De color rubí marronoso de capa media, claro, translúcido. Vidrio tintado por un finísimo precipitado. Reflejos vivos, cobrizos y rojizos. Borde atejado, amplio, sin apenas diferencias con el menisco.
Tiene un pequeño problema de arranque. Algo cerrado, dominado por unas maderas lujosas, cedro, fruta escarchada, especias ahumadas. Todo de gran calidad pero constreñido durante un buen rato. Se sobrepone sin problemas para ganar en pureza y en definición. Sale una tempranillo pura, profunda, perfumada, aún fresca, vestida de apuntes térreos, hojarasca, corteza de nogal... Un tinto de transición entre la Rioja clásica y moderna.
Se funde en boca, sedoso, acariciante, aterciopelado. Acolcha una suavísima trama de tostados muy finos (torrefactado, tabaco rubio, crema pastelera). Distinguido, del todo aposentado, amplio y sin exceso de peso ni estructura. Discurre elegantemente. Un tinto muy recomendable del 76, entre los mejores que se elaboraron en su momento en Rioja, y muy por encima de algunas partidas "raras" de 1975 que nos habían desconcertado y puesto en duda el trabajo de la bodega. Con algo así se comienza a justificar el altísimo precio al que se comercializaba en su momento: algo mas de 10.000 pesetas a finales de los años 90. No llega a la altura de los míticos "Hidalguía de Martínez Bujanda" que se elaboraron en los 60 pero es sin duda un gran vino. Es posible que haya llegado a su punto álgido. Para ir bebiendo sin prisa en los próximos años. Muy rico!!!
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/12/conde-de-valdemar-1976-gran-reserva.html
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