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COMPRARLa viticultura emana del paisaje de Ribeiro desde hace cientos de años. Echando la vista muy atrás en el tiempo, comprobamos cómo los primeros monasterios se asentaron en el valle del Avia en torno al siglo X. Su orografía, esculpida a base de esfuerzo, hizo de los bancales la única forma de conseguir el terreno necesario para el cultivo de la vid. La importancia del viñedo era tal que los viticultores locales Invertían más recursos en muros para los socalcos que para sus propias casas.
El proyecto Viña Meín - Emilio Rojo nace en 2019 fruto de la apuesta de Alma Carraovejas por el Ribeiro más histórico. Cuando decidimos venir hasta el valle del Avia, lo hicimos con la responsabilidad de preservar una historia vitivinícola única y con el compromiso de impulsar un territorio lleno de autenticidad.
Alma Carraovejas encuentra en el valle del Avia un lugar único para la elaboración de grandes blancos y tintos. Creemos firmemente que Ribeiro tiene todo lo necesario para estar entre las grandes zonas vitícolas de nuestro país: tradición, paisaje, diversidad y una cultura arraigada a la viña.
Viña Meín fue la razón para estar en Ribeiro: un viñedo con una historia como pocos pueden relatar en el mundo del vino. Meín está datado ya como viña en el siglo XII, en el testamento del abad Pelayo del cercano Monasterio de San Clodio. En el anfiteatro que conforma esta parcela sentimos que estamos ante una oportunidad única de hacer algunos de los mejores vinos del mundo.
Emilio Rojo fue la pasión para engrandecer aún más el proyecto en el valle del Avia, justo enfrente de Viña Meín, en la ladera opuesta: uno de los vinos revolucionarios del Ribeiro actual y uno de los blancos icónicos de nuestro país, admirado por todos; una viña que ha conseguido su máximo esplendor gracias a una conexión con el viticultor que hoy nos sigue transmitiendo toda su experiencia.
El perfil de los suelos del valle del Avia es mayoritariamente granítico con textura arenosa, lo que localmente se conoce como sábrego, que favorece el drenaje de una alta pluviometría que supera los mil litros por metro cuadrado anuales. Hemos realizado calicatas para conocer mejor las distintas texturas y conseguir una viticultura adaptada a cada parcela. En cuanto a temperaturas, pese a la cercanía a la costa, en el valle del Avia las heladas se suceden hasta entrada la primavera y en los veranos las temperaturas alcanzan máximas cercanas a 40º C.
La propiedad de la tierra se caracteriza por pequeñas extensiones para cada parcela y una orografía abrupta. Los socalcos o bancales son parte esencial del paisaje vitícola. Esta fragmentación se ha utilizado históricamente para dividir cada viña en herencia y en gestión.
El jardín de variedades que es Ribeiro se encuentra siempre entremezclado en una misma parcela ya sea separado por bancales o en estilo de coplantación. La autenticidad del valle del Avia radica en vinos plurivarietales. En nuestros viñedos podemos encontrar treixadura, albariño, godello, torrontés, caíño blanco, lado y loureira en blancas; caíño longo, brancellao, sousón, ferrón, caíño redondo, arauxa y garnacha tintorera en tintas. Todas estas variedades son testigos de la riqueza histórica del viñedo de Ribeiro.
La parcela de Meín es la finca más importante en extensión con 2,5 hectáreas. Lugar de Meín fue una aldea dedicada a la agricultura ya desaparecida sobre la que hoy se asienta la bodega. El anfiteatro principal de viñedo, con las distintas variedades locales, mantiene un ciclo propio de maduración. Alrededor de Lugar de Meín se encuentra la cantidad de viñedo más importante del proyecto.
En la ladera opuesta del valle del Avia, Emilio Rojo y su mujer, Julia, plantaron en los años 80 1,2 hectáreas de viñedo con las distintas variedades locales blancas. Una viticultura personalizada y el esfuerzo de toda una vida en simbiosis con el terruño consiguieron que la parcela y el vino Emilio Rojo se convirtiera en uno de los blancos más importantes de España.
Nuestros trabajos de campo parten de la premisa de buscar la forma de interactuar más respetuosa con el entorno. El equilibrio entre viñedo y entorno es fundamental para elaborar grandes vinos. Estamos desarrollando un proyecto de innovación, ROTEND, que supone el conteo las esporas de las enfermedades fúngicas de la vid para reconocer los momentos de más presión sobre el viñedo. El trabajo de campo de Viña Meín – Emilio Rojo recupera algunas de las formas de trabajar de siempre y lo combina con elementos de vanguardia. Todos los racimos son vendimiados a mano en cajas de 12 kg en varias recogidas para obtener el punto óptimo de maduración. Cuando llegan a bodega, pasan una nueva selección de racimos. Disponemos de una cámara frigorífica para mantener las temperaturas de las distintas variedades cuando la uva lo requiere.
La elaboración de Viña Meín - Emilio Rojo busca plasmar la auténtica identidad del paisaje. Elaboramos cada recogida por punto de maduración, por parcela, por variedad, separadas del resto, con lotes que van desde un máximo de 2400 litros hasta los apenas 50 litros. Contamos, para ello, con distintos depósitos de acero inoxidable, foudres y tinas de roble francés, huevos de hormigón y de gres y damajuanas y wine globes de distintos tamaños. Cada fracción evoluciona por separado hasta el momento de la mezcla. Al finalizar el tiempo de crianza, los distintos lotes se ensamblan para conformar la realidad del paisaje.
Meín Castes Brancas es un vino que pretende reflejar el Valle del Avia. Se elabora con treixadura y otras variedades locales (godello, albariño, torrontés y loureira). Las variedades de cada parcela son recogidas por separado. En bodega la uva se vinifica ensamblado en depósitos de acero inoxidable, roble y hormigón. Es un vino donde se combinan distintos bancales y cepas, manteniendo siempre un mismo carácter expresivo. Después el vino pasa aproximadamente 7 meses de crianza en los mismos depósitos de fermentación hasta su embotellado. Sale al mercado tras una crianza de 4 meses en botella.
Meín Tinto es un vino de comarca. Se elabora con las históricas caíño longo, brancellao, sousón y caíño redondo procedentes de las de zona norte del valle del Avia, lugar histórico de tintos, entre distintas aldeas de los concellos de Leiro y en la aldea de Pazos de Arenteiro. Un marcado clima atlántico durante el otoño, invierno y primavera y el calor del verano caracterizan la evolución de estas variedades. Las distintas variedades se vendimian por separado y se elaboran por separado para ensamblarse después del prensado. El vino envejece 7 meses en depósitos de acero inoxidable y foudres y sale al mercado tras aproximadamente 12 meses en botella.
O Gran Meín Tinto se elabora con dos parecelas de dos aldeas colindantes al norte del concello de Leiro: Osebe y Ribeiro. Las cepas de brancellao y caíño longo se elaboran por separado, incluyendo distintas zonas dentro de la misma parcela. Tras una crianza de aproximadamente 10 meses, se ensambla justo antes de su embotellado. Después tiene una crianza de aproximadamente 24 meses en botella antes de salir al mercado.
O Gran Meín Castes Brancas se elabora con la finca de Meín, la más importante del proyecto, y las viñas que rodean lo que se conoce como Lugar de Meín, una aldea histórica dedicada a la viticultura sobre la que hoy se asienta la bodega. Las distintas variedades locales se reparten por bancales y en estilo de coplatación: treixadura, albariño, torrontés, godello, loureira, caiño blanco y lado. Se realizaron varias vendimias en cada viña, separando variedad y parcela, lo que permitió que cada uva estuviera en su punto óptimo de maduración. Cada fracción se mantiene separada del resto en depósitos de acero inoxidable, hormigón o roble para extraer la expresión más pura y enérgica del terruño. Tras la crianza sobre lías durante 10 meses se embotella el vino, que después tiene una crianza en botella de aproximadamente 12 meses más.
Emilio Rojo, es un vino único. Una elaboración en la que viña y vino trascienden en el tiempo. Representa la dualidad del hombre que ha dado nombre al vino, y la del viñedo convertido en un paraje único. Emilio Rojo se elabora con treixadura y otras variedades locales como godello, lado, albariño, caíño blanco, torrontés y loureira. Vendimias donde las vides se marcan una a una para saber cuáles hay que recoger en cada momento. No sólo se vendimia por variedad sino cepa por cepa y punto de maduración. Exhaustiva selección en viñedo y se vinifica por día y punto de madurez. Mínima intervención, con fermentación de las propias levaduras, elaboración en acero inoxidable y sin ningún tipo de contacto con madera. El vino pasa 18 meses en botella antes de salir al mercado.
Alma Carraovejas es el concepto que aúna, bajo una misma cultura corporativa, diferentes proyectos vitivinícolas y gastronómicos repartidos por toda la geografía nacional. Alma Carraovejas surge de Pago de Carraovejas, pero se desarrolla durante la historia de la bodega. Alma Carraovejas llega en 2013 a Ossian, un proyecto único de cepas prefiloxéricas de verdejo con una de las historias más largas de la península ibérica.
En 2017 nace, junto a las instalaciones de Pago de Carraovejas en Peñafiel, el nuevo Restaurante Ambivium, reconocido hoy con una Estrella Michelin, dos soles Repsol y una recientemente conseguida Estrella Verde que reconoce la labor y el trabajo por la sostenibilidad del entorno por parte de cocina, sumillería y sala. En 2018, fruto de años de trabajo en la zona, surge Milsetentayseis, el proyecto asentado en Fuentenebro. Este término es la parte sur y con más altitud de la Ribera del Duero donde se pretende reinterpretar el pasado auténtico del viñedo del municipio.
Alma Carraovejas llega a Galicia en 2019 para dar continuidad de dos proyectos que aspiran a rememorar la historia de Ribeiro, una de las zonas vitivinícolas más antiguas del mundo: Viña Meín y Emilio Rojo.
El año 2020 se cumple un sueño para el equipo de Alma con la llegada a Leza, en Rioja Alavesa: nace el proyecto Aiurri con viñedo en la ladera izquierda del valle del Ebro bajo la influencia de la Sierra de Toloño. Paralelamente surge SV wines, la importadora de vinos de Alma Carraovejas con la que se pretende acercar elaboraciones únicas de viñedos singulares de todo el mundo.
El nacimiento de la fundación ‘Cultura Líquida’ se cierra en 2021: una nueva apuesta por fomentar la cultura del viñedo y del vino en nuestro país. Previamente, se había continuado con el sexto proyecto vitivinícola de Alma Carraovejas: Bodega Marañones. El viñedo de indudable valor de San Martín de Valdeiglesias, en las estribaciones de la sierra de Gredos, acerca a Alma hasta la DO Vinos de Madrid.
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