Facturas tardonas en restaurantes

En el siglo XXI, hay muchas cosas a mejorar, pero hay muchas cosas que en vez de mejorar empeoran, lo digo en general. Resignacion.

Yo os entiendo a los profesionales, pero tambien os digo que un retraso notable, creo un mal recuerdo.

Prefiero la tardanza en la cuenta, a la demora en servirte lo pedido, que eso si que se eterniza en muchos sitios y fastidia mucho más. Si alguna vez veo que tardan una vez pedida la cuenta, suelo levantarme, recoger chaquetas, bolsos y demás bártulos y encaminarme a la barra o al mostrador del maitre y decirle que tengo que irme, que necesito la factura ya, pero siempre de buenas maneras, y hasta el momento me ha dado buen resultado.

Por otro lado, si la comida es durante la jornada laboral, una vez me están poniendo el café, le recalco al camarero que prepare la cuenta, que tengo el tiempo justo; no espero a tomarlo, a charlar con los comensales y después de mirar el reloj, empezar con las prisas (sobre todo poque es hora punta y el restaurante suele estar de bote en bote). El cigarrito y la tertulia se puede echar en la mesa igual de agradablemente después de haber pedido y pagado la cuenta.

Hay de todo, claro. De todas formas, si todos, o la gran mayoría, de los comensales llegan a las 22:00, lo normal es que en el restaurante tomen las medidas para que la factura no se retrase en exceso.
Eso sí, para mí es peor que te la traigan sin haberla pedido. Tengo la sensación de que me están echando.
Una buena manera de que aceleren es hacer ademán de levantarse.