Permanece la fruta roja con tintes licorosos pero aparece y no haynque buscarla con esfuerzo
Tonos vegetales de matorral seco, en boca se presenta con buena acidez que le permitirá crecer en botella, taninos sabrosos. Toques vegetales y de especias de matorral seca, se funden con el tostado de maderas ahumadas. Su ataque tiene dejes golosos, es frutos y gustoso.

Destaca por... Presentarnos la Rioja de los grandes reservas clásicos, lo cual en los tiempos de modernidad que acontecen, se agradece un toque que nos sitúe lo que somos.

El momento... Abrir la botella en un segundo plato de forma que nos permita disfrutar media botella en la sobremesa, no echaremos en falta el dulce...

La nota de cata de casi un año podría valer, aunque ahora la fruta se encuentra ya bastante más madura casi pasificada, pero aún no está al límite de su consumo, puede guardarse unos 5 años más.
Esta vez se han dejado notar más las mokas, los cafés y el cuero, más elegante, se encontraba algo más escondido.

De matices de rojo bermellón a rojo teja e intensidad media, es brillante y fluído. En nariz tiene intensidad también media. Los aromas frutales son inciertos, prevaleciendo quizá la mora. Presenta toques dulces de canela, vainilla y almendra, que se equilibran con aromas más cerrados, debido a su crianza, de cuero. En boca es seco, con taninos de madera muy suaves y acidez baja. Su paso por boca es fluído y no especialmente cálido, a pesar de su graduación (13,5%). La persistencia, larga y agradable.

VISUAL: Color rojo de poca intensidad, con capa más bien baja y un menisco de claro color teja, que denota su edad. Lágrima no excesivamente abundante.
OLFATIVA: Inicialmente se presenta como un vino bastante cerrado, pero no tarda mucho en salir los aromas de fruta roja, evidentemente un poco tapados por su crianza. Al mover la copa nos aparece algún aroma especiado, un poco de tostados y algo de chocolate, pero sin marcar demasiado ningún aroma. La fruta permanece ligera, y no tarda mucho en salir el aroma a cuero.
GUSTATIVA. Paso muy ligero por boca, con buena entrada, taninos poco marcados y buena acidez. Es un vino algo persistente aunque no tarda en desvanecerse y desaparecer, pero no con la velocidad de otros riojas. En retronasal es agradable.
En definitiva, siendo poco amantes de los Grandes Reservas nos ha sorprendido gratamente.