Dorado suave.
Nariz de correcta intensidad pero gran definición. Tiene un perfil olfativo muy serio, elegante y definido, con notas minerales marcando una fruta con hueso "fría", un punto de fruta blanca y un atisbo de esas notas de hidrocarburos que tanto me gustan.
En boca es un vino muy fresco, marcado por el corte mineral y los recuerdos por retronasal a kumquat, a cítrico amargoso. Durante todo su recorrido se muestra recio, parco en parafernalias, en adornos innecesarios. Es simplemente, el terroir en el que creció esta maravillosa variedad llamada Riesling.

El precio es algo elevado pero su calidad también.

Dorado pálido limpio y brillante.
Nariz intensa, limpia, profunda y mineral. Ofrece tenues registros de fruta blanca fresca, notas cítricas muy limpias y definidas y un mero carácter mineral de pedernal. No muy expresivo, pero sí muy serio y perfectamente definido.
En boca confirma su estilo austero y rectilíneo. Dotado de una fina e integrada acidez, es ligero y a la vez poderoso el en paso, dejando unos recuerdos cítricos y minerales muy profundos en el final. Buena persistencia. Un vino con mucha carga de terroir y poca concesión frutal. No resulta fácil.
Aquí tenemos un ejemplo de vino al que hay que ir a buscar, de los que no se te muestra. Pero estamos ante todo delante de un Dönnhoff , ni más ni menos que el mejor elaborador de vinos blancos del mundo. Y sí, es austero y difícil, pero ante todo es un Dönhoff. Calidad y definición a raudales incluso en una añada no muy buena. Unos 27 euros, nada caro para su gran nivel.

Pajizo brillante. Nariz de buena intensidad, franca y expresiva, con bastante buena expresión frutal, notas de piel de cítrico y con cierta mineralidad que reaparece en retronasal, de hecho comienza a 'petrolear'. En boca tiene buen ataque, cierta densidad, con muy buena acidez, leve amargosidad, cuerpo medio y notable longitud. Un vino con exultante personalidad, aunque sea de una añada no muy allá. De todos modos parece que seguirá ganando con algo más de tiempo en botella...