Sobre la cata a ciegas
Leo perplejo y no es la primera vez, la defensa que hace el Sr. Peñín de la cata a etiqueta vista en contraposición a la cata a ciegas, llegando a afirmar en el último párrafo de su artículo "En resumen, si eres un catador experimentado viendo la etiqueta e insensible a la marca, verás que apenas existe diferencias entre catar a ciega y a vista. Si eres un simple consumidor debes catar a ciegas". La de experimentos y explicaciones que plantea para justificar que sus famosas guias y que la valoración de los vinos en ella se haya realizado bajo el influjo de la etiqueta es sorprendente, titulando su artículo en vinetur "Los desconciertos de la cata ciega". No puedo estar más en desacuerdo, censurar los defectos y problemas que tiene la cata a ciegas, que evidentemente los tiene, no justifica nunca que pueda ser mejor, ni siquiera igual la cata a etiqueta vista, aunque el señale que un catador experimentado como él no se ve influenciado por el nombre del vino (lo cual me fascina) y se invente motivos que no tienen sentido, como la diferencia entre el estado de botellas de una misma partida (que se produce igual a etiqueta vista).
En resumen, a estas alturas no sé que quiere explicar este hombre que relaciona la cata a ciegas con "... el fruto del conocimiento de un profesional de unas marcas concretas porque las bebe con la frecuencia que permita identificarlas". Lo cual demuestra que no tiene ni idea de lo que es catar a ciegas y de lo que buscamos los que lo hacemos, además de diversión y entretenmiento, evidentemente. Buscamos la uva, el origen, el suelo, la crianza, la elaboración... y que todo ello nos lleve a una zona, a un país.. y cuando además hemos probado un vino que da todo eso, incluso a una marca y un vino.
Sr. Peñin, viva la cata a ciegas para divertirse, como ejercicio mental pero también como la mejor forma de evaluar los vinos, aunque le pese.
¿Qué opinais al respecto?