Botella borgoñona, etiqueta muy fina, “Premium Cuvee” y en resumen un conjunto que irradia elegancia a la vista y que esconde y enmascara lo que nos encontramos en su interior.
Primero, el corcho, lamentable para una bodega de este nivel, corcho conglomerado de baja calidad que da la impresión de que se les han terminado los corchos buenos en la bodega y han tenido que echar mano de los corchos malos. A medida que extraes el corcho se te quitan las ganas de continuar.
El vino, color cereza intenso con ribete teja, aspecto bastante turbio que transmite tristeza. Abundante lágrima en la copa que ya nos va avisando de lo que nos vamos a encontrar. La fase olfativa es la mejor para mí,intensos aromas a frutas rojas sobremaduradas y algo de vainilla. En boca se muestra potente, con muchas aristas y poco definido, exceso de alcohol y para mí demasiado tiempo en barrica o barrica de mala calidad o con demasiados vinos criados en su haber, el posgusto que deja no es en ningún caso agradable. Este vino me ha recordado a los antiguos reservas y grandes reservas de Rioja que se hacían con vinos que no aguantaban la crianza y que daban como resultado vinos maderosos con mucho alcohol. He tenido que tomar este vino a 13 grados para poder apreciar lo poco que he apreciado de bueno, porque a la temperatura recomendada de consumo el alcohol lo escondía todo. No lo recomiendo para nada.
Mucha presencia para acabar en un simple corcho de conglomerado.
Color cereza intenso con la orilla granate algo apagada.
Nariz potente, con bofetada alcohólica, farmacia, moras licorosas, especias punzantes y tabaco.
Cuerpo medio, cálido en exceso, no es amable, incluso te deja la garganta escocida, falto de peso frutal, quizá por eso se nota su graduación y como consecuencia el alcohol, postgusto rápido. Sin duda, su fase más debil.
No me ha cuadrado.
De color rojo picota de capa media, ribete rubí y lagrima densa que tiñe la copa.
En nariz predominio de fruta roja en licor, maderas nuevas, ligeros tostados, especias y balsámicos con cierta potencia.
En boca tiene una entrada cremosa, con cuerpo, ligera tanicidad, correcta acidez y postgusto de medio recorrido, con recuerdos de la fruta y la madera principalmente.
Se deja beber.
Picota con ribete granate con aristas violáceas, capa media baja, color muy vivo para ser 2007.
Vino muy glicérico con lágrima que tinta levemente la copa.
Nariz de media intensidad, a copa parada, aparecen notas de frutas negras y especies dulces(nuez moscada) al agitar de copa se mantienen los matices anteriores apareciendo además frutas rojas maduras y sutiles notas a maderas finas, trás oxigenación van apareciendo matices golosos.
La nariz se muestra bien definida, mantiene bien integrada la madera y el alcohol pese a sus 14,5.
En boca es otra historia, buen ataque, opulento, untuoso pero con el tanino secante dando cierta astringencia,madera demasiado protagonista, pese a ello el vino va bien de acidez y posee buena longitud.
Es un vino que pide comida y que el tiempo en botella acabará de redondear el tanino.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.