Pero... ¡ay ay ay!
Un riesling alemán de los must, de los que hay que probar sí o sí porque además se puede. Un básico.
Los cítricos son los dueños absolutos del inicio, tanto de la fase nasal como de la gustativa. Es un trocken oiga.
Los minerales, la piel de naranja confitada, la hoja de limón que dice, y dice bien Arrutzi... Algo de bollería...
Y una untuosodad, una chispa, un desparpajo, pero sin dejar en ningún momento de moverse con elegancia...
¡Cómo estará esto dentro de unos añitos! Pero... ¡cómo está ahora también!
Me gusta Hermann Dönnhoff
Aromas de media intensidad, cítricos, fruta fresca, pulpa de lima, hoja de limón, flores blancas, ligero ahumado, lías y un fondo mineral, suave y elegante.
Boca equilibrada y fresca, junto a un suave dulzor, esplendida y correcta acidez. Con valores cítricos que recuerdan al pomelo. Al tiempo muestra evolución y melosidad, el vino, sin duda tiene futuro y muchas cosas que contar.
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