facilidades. Buena carta de vinos , a precios en ocasiones, sensacionales. La pandemia le ha pasado factura, pero recuperará su esplendor , con semejante potencial , lo hará.

La verdad es que fui atraído por el cartel que vi en el facebook, en el aparecerían tres nombres que me llamaron la atención, Sergio del Zarate, Alvaro del Mina y Josemi del Aizian , tres cocinero y sus tres restaurantes , que para mi son de los mejor de Bilbao .

Así que si unimos eso a una velada de cocina japonesa, no me lo pensé, na de na, llame a mi amigo Mario que siempre se apunta a lo gastronomico y en esta ocasión conté también con Ana, que al final no pudo venir y reserve mesa.

Era un miércoles, a eso de las nueve en el restaurante Aizian, local que ya he descrito varias veces en este foro, por allí andaban Álvaro y Sergio y por supuesto el anfitrión, la cuestión es que se trataba de un tema de hermanamiento entre ciudades por el tema gastronomico y en esta ocasión cocinaban los japoneses, estos, habían estado días anteriores de asadores conociendo la cocina de la zona.

La ciudad es Tsuruoka y los cocineros, Kimitoshi Arisaka, Takehiko Shoji y Ryoichi Saito , vamos que no conozco nada de ellos, solo deciros que los tres eran bastante jóvenes, uno de ellos monje, nos toco un instrumento típico de su zona, como una caracola gigante, y Álvaro nos comento que la gente de Japón va hasta la zona norte donde esta su restaurante, solo para probar su cocina.

Dicho esto, comentaros que tanto Mario como yo, acostumbrados a una cocina japonesa, quizás mas occidentalizada , no acabamos de apreciar bien del todo este menú , por lo que dado mi desconocimiento de la cultura gastronomica de esa zona , no osare puntuarla .

Si el servicio, que fue muy atento, pero como en otra ocasión que me acerque hasta para Santander a un show cooking del Kabuki, no tenían ni idea de lo que estaban sirviendo, cosa que me consta que se comento que estaría bien, como parte de un buen servicio.

Del tema maridaje tampoco es que fuera muy acertado, a excepción del sake al principio , un txakoli correcto , con cambio de añada , ya que empezamos con el 2015 y acabamos con el nuevo , el 2016 , muy diferentes ambos , lógicamente y luego un tinto de rioja , que estando correcto , no pintaba nada en este menú , desde mi ignorancia , claro .

Bueno el menú, empezamos con un aperitivo, que aunque no lo comentaron, ya os digo yo, que era cosa del Aizian, muy rico, tomatito macerado en soja y jengibre, Mouse de anchoa y tierra de aceituna negra, muy rico.

Seguimos con tofu de sésamo con ankake, os dejare las fotos para que es la mejor descripción, la verdad el tofu totalmente distinto al de por aquí, vegetales al denté de acompañamiento y una salsa muy rica, pero que ya os digo que no reconocimos y la gente del servicio, tampoco sabia.

Sashimi mixto, lo único reconocible, atún ahumado, sin duda el mas rico, pez mantequilla y salmón, bueno eso nos dijeron, nosotros creemos que era la ventresca de atún, mucho nabo japonés rallado que picaba un pelin y en este plato como en el anterior wasabi.

Cerdo asado con salsa al estilo japonés, también tenía wasabi el cerdo, nada relevante que decir de este plato, quizás el más prescindible.

Sopa de sake con bacón y raíces vegetales, me recordó a una purrusalda, ya sabéis, patata, puerro, zanahoria y una cola de bacalao para dar gusto, eso si, mas suave.

Bola de arroz recubierta de miso y pepinillos, arroz especiado cubierto de una hoja, no se de que y dos trozos de pepino de Asia, muy rico el pepino y sabroso el arroz.

De postre alubia negra y maccha y el helado de vainilla, que me extraña que sea parte de la receta original, pero no lo se, bueno distinto, no estaba malo.

Resumiendo, raro, raro, raro, distinto a lo acostumbrado, una experiencia gastronomica japonesa distinta, hay que probar de todo, pero por desconocimiento o por lo que sea, no volvería a comerme el mismo menú, la ignorancia es osada, el precio de todo fue 77€, precio final, solo pensar lo que vale este mismo menú en Japón, se me pone la piel de gallina, que bien estamos aquí.

Una vez más , volvimos a Aizian. Creo que es uno de los mejores restaurantes de Bilbao, o debería serlo. Condiciones, potencial, personal, vinos..no le falta de nada, elegancia intrínseca , tampoco. Esta vez salgo contento, recupero sensaciones de antaño. Probamos un menú de 38 euros excelente, dos aperitivos, un primero, un segundo y postre, vino , agua y café. Además pedimos ese plato de hongos con huevo y royal de foie que comería todos los días. Gran nivel en todos los platos del menú, excelentes segundos, calidad de producto, presentación, cierto clasicismo y un buen precio.me encatnta el falso risotto con pulpo. Qué más se puede pedir ¡¡¡. Con la atención de Delia hacia el vino y la propia mesa , completamos una velada excelente, en un marco elegante, distinguido y para mi , después de tantos años , entrañable

... impuntual.

Este establecimiento llevaba en nuestra lista de posibles mucho tiempo, quizás demasiado. Coincidiendo que fuimos a ver un espectáculo a Bilbao y nos quedaba a escasos cinco minutos caminando decidimos llamar para reservar mesa.

Llamo, explicó la situación y me dicen que si llegásemos más allá de las 22:30 les haríamos una faena porque es la última hora a la que sirven mesa. Mila y yo, alucinados, remarcamos la situación y les diremos que seremos puntuales salvo debacle en el espectáculo.

Llegamos antes de la hora. Nos revisan de arriba abajo tanto la jefa de sala como gente del servicio. Indicamos la reserva y nos acomodan. Mesa amplia y bien vestida.

Ojeamos la carta, fuera de ella parece que no hay nada de nada, y vemos que hay ostras... un plato ya decidido. Seguimos ojeando y nos decantamos por lo siguiente.

Nos traen los entrantes. Salmón por un lado y lo otro no recuerdo que era, pero estaba años luz del salmón.

- Ensalada de bogavante. El bogavante, del Cantábrico. Perfectamente cocido, acompañado de unos canónigos así como unos tomates cherry deshidratados. Vamos, que el plato está bueno por el producto.

- Ostras a la plancha. Dos piezas por comensal, envueltas sobre bacon. Nos sorprendió porque en la carta no nos pareció leerlo por ninguna parte. Estaban bastante buenas pues aún con esas había regusto a ostra.

Ya en los segundos.

- Mila escogió merluza, con una salsa de erizos. Realmente buena la calidad del producto. Cocinado casi de diez. Muy buena ración, la verdad que estaba muy buena.

- Por mi parte, ciervo. Hacía mucho que no lo comía y me parecía una buena opción. La carne clavada como me gusta, sangrante. Muy rico.

Ojeamos los postres. Había visto una mesa con un poco de queso pero tampoco tenía tanto hambre y encima estábamos cenando. Me conformaría con una tarta de queso azul. 11€ la ración. Para mí, injustificados.

Remarcar una cosa. Solicitamos lo posible sin sal y así fue. Parece mentira, pero siempre lo indicamos y no siempre nos hacen caso.

Hay cierta variedad de pan. Lo primero que probamos fue de leña, calentito y con la noche que hacía se agradecía. Mi segunda opción fue de maíz, nada del otro mundo.

Acompañamos la cena de agua y Coca Cola.

¿Comimos bien? Sin duda.

¿Volveremos? Ni de bromas. No nos gustó el detalle por teléfono con la exigencia de puntualidad cuando luego entró una mesa casi a las 23:00 y su recibimiento fue, digamos, más afectivo. Pienso que debes tratar a todos los clientes por igual. El servicio nos pareció seco, distante. Raro en general, salvo por la persona que sirvió la Coca Cola.

Restaurante muy comentado en esta página. Sigue siendo en mi modesta opinión uno de los mejores de la capital. Un elegante espacio donde te atienden de maravilla y donde se come estupendamente.
Como llegamos tarde no podemos optar a su menú degustación así que tiramos de carta. Nos deleitan con un par de aperitivos en forma de crema de lentejas y tomate con su “tierra”.
El pan es punto y aparte. Varias opciones, a cada cual más apetecible pero en mi caso tengo que darle al de maíz. No siempre tengo la oportunidad de catarlo. Maravillosamente rico.
Como entrantes yo me decanto por unos tallarines de begihaundi. Presentados en una preciosa cazuela de metal. Acompañados de una yema de huevo cocinada a baja temperatura. Están de muerte. Finísimos con muchísimo sabor. El huevo es un acompañante perfecto. Buena sintonía entre ambos productos. Platazo.
Mi prima ha preferido algo más “clásico” pero uno de los platos que deberían ser obligatorios en la carta de un restaurante. Yo he tenido la ocasión de probarlo en numerosas ocasiones y creo que siempre con buenos resultados. Hongos salteados, huevo a baja temperatura y royal de foie en dos tiempos. Un plato regado por un caldo que se come en dos partes. Primero los hongos con el huevo, posteriormente, caen a la parte baja del recipiente los restos de la yema de huevo y el caldo que se mezclan con el foie. Exquisito.
Como segundos ella elige la lubina plancha con puerros asados y emulsión de romescu. Todo perfecto. Incluso esa salsa que no suele ser demasiado de mi agrado está un tanto distinta a la que he degustado en ocasiones, más a mi gusto. Buen producto y excelente calidad del pescado.
Yo “ataco” un rape asado con carbón de txipis y crema de apio-nabo. Nuevamente alto nivel. Calidad y perfecta la mezcla. Más esponja que carbón así que facilísimo de degustar. Mucho sabor a txipis. La crema suave y agradable. Otro plato destacable.
En el asunto vinícola y muy bien aconsejado por mis compis de catas, me decido por un Organza Sierra Cantabria 2012. Viura. Malvasís y Garnacha blanca. Crianza en barricas de roble francés. Al abrir la botella la nariz es suave y en boca se muestra casi hasta “facilón” pero a medida que respira tanto sus aromas como su cuerpo ganan y mucho. En breve disfrutamos de un vino con presencia de madera pero muy a mi gusto. Incluso mi “difícil” compañera de viaje me comenta que está muy rico. Buena señal. Un postgusto largo, un vino con mucho cuerpo. Gracias majetes, habéis acertado.
Dejo que la “sana” elija un postre y tengo suerte. Se decide por una espuma de arroz con leche con helado de maracuyá. Un postre fresquísimo. La espuma finísima, el helado sorprendente, potente. Dos sabores contrapuestos pensados para “casarse”. Matrimonio perfecto. No podemos estar juntos pero mucho menos separados. Genial idea. Refrescante cien por cien pero a la vez te hace “tiritar”. Bien, muy bien.
Como no podía ser de otro modo, Mi acompañante pide la carta de infusiones y se decide por un “agua pintada”. Una de Rooibos con naranja. Yo lo siento pero no puedo con esos olores y menos aún con esos sabores. Será “muy sano” pero lo sano y lo rico muchas veces no coinciden precisamente con mis gustos.
Mi “cortao” clásico me satisface muchísimo más. Además nos los acompañan por su ya clásicos detalles “fin de fiesta” en forma de crema de chocolate, madalena y teja. No fallan nunca. Creo que sería una pena que cambiasen.
Pues una cena de altísimo nivel. Sigo pensando que este local se merece esa estrella que fue un tanto “fugaz”. Esos entendidos sabrán el porqué pero en mi modesta opinión no han sido justos.
Para ver alguna foto: http://gastiondo.blogspot.com.es/2016/12/restaurante-aizian-bilbao-tuchelin-dira.html

Recuerdo los inicios de este restaurante, fueron espectaculares.Muchos pensamos que era el marco ideal para desarrollar una gran cocina, pensabamos en una estrella inminente. Una gran carta de vinos, un sumiller dinámico y rompedor, el marco incomparable, neoyorkino..elegante, lo sigue siendo. Un buen menú: el foie en costra, la vieira , el pulpo asado, un buen bacalao, algo de caza y la torrija claro. Encima no se disparaba de precio. Pero la estrella no llegaba y cambios en el menú tampoco. Dejamos de creer en la estrella y los cambios en el menú no llegaban. Llegó la estrella y los cambios en el menú , no llegaban. Se fue la estrella y los cambios en el menú no llegan...

Como en los últimos años, celebramos nuestros cumpleaños en este mes, en un lugar especial y este año no iba a ser menos , así que fuimos al Aizian , para nosotros , sin duda una estrella michelín , si la ultima vez que valore este local en verema , lo titule “justicia” , no podía ser menos el titulo de este año “injusta michelín “ , pero a ultima hora he preferido otro titulo , esta guía , la cual me jacto de seguir y de valorar , para mi es de las que menos errores comete a la hora de sus valoraciones , sin embargo en esta ocasión se equivoca , para nuestro entender , claro.

Siempre se decía que este local no conseguía la estrella , porque los servicios estaban fuera del restaurante , ya que es uno de los dos restaurantes del hotel en el que se encuentra ubicado , sin embargo el año pasada recibió la merecida estrella y este año se la han quitado , pues bien no lo entiendo , para su criterio queda .

Como siempre la sala la llevan dirigentemente, más mujeres que hombres, de hecho las tres féminas que nos atendieron son personal fijo y de muchos años, cosa que se agradece ya que hablamos de una impecable atención.

Mesas grandes, bien separadas, vajilla y cubertería de primera, siempre lleno o casi y casi siempre en la sala alguna familia celebrando, la verdad nos encontramos muy a gusto siempre, desde el primer día, hasta la fecha.

Carta de vinos, que para un entendido seria corta, pero para los muchos profanos que andamos por el mundo, esta bien surtida de varias D.O.

Lo primero hacer algún cambio en el menú degustación que ya traía estudiado desde casa, yo cambie un par de platos y a Ana un postre de queso, sin ninguna pega, nada de consultas al chef, aquí estamos para agradar y hacer las cosas fáciles.

Elección de pan, centeno, maíz, blanco o nueces y pasas, muy buenos todos.

Empezamos con unos aperitivos de salmón marinado en casa con crema de apio nabo y una mus de aceitunas, crema de piparás y dos trocitos de anchoa, uno en aceite y otro en vinagre, vamos lo que llaman una gilda destructurada.

Como primer entrante, una ostra a la plancha sobre mousse de coliflor, velo de Euskaltxerri y aire de mar con toques cítricos , sabroso , el cerdo le daba carácter al plato y la ostra a la plancha , le resta un poco de sabor a mar , pero aporta una textura mas acorde con el conjunto .

Langostinos y cardos salteados, con semicuajo de mejillones y erizos, los langostinos pelin sobre macerados, para mi gusto, pero conjuntados con el cardo, ricos y el semicuajo potente.

Para ana pulpo a la plancha con cenizas de carbon vegetal, buen trozo, muy sabrosa, acompañado de un ali-oli de miel y a modo de trozo de carbón, una yuca hervida en salsa de txipiron.

Aquí el primer cambio, yo me pedi unos tallarines de txipiron, sobre velo de su tinta, ali-oli de calabaza, marmita de txipiron y brotes de cebolla, me resulto tan atractivo el enunciado, que aunque era de otro menú me lo pedí en vez del pulpo, así probamos las dos cosas, ambas muy buenas y es que el calamar en crudo o como es en este caso con una cocción a baja temperatura, esta muy bueno.

A continuación y siguiendo con el menú, lamina de foie sobre falso risotto de espárragos, almendras y tofee de maíz dulce, muy bueno, calidad y sobre todo producto, muy buen contraste entre el graso foie y el falso risotto.

Rape marinado en soja y asado, sobre cebolleta asada, chalotas, tomate pomodoro y trazo de ajo negro , el rape muy bueno , en su punto , quizás pelin potente la mezcla de miso y soja que le cubría , pero que no afecto al interior .

Pichón en dos cocciones, pechuga sangrante y muslo confitado, parfait de su hígado, eso un clásico en los menús, esto para Ana a mi ya sabéis que no me va el pichón, he aquí el otro cambio, a mi lomo de ciervo con mermelada de remolacha, magnifico macarone de remolacha y chalotas, sonrojando y perfectamente elaborado, aunque he descubierto que es una carne que tampoco me va mucho, pero eso es cosa mía, entre Uxue y su madre dieron cuenta de las carnes y quedaron muy bien las dos.

El primer postre, helado de queso fresco sobre crumble de manzana y toques ácidos a ana le sacaron otra cosa, el helado muy rico, creo que los hace, al menos antes así era, mi amigo Diego, un italiano que hace los mejores helados que he probado.

Para rematar el dulce una cuajada de chocolate blanco con velo de maracayá y mango, de cine, tanto uno como otro, lácteos, chocolate blanco, que lico.

Yo al principio de la velada les había pedido media ración de tarta de queso azul, espectacular, que textura tan cremosa, que sabor tan delicado, con el justo toque del queso azul, cojonuda, tuvieron el detalle de no cobrarlo, a gusto lo hubiese pagado.

Para Uxue un arroz con tomate y un huevo frito y buen plato de fritos, pero buenos, de calidad y helado de vainilla, todo ello por 25€, menú infantil.

Los menús 74€ , todo iva incluido , como debe ser , la botella de quibia sobre lias , 17€ , agua litro , 3,3€ , infusión 3€ y un orujo de hierbas muy bueno , 4,4€ , gota a gota se llama , una copita de ribera para la carne , cair , 4,4€ , rellenado de copas y servicio de vino muy profesional.

Resumiendo, una velada de celebración, siempre lo he recomendado, lo seguiré haciendo, para mi es uno de los cuatro o cinco, mejores restaurantes que tenemos.

Escapada de puente a Bilbao, tres días en los que uno de nuestros objetivos era deleitarnos con la gastronomía de la ciudad, nuestra primera parada el sábado al mediodía en el estrellado Aizian, que ocupa los bajos del Hotel Melià. Local muy bonito, sobrio, elegante y moderno. Buena separación de mesas, muy bien vestidas, hilo musical (un poco alto el volumen en mi opinión, pero yo es que ya no soy mucho de comer con acompañamiento musical) y recepción correcta. El servicio atento, muy educado y bastante serio al principio, un poco distante, aunque luego mejoró. vajilla y copas de nivel. Tienen carta y 3 menús, nos decantamos por el menú tradicional (49€ + bebidas) la opción que nos pareció más atractiva.

- Empezamos con unos aperitivos muy ricos, galletitas de tomate con hierbas, yuca frita, manzana con crema de foie y unos pequeños bocaditos de pan con jamon. Elección de pan, entre diversas opciones (De maiz, de centeno, de nueces y pasas, al horno y alguno más que no recuerdo). Probamos varios y estaban todos muy buenos.

- Primer plato, BONITO MARINADO SOBRE MIGAS DE TOMATE Y CREMA DE CEBOLLETA, muy buen pescado, casi crudo, vaya, marinado y rica la crema. Las migas de tomate, en cambio, con textura de una mousse bastante pastosa no aportaban demasiado al plato. Correcto

- TALLARINES DE TXIPIRÓN CON ALLIOLI DE CALABAZA Y VELO DE TINTA. Uno de los que más nos gustaron. Buena presentación, que te aconsejan "destruir", mezclándolo todo. Así lo hicimos y el conjunto estaba sobresaliente, muy gustoso, con intenso sabor marino. Rico

- KOKOTXAS DE MERLUZA A LA PLANCHA SOBRE PATATA ROTA Y SALSA VERDE DE ALMEJAS. Otro platazo. Las kokotxas se deshacían en la boca, la patata al punto dando consistencia al plato y muy sabrosa la salsa verde. Me hubiese comido otro plato.

- MERZLUZA DE ANZUELO A BAJA TEMPERATURA CON PIL PIL DE SUS ESPINAS Y EMULSIÓN DE ERIZO. Junto a los dos anteriores, de lo mejor de la comida. Como saben cocinar el pescado en Bilbo !!!! Un buen taco de merluza, fresquísima, plena de sabor sin una espina, las dos salsas le daban potencia y salinidad. Un gustazo de plato.

- PRESA IBÉRICA A 64º SOBRE PESTO DE PISTACHOS Y SITAKE ENCEBOLLADO. Carne muy gustosa y tierna, si bien cada vez más en los restaurantes gastrónomicos, los pases de carne son los que menos me sorprenden. No se si es porque al final del menú estás ya saturado o porque las preparaciones suelen parecerse bastante y sorprenden menos. Estaba rico, pero le faltaba ese elemento que te hace exclamar. El pesto de pistachos casi imperceptible, buenas las setas con cebolla y decoraba el plato una pequeña croqueta que no supimos identificar y no se especificaba en la descripción. Parecía algún tipo de verdura rebozada, pero no lo supimos ni tampoco preguntamos. Correcto.

- De postre nos sirvieron TARTA DE QUESO AZUL CON HELADO DE MEMBRILLO. Memorable, creo que la mejor tarta de queso que he probado hasta la fecha. Calentita, textura cremosa, intenso sabor del queso azul y muy rico el contraste frío del helado de membrillo. Broche de Oro.

Para beber, y siguiendo los comentarios de algún forero, queríamos probar un Txacolí y elegimos Itasmendi Nº 7 (17€), que no conocíamos y nos pareció excelente, una grata sorpresa. Afrutado, complejo, con mucho cuerpo. Para el pase de carne pedimos unas copas de vino tinto, por la única razón de que se nos había terminado el Txacolí que por otra parte creemos que hubiese aguantado perfectamente el envite de la Presa Ibérica. Pedimos dos copas de Cair D.O. RIbera Del Duero que nos gustó bastante.

Cafés en la terraza, acompañados de una mousse de chocolate, tejas y galletitas de mantequilla a modo de petit fours, aunque tras el postre nuestros estómagos estaban ya bastante rendidos. Para rematar, un Gin Tónic de Seagrams y una copa de Cava. Pagamos 160€ por dos personas, una RCP que me parece francamente buena. Disfrutamos la experiencia y puntúo AIZIAN como muy recomendable!!

Mas vale tarde que nunca, por fin la michelín ha hecho justicia con esta casa, desde mi primera visita hace años, esperaba este galardón para JOSÉ MIGUEL OLAZABALAGA LEGARRETA, (http://www.restaurante-aizian.com/aizian/el-chef) , cocinero del que pocos habéis oído hablar , dada su discreción y dedicación a este local , desde aquí felicitarle a el y a su equipo .

El local esta la planta baja del hotel Meliá, siempre me ha gustado una decoración en madera, moderna, pero nada estridente, servicio siempre atento, femenino y con traje típico, a excepción de las jefas de sala, siempre un ambiente muy agradable que acompaña a la buena gastronomía.

Empezamos con el menú degustación, tras un aperitivo de patata trufada con jugo de setas.

Comenzamos con sardina ahumada en casa sobre tomate texturizado y mousse de ajo blanco, con el enunciado solo ya os podéis hacer una idea, todo con la sutileza de sabores y la buena técnica del chef.

Ravioli de cigala con sopa de hinojo y praline de avellanas.

Lasagna de morros de ternera-sepia con jugo de txipirones y aire de pimentón.

Taco de bacalao ahumado al momento con aromas de otoño (castaño).

Salmonete a baja temperatura sobre manitas-begui y sopa de berberechos y tomates asados.

Cochinillo deshuesado con pure de zanahorias y naranja y salsa de soja.

De primer postre, soufflé de pistachos y chocolate blanco con sorbete de Yuzu y kunquat.

Y para acabar helado de café sobre una milhojas de manzana verde y crema de gatzatua (cuajada).

Siempre unos petit fours para el café y el gin.

La descripción general es unos enunciados que hacen honor al producto de la zona, km0, con una técnica bien pulida y respetando sabores, vamos una visita obligada si estáis por Bilbao, junto con la Mina y el Zarate mis tres restaurantes preferidos.

Menú degustación: 65€+iva, ahora lo ha subido a 67€, muy razonable, dos euros, nada que ver con otros locales que han conseguido la estrella.

Para beber, el que no me falla nunca, el nº7 de itsasmendi a 17€, infusión a 2€+iva y gin de millers con fever a 13€+iva, el gin-tonic es lo que mas caro me pareció, pese a estar acostumbrado a que te cobren en los restaurantes mas que en los pubs .

Por ultimo, volver a felicitar al equipo de la casa y recomendar la visita.

Quería yo hoy un sitio un tanto especial y aunque ya he pasado unas cuantas veces por aquí, el hecho de su reciente y muy merecida estrella michelín y además el haber tenido la infinita suerte de haber probado dos de sus nuevos platos, me animan a que Marijo conozca el restaurante.
Siempre he dicho que es uno de los restaurantes más elegantes que conozco. Sensación de tremenda amplitud. Mesas grandes, estupendamente vestidas. Vajilla de calidad, cubertería, copas de excelente tamaño. Con la flor de pascua luciendo en cada mesa.
El servicio es magnífico, profesional , amable y simpático y la jovencísima sumiller, con la que ya había tenido el placer de cambiar opiniones, una enamorada de los vinos, incluso del tinto de año, frío, eso sí. 
Nos acercan las cartas aunque yo vengo con la idea de cenar el menú degustación. Eso sí, primero hago que mi compi eche un vistazo por si algo no es de su agrado. Es muy agradecida y una estupenda comedora así que no encuentra pega alguna y a por ello que nos vamos.
Para beber nos decidimos por un blanco que sé que me va a gustar. Un blanco de Rioja, concretamente un Allende 2009. Un vino de las varietales Viura y Malvasía y envejecido durante 14 meses en barricas de roble francés.
He leído por ahí que se recomienda su consumo entre 2012 y 2015. Pues creo que le he pillado en su momento óptimo. Está simple y llanamente espectacular. No soy ni mucho menos un experto pero uno, además de su corazoncito, tiene su propio paladar y me ha encantado. A día de hoy este es, sin duda alguna, el tipo de vino que más me gusta. Acidez ideal, es denso, casi diría que cremoso. No hemos usado la cubitera, estaba bien fresco y ha ido ganando a lo largo de la cena. La última copa, tomada después del café me ha hecho olvidarme de esos vinos dulces de postre que tanto me gusta.
Nos acercan los panes para elegir. Tres tipos, a cada cual más rico. Marijo se decanta por uno rústico y yo, no tengo remedio, me tiro de cabeza a mi pan de maíz. Es un vicio. Repito, repetiré siempre, que me parece un bizcocho.
Como aperitivo nos ofrecen unos mejillones muy naturales sobre una salsa. Hay hambre y casi no nos da tiempo ni a verlos. Pero están riquísimos.
Comienza la cena en sí con una Sardina ahumada en casa sobre tomate texturizado y mousse de ajo blanco. Producto de excelente calidad. Esto es lo que es. El ajo está ahí pero se nota más su picor que su sabor. Suave, muy bien conseguido y que hace del conjunto un verdadero logro.
Llega ahora el que al parecer de mi compi ha sido “su plato estrella”, el Ravioli de cigala con sopa de hinojo y praline de avellanas. Hay que reconocer que está “divino de la muerte”. Menudo sabor….. marcado el sabor del marisco que destaca sobre el resto de ingredientes. Uno sabe lo que está comiendo porque lo pone en el papel que te dejan enunciando los platos pero uno, lo siento, sería incapaz de descubrir los sabores. A mi lo que realmente me importa es que lo consiguen. Consiguen que uno disfrute y que incluso cierre los ojos para apreciar mucho mejor esa estupenda conjunción saporífera.
Aparece ahora uno de los platos que tuve en honor de probar en Aretxondo durante la experiencia gastronómica a la que fui invitado por Gure Sukalkintza y que ha sido, ahora ya a mi parecer, el plato de la noche. La Lasagna de morros de ternera y sepia con jugo de txipirones y aire de pimentón.
Como sabor más destacable el del morro, sin duda alguna pero aquí “cada músico” hace su papel haciendo que la melodía final, suene de maravilla.
Un plato que al parecer está encantado a todo el mundo e incluso gente que tiene más bien problemas a la hora de comer morros, salga por la puerta diciendo que su concepto ha cambiado.
El primer pescado, el Taco de bacalao ahumado al momento con aromas de otoño, creo que “paga” el castigo de venir después de lo que viene, en mi modesta opinión, cambiaría yo el orden de los productos que quizás sí alterase el resultado. Está riquísimo pero como son sabores muchos menos marcados, el plato anterior hace que pienses que no tiene el sabor que quisieras.
Solucionado inmediatamente con otro de los platos estrella, el Salmonete a baja temperatura sobre manitas-begi y sopa de berberechos y tomates asados.
Una buena pieza, al punto idóneo. Ni más ni menos. Estupendo, sabroso, jugoso. Veo disfrutar tanto a Marijo con él que me permito pasarle un pequeño trozo para que siga disfrutando aún más. Muy rico.
Pasamos a la carne, Cochinillo deshuesado con puré de zanahoria y naranja y salsa de soja. Creo que yo ya había probado todos los platos pero este me sigue sorprendiendo. Una carne que hace unos años yo hubiese sido incapaz de comer. Pero aún recuerdo el primer sitio donde lo cené de esta guisa, en el Zaldiaran en Gasteiz y me sorprendió y aún hoy sigue haciéndolo. Está impresionante. Jugoso a más no poder y con este toque tostado de la piel que hacen un conjunto maravilloso. No quitéis jamás este plato de la carta, por favor. Es uno de los mejores que he probado jamás.
Nos llega ahora el primero de los postres, curiosamente, mi compañera no es excesivamente de dulces y además la cena no ha sido precisamente excasa pero a lo tonto, da buena cuenta del plato. Un Souflé de pistatxos y chocolate blanco. Dulce, muy dulce. Me gusta. Casi pienso en mi leche condensada….. el helado que acompaña es más amargo y la mezcla gana puntos. Un buen postre que yo hubiese preferido dejar para el final.
Y para terminar otro de los platos nuevos del menú, otro de los degustados en Aretxondo, el Helado de café sobre milhojas de manzana verde y crema de gatzatua(Cuajada). Este postre es más ligero, mucho más fresco, por eso digo lo que de que hubiese comido este antes para romper con lo salado y quedarme con el dulzor del Souflé pero de nuevo demuestran mucho arte en cocina. Un plato con muchos ingredientes que consiguen llevar al conjunto a lo más elevado. De diez.
Salgo a tomar un poco el fresco y echar un poquito de humo. El vicio es el vicio y al llegar me encuentro con los detalles “fin de fiesta”. Las ya más que típicas tejas de este restaurante que están simplemente riquísimas y unos trozos de turrón muy adecuados para las fechas. No tiene uno precisamente hambre a estas alturas, el menú es consistente, mucho más que suficiente tanto para probar su cocina como para salir satisfecho.
Un par de riquísimos cafés y ese último trago a esa botella de blanco me hacen salir por la puerta con el convencimiento de que volveré.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/2015/01/restaurante-aizian-tras-la-estela-de-la.html

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