Gracias al sacacorchos de aire comprimido Corky, saltó el tapón viejo como el de una botella de champán, empapado en vino y reluciente. ¿ Qué añadir a lo ya escrito por los precedentes virtuosos ? Poca cosa : fue un rioja de antología, absolutamente inolvidable, de una belleza intimidante y que nos dejó mudos de admiración : derroche de perfumes, delicadeza suprema de los aromas terciarios, combinación perfecta de sabores frutales y especiados, textura sedosísima, clasicismo estructural, final de boca extremadamente complejo, notas de fruta roja reducida al máximo, de mueble anticuado, de marroquineria de lujo y de tierra forestal bajo la lluvia. Sí, todo esto y aún más : algo que nutre ricamente nuestra imaginación y hace latir más fuerte nuestro corazón.

Estamos en la recta final antes de las vacaciones de Pascua y nos teníamos guardada esta botellita. La abrimos con dos horas de antelación con el abridor de lamas y sacamos el tapón de una pieza. Excelente estado de conservación con un tapón compacto y ligeramente tintado en su base. Catamos a 18°C.

VISUAL:Posee un color rojo agranatado, turbio, de capa media y con un ribete muy amplio, rubí atejado. De lágrima transparente, escasa y densa (89).

OLFATIVA: A copa parada emana aromas de pimienta negra, canela y clavo. Ni rastro de fruta de momento. Al agitar nos encontramos notas de polvorilla, ceniza, con recuerdos de sotobosque, romero, ortigas, flores marchitas y regaliz de palo. Al rato nos deleita con un toque mineral pizarroso y con unos recuerdos de fruta pero escarchada a los cuales se unen las aportaciones de su crianza, tostados de la barrica, ahumados y unas sutiles notas de resina. De intensidad media-alta mostrando un bouquet poco habitual. Coincido con las catas de "Limonero" en que su nariz es eminentemente terciaria, pero me encanta(93).

GUSTATIVA: En boca tiene un ataque brutal, con una acidez de esas que apabullan, impactante. Es más que amplio, es multidimensional, carnoso y opulento, con mucho cuerpo. Su paso por boca es sutil, cremoso, muy agradable, con los taninos muy dulcificados... qué delicia!!. En retronasal apreciamos un toque cítrico como a naranjas amargas, aportando también unas notas de guindas en licor. En cuanto a su persistencia es laaaaaaargaaaaa...de casi cuatro minutos. Es todo un portento de vino, redondeado por los cuatro costados, persistente y con esa descomunal acidez que le permitirá aguantar los próximos años en perfectas condiciones. La verdad...no se le ve un final cercano. Vinazo en toda regla, otra de esas obras de arte que nos regala la Rioja(95). Por desgracia es nuestra última botella, qué pena pero cómo hemos gozado!

La RCP excelente pues conseguimos esta botella hace un par de años por 23 euros y ha resultado ser un espectáculo de vino.

Acompañamos esta joya con un chuletón de ternera con sus patatitas y dos huevos fritos. Una cena deliciosa en donde nuestro vinazo se manejó como un campeón con la suculenta y jugosa pieza de carne, esa mineralidad y el carácter terciario maridó a las mil maravillas. Grande Rioja!!
Adjunto fotos.

De color rubí luminoso de capa media-baja, reflejos rojizos, anaranjados. Limpio y brillante, borde amplio con poca diferencia con el menisco.

Nariz de una elegancia absoluta, de marcado carácter terciario y profundamente especiado (popurrí de pimientas recién molidas, sichuan, resinas aromáticas, incienso, ahumados, pedernal, polvorilla). Aromas de gran potencia y complejidad. Al olerlo nos sugiere un paseo otoñal de gran belleza y poder evocativo: monte umbrío, tierra mojada, trufa negra, castañar, carbonero... Va abriéndose y nos reproduce una sala noble de fumadores: maderas exóticas (cedro, cayeno, virutas de sándalo), barniz de aceite de tung, suelos encerados, cueros curtidos, cava de puros, ceniza, vitolas mojadas. Hay un rastro de fruta muy madura que trata de emerger trayéndonos un recuerdo a confituras amargas, guindas, fruta pasa.

En boca sacude con su acidez inicial, centelleante. Vivo, fresco, fino, muy elegante pero con una trama sólida y de enorme complejidad. Los taninos son de textura vaporosa, etéreos y están engarzados en un discurrir de cítricos dulces, tostados, amargosos, vainilla, regaliz. Permanece en boca como las buenas cosas de esta vida. Larguísimo, buenísimo.

En muchas cosas recuerda al Marqués de Villamagna 1973 Gran Reserva, con similitudes claras de añada y un perfil de vino ultra-clásico.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2012/04/lagunilla-1973-gran-reserva.html

Probado en cata de abril ("face to face: 1970-1973-1975") de Els 12 Golafres.

De color rubí muy claro, capa media-baja, parece un clarete. Reflejos anaranjados, limpio y brillante. Nariz abierta, potente, muy especiado (pimienta negra ahumada, nuez moscada, panellets) y unos tostados cremosos de fondo. Apabulla por su enorme equilibrio y clasicismo así como por la profunda elegancia de toda su carga terciaria: maderas exóticas, abedul, cuero ruso. La fruta emerge poco a poco, ligeramente licorosa, recuerdos de piel de naranja y ciruelas maceradas. Terroso, mineral. Finura, finura y más finura. Excelente ejemplo de Rioja clásico. En boca es un bombazo gracias a una acidez que lo envuelve todo, un chispazo. Entrada de pura seda, taninos acariciantes, muy terciario, con maderas nobles y confitura de naranja. Lo tiene todo y todo bien puesto, con gran armonía y redondez. Imposible de olvidar. Espectacular!!!

Una lástima que los actuales Lagunilla tan sólo sean una sombra de lo que llegaron a ser, relegados hoy en día al lineal del supermercado. Nada que ver con los míticos vinos que se produjeron en los 60 y 70. Los criterios de calidad exigidos eran tan altos que a lo largo de la década de los 70 únicamente se elaboró en dos ocasiones (1970 y 1973). Difíciles de encontrar, casi imposible, pero recomepensa los esfuerzos.