El vino presenta todas las características de una uva muy 'polifónica', pero quizás redundando en lo técnico y fresco. Evidentemente el vino es joven, y pretende ser joven, se muestra afilado y exuberante. Con buena fruta, nervioso, aunque a mi juicio algo desequilibrado por exceso de acidez; ¿en este país acogemos las modas hasta el extremo para convertirlas en defectos? - lo digo porque entiendo que este barril ha sido elegido por el importador para España, al abrigo de las tendencias actuales en nuestros 'gurús'.
A pesar de todo lo anterior, el vino tiene algo muy atractivo que 'engancha' poco a poco. Es un vino para disfrutar, aunque se podría pedir algo más de equilibrio.

Amarillo pálido, limpio y brillante.
Parco en nariz, hay que darle algo de aire. Poco a poco comienza a asentarse y enseña flores blancas, piel de manzana, melón, leves cítricos, pedernal, fósforo y todas las piedras de la tabla periódica.
Boca joven y apretada, algo más insulsa que en la fase anterior. Como sucede con otros Kabinett, la entrada parece que va a ser más dulce de lo que luego es. Comienza mostrando simpatía, pero frena en seco. Acidez desmesurada, muestra buen potencial, pero de momento pensamos que está para guardarlo un tiempo.
Final primario.
Un básico del gran maestro del Nahe con el que habrá que esperar. Creo que de jóvenes son vinos demasiado austeros y radicales.