Restaurante Rías Gallegas (RESTAURANTE CERRADO) en Valencia
Restaurante Rías Gallegas (RESTAURANTE CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
32,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y lunes noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
54 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.9
Comida COMIDA
8.3
Precio medio entorno ENTORNO
8.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.4
Mousse de patata con huevo y trufa negra
Bacalao con escalibada
Surtido de mariscos
Vieira y zamburiñas en parmentier trufado y migas de ibérico
Los postres
Ostras y almejas con champagne
Panceta, vieira, garbanzos y foie
Lampera estilo Arbo
Huevo con trufa
Empanada gallega y croquetas
Bica gallega
Postre
Setas de temporada con huevo
Tarta de café .
Rape plancha con foie .
Lomo de atún rojo marinado .
Opiniones de Rías Gallegas (RESTAURANTE CERRADO)
OPINIONES
132

Comida con clientes , hacia mucho tiempo que no iba al Restaurante Rias Gallegas , si a la Barra , y no defraudo en absoluto , la empanada muy buena , el pulpo tambien , el rodaballo espectacular , las cañitas de postre para comerse dos mas de hecho repeti , un albariño y pacharan.
El local elegante muy bien decorado comodo y contemporaneo , el servicio muy profesional y amable , en fin que mas se puede pedir.
Un restaurante que ha evolucionado , materia prima excepcional.
La Barra de las Rias de la cual soy asiduo , eso si que es un Gastrobar no otros inventos muy de moda.
El precio relacion calidad precio sin sorpresas 55 persona fuimos comedidos , no esta el horno para muchos bollos.
Volveremos cuando podemos

Tras los atracones propios de estas fechas, para la noche de reyes me apetecía regalar a mi pareja algo de calma al paladar, y que mejor idea que una recomendación Verema, y porqué no, el famoso Rías Gallegas. Tomamos el menú de aprox. 40€ agua y albariño Pazo Señorans. Aperitivo: trozo de empanada gallega, entrante: Pulpo con Cachelos, Crujiente de Vieiras y Cocochas al Pil-Pil, 1º: crema de marisco mi mujer, y yo alubias, 2º: Solomillo al punto, se deshacía,
Postre y Café. El vino sirvió de perfecto hilo conductor, otorgando armonía y continuidad al menú.
Mientras avanzaba la velada, se oía el murmullo de la barra, chocando con la serenidad del restaurante, y dando ganas de unirse al jolgorio en otra ocasión.

Tenía ganas de acudir a este restaurante pues su fama lo precede, la pena fue, tal y como nos comentaron al atendernos, que al ser día festivo, y martes, no dispnían de toda la carta.
Rápidamente nos olvidamos de este contratiempo, nos pedimos unas cañas y pensamos en lo que ibamos a tomar.
Por este orden tomamos lo siguiente:
Quisquilla, posiblemente es de las mejores que he tomado últimamente, tanto en restaurante como tomada en casa.
Una croqueta de marisco (gamba y centollo) por persona, estaba rica pero el sabor a bechamel tapaba cualquier sabor a marisco, valió la pena pedir solo una.
Crujiente de vieiras, tapa individual que compartimos, excelente.
Pulpo a la gallega, tenía expectación pues tiene fama de hacer el mejor pulpo en Valencia y ahora puedo corroborarlo, francamente bueno merece la pena acudir a probarlo.
Como plato individual tomamos un mero a la plancha, muy bueno, y un rape a la plancha con salsa de trufa negra, sensacional.
De postre mi mujer pidió una tartita de chocolate.
Un muy buen ritmo en sacar los platos, atención correcta, un buen servicio de vino y un restaurante amplio, sencillo en la decoración y agradable.
Un punto muy positivo es el poder pedir medias raciones en muchos platos.
También tomamos unas cañas, agua mineral y un Pazo Señorans 2011 bastante afrutado y muy apropiado para lo que degustamos.
Un muy buen restaurante al que sin duda volveré.

Decidí acudir al restaurante Rias Gallegas tras leer numerosas buenas valoraciones sobre dicho restaurante. La verdad es que no me defraudo.

El ambiente es relajado (también contribuyo que el restaurante no estaba lleno), el trato del servicio es muy correcto y el servicio de vino esta muy bien.

Respecto a la comida no tengo nada negativo que resaltar. Cenamos con el menú degustacion, la empanada estaba buena, a destacar el crujiente de vieiras y en especial el solomillo que me encantó. Los postres estaban bien pero tampoco sobresalientes.

La relación calidad/precio esta bien pero un poco mas economico no estaría mal.

Saludos.

Muy animada la Barra de Rias incluso las pequeñas mesitas de la terraza, y nuestra mesa para 4 y otra de 3 para celebrar una graduación. El resto del comedor vacio. Llamativo (y ya muy frecuente en muchos lares) aunque sea un día entre semana para cenar.
Decoración clásica tirando a antigua. Estupenda y amplia mesa redonda, estupendas copas y vajilla clasica; buen cambio de cubiertos y platos y siempre pendientes del servicio de vino (no había mucho más que hacer).
Carta de comidas suficiente y variada con los platos ya descritos en otros comentarios. Buena carta de postres. Carta de vinos que se ha ido reduciendo con el paso de los meses hasta quedar reducida (excepto en tintos de rioja y ribera) a poco mas de 2/3 representantes por zonas; en vino extranjero que antes era una pasada, ahora estamos en vacas flacas flacas. En cava y champagnes también ha entrado la tijera a saco y además de algunos ya con la etiqueta de agotado hay más de los que parecen pues encontramos dos champagnes desaparecidos.
Entradas de cortesía: papas de elaboracion propia un poco duras del tiempo pasado desde la sartén al plato (medio día al menos); una empanadilla de cebolla y atún muy jugosa pero el hojaldre estaba apelmazado en los bordes.
Al centro a compartir 4 ostras grandes, sabrosas muy bien; 8 gambas de Denia de tamaño bueno, con la plancha justa, muy bien; el pulpo descrito bien de sabor y textura (hay quien le gusta masticar más pero estaba bien cocido), bien el pimentón y la sal un poco a golpes (a veces mucha, a veces sin sal); crujiente de vieras x 2: en realidad era una viera por plato un poco seca con acompañamiento de verdura correcto y un muy buen pisto. Pan nada especial.
Se acompañó de botella de agua de litro correcta y un Valdegatiles 2007 espectacular bien de temperatura y un buen servicio dando a probar una cantidad suficiente en copa para apreciar el color (hay quien pone con cuentagotas para catar y todos los tintos parecen transparentes).
De principales: todos rodaballo salvaje a la plancha: bueno, sabroso, en un buen punto de plancha aunque se quedó frío rápidamente y eso que la ración era justita. Al rodaballo le han sacado casi 200 € a raciones. Se acompañó con un gran estrella: champagne Billecart salmón cuvee nicolas 1998 (no había de los superiores a pesar de estar en carta) que nos maravilló a todos, evitando el exceso de enfriamiento que te hace perder los aromas. Lo mejor de la cena.
Postres: fuera de carta fresas con no recuerdo qué y una de cañas (bien conseguida) de crema (poco sabrosa) con helado de dulce de leche muy correcto. 2 x infusiones 1 x café y yo me quedé acabando el champagne.
A pesar de que el costo total de la mesa estaba siendo alto, no hubo ofrecimiento de repetir café, un chupito de algún vino dulce o licor....¿?
No pongo precio por persona ya que el vino y el champagne pasaron de los 160 € lo que trastoca totalmente la media real con unos vinos más en promedio de carta.

Resumiendo mejorable la actualidad de la carta de vinos y las opciones. Pan para cambiar. Comida muy correcta pero nada excepcional ni por elaboración ni por calidad (ojo siempre en calidad buena), servicio muy profesional y correcto y precio alto.
Vamos hacia abajo, ojalá que la Barra de Rias vecina y menús de medio día, permita aguantar.

Solo tengo malas sensaciones de este restaurante. Lo probé el año pasado, acudiendo al menú que ofrecen, y pensé que a la carta y con el bolsillo suelto sería maravilloso. Nada más lejos de la realidad. Marisco escaso y sencillo, como el que uno puede preparar en su casa, a un precio de estrella michelin 80 EUR por persona (una ostra, media centolla y 4 percebes). Servicio del vino muy pobre, incluso malo, para dos botellas que subían a 190 EUR. No pudimos pedir café ni postre porque el maître se escondía a fin de no tener que dar explicaciones. Además, el ambiente era muy ruidoso e incómodo, nos atendieron 4 camareros diferentes, y teníamos que solicitar con la mano que atendieran la bebida constantemente. Muy triste.

Buscando un lugar en Valencia para hacer una cena especial, fuimos recomendados por varios amigos y no se equivocaron. Después de haber visitado otros locales bastante más caros y pretenciosos, el Rias Gallegas me parece perfecto para estas ocasiones.
El nombre del lugar puede llevar a confusión ya que la carta no pretende ser tradicional al incluir algunos platos de cocina fusión, claro está, siempre con el ingrediente caracterísitico de la cocina gallega.

Restaurante suficientemente comentado, y con gran acierto, en lo que a local (muy limpio y acogedor en materia de decoración); mesas (magníficamente vestidas por la calidad de las mantelería, cristalería y cubertería); separación del mobiliario (sensación de gran holgura) y ambiente (muy cálido,)se refiere. Como novedad destacable, la nueva puerta, que, comunica el restaurante con la barra, sita en un local colindante, en la, que, se pueden degustar distintos tipos de tapas y montaditos.
Quisiera destacar, sin embargo, dos aspectos de esta casa:

El primero se refiere a los tiempos de presentación y retirada de los servicios, que alcanza un gran nivel.

Y el segundo, el servicio; éste es rápido, servicial, amable, listo para atenderte, no sólo en la presentación y retirada de los platos, sino, también, en la reposición de las bebidas.

En esta ocasión nos decantamos por el menú y alguna cosa más. Este ha sido el resultado:

ENTRANTES:

1.- EMPANADA: Estaba recién hecha. La masa, a la vez, que, ténuemente crujiente, por su composición, se deshacía en la boca. El interior, bonito y cebolla estofada a raudales. Sabor intenso. La temperatura de la empanada, entre tibia y ligeramente caliente, permite saborearla y descubrir todos sus matices.
2.- PULPO: Firme el pulpo. Muy buenos el pimentón y el aceite de oliva. las patatas que sirven de base cocidas de manera que aprecias todo su sabor. Sabroso.
3.- CRUJIENTE DE VIEIRA Y KOKOTXA: Destacaría de este plato el pisto que acompaña a la vieira y a la kojkotxa, por su sabor y punto de cocción. Antes se acompañaba de unas patatas fritas de una altura parecida a las hechas "a la inglesa"; hoy las patatas fueron sustituidas por unas pequeñas placas redondas de tempura fritas. El resultado, satisfactorio.

PLATO DE CUCHARA:

CREMA DE VERDURAS: Extraordinaria por sabor, textura, temperatura. Una gran finura, que, ya, en la boca ve potenciado su sabor. Plato que por ser sencillo, nada simple, demuestra que detrás de su elaboración hay técnica depurada. Para repetir un y otra vez. No me hubiera importado comer única y exclusivamente este plato como menú. SOBRESALIENTE.

PLATO PRINCIPAL:

RODABALLO: Sensacional por firmeza, sabor, punto de cocción y calidad. Acompañado de un purée de patata con mirepoix de verduras. Plato sencillo y a la vez contundente. DISFRUTAS DE EL.

FUERA DE MENU:

QUESO GALLEGO CON MEMBRILLO CASERO: Reconozco que tanto el queso que presentan, por su cremosidad y sabor, casi parece un beso; como el membrillo casero, en su justo punto de dulzura y acidez, son una de mis debilidades: HE disfrutado como un niño. Me recuerda a sabores de mi niñez. ENTRAÑABLE.

POSTRE:

CAÑA RELLENA DE CREMA Y HELADO DE DULCE DE LECHE: Mejor la pasta con la que se ha hecho/frito la caña que la crema pastelera. El helado complementa perfectamente lo anterior; dulce y ligera, muy ligeramente amargo.

Muy buen café.
En síntesis, muy buen restaurante, no falla. Comida auténtica aunando muy buena técnica, con elaboración sencilla, y una materia prima de gran calidad.
Totalmente recomendable.
El precio es sin vino, pero con un plato fuera de menú.

Habré ido con mi familia unas 10-12 veces a este restaurante, del que destaco excelente calidad- precio en el menú Rías Gallegas. Vengo observando desde hace unos meses, un evidente descenso en la calidad de servicio, solo si se solicita el precitado menú. Nuestra antepenúltima visita (no era el caso) adoleció de falta de frescor en la quisquilla, sin que mediara advertencia alguna por parte de la dirección, si bien el trato fue excelente.
Sin embargo, en las dos últimas ( menú Rías Gallegas ) con la familia (dos hijos menores de edad) hemos advertido dejadez en la atención ( ni siquiera han dado a catar el vino ) dando a entender que, en este supuesto, no somos clientela interesante para el establecimiento.
La comida, bien, pero a peor nivel comparado con ocasiones anteriores. El pulpo a la gallega, excelente de sabor, incluía piezas de menor calidad, sin estar a la altura de ocasiones. Las pochas eran mejorables. El solomillo, algo pasado, si bien de buena calidad.
El servicio, lento, sin prestar la de da atención en un establecimiento de esta categoría.
No volveremos.

Otra visita mas a Rias Gallegas, en la que disfrutamos del menú tan comentado y conocido por estos lares.Aparte de los conocidos entrantes, escogimos como plato de cuchara una crema de boletus bien,el atun a la mostaza y una excelente carne. A resaltar con muchisima nota el fantástico atún cocinado a la perfección, muy tierno y casi crudo por dentro.Un plato de 10.

A destacar el descuento en el vino por ser Veremero,nos decantamos por un Bassus Pinot que no nos terminó , terminamos con una invitación de dos copas de tintoralba dulce y de un dulce, creo que de Dominio de la Vega

Como parte negativa y creo que a tener en cuenta por los responsables dos aspectos:
1-La bajada de la tranquilidad en sala, la razón es que "La barra de Rias", el nuevo gastrobar de "rias gallegas", se comunica con el propio restaurante(Comparten cocina,barra y camareros), por lo que en nuestro caso, que nos sentaron en la primera mesa de la entrada tuvimos un ruido altisimo durante toda la noche, quizás una puerta entre las 2 salas evitaria este problema; tambien ocasiona que los camareros vayan costantemente de una parte del restaurante a la otra, con platos, cervezas, etc...Pese a lo citado anteriormente tuvimos un rellenado constante de copas y un servicio correcto en tiempos, pero notamos mucho ajetreo.

2-A la hora de pedir el postre de la carta,yo me decante por las flautas (excelentes) y al pedir la mousse de chocolate (al mismo precio en carta) nos comentan que si pediamos ese postre al ir de menú solo nos sacarian un postre para compartir...detalle feo para el nivel de "Rias"

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