Dorado brillante con ribete oro viejo.

Excelente en nariz. Manzana asada, bollería, anisados, crema, caramelo, miel, mermelada de pomelo, tostados, notas de fruta de hueso.

Excelente en boca. Goloso, glicérico, cremoso, muy estructurado, muy buena acidez. Muy buena amplitud. Post-gusto muy largo a bollería y anisados, con notas de cítricos dulzones.

Última botella que me queda, descubierta en el fondo del armario. En fin...

Tiene un bonito color amarillo piel de limón con tonos ámbar, y un finísimo carbónico nada más abrirlo.

A copa parada y en primer plano, intensos aromas de vainilla y canela. Por detrás pero reclamando atención, la fruta tropical (mango), el azúcar glass y la mantequilla.

El oxígeno hace que surjan cítricos de limón y piña, y gotas de anís.

En boca se palpan la corteza de limón y la mantequilla. Es de trago largo pero muy fresco, con notas vegetales amargas.

Tiene un cuerpo estructurado pero de paso tan ligero que no cansa ni resulta pesado, dejando un delicioso punto dulce en el postgusto.

Es un vino sorprendente porque da la sensación de intrascendencia pero luego te hace parar, reflexionar y te dices: ¡Quiero otra copa!

No pude resistirme a comprar más. Me tiene enamorado.

Esta vez acompañó a unos aperitivos a base de canapés de huevos de codorniz fritos con sobrasada y salmón ahumado con mantequilla.

Las notas cremosas y de bollería me parecieron excelentes en conjunción con el salmón, mientras que los aromas cítricos y su excelente acidez compensaban la sensación grasa de ambos platos y limpiaban el paladar tras cada bocado, lo cual fue especialmente de agradecer con los huevos con sobrasada.

A riesgo de ser reiterativo, sencillamente, me encanta.

Última botella que me quedaba de este vino que me tiene fascinado.

Sigue mostrándose opulento en nariz, con envolventes aromas de mantequilla, crema y bollería que van dando paso a cítricos y florales junto con notas de fruta de hueso y tarta de manzana.

En boca se muestra redondo, equilibrado, carnoso, elegante, con buena acidez y un postgusto muy largo a cítricos y bollería.

Sencillamente, me encanta.

Jvoltaire tenía razón. Ha valido la pena esperar. Este vino ha madurado y, para mi gusto, lo que ha ganado en madurez compensa con creces la ligera pérdida de frescura.

Excelente en nariz. Exuberante bollería y fragancias cremosas junto con fruta de hueso, manzana al horno, tostados y cítricos confitados.

Excelente en boca. Cremoso, glicérico, finos tostados, redondo. Excelente amplitud y paso sedoso. Post-gusto muy largo a bollería y caramelo de limón.

Creo que la botella que me queda no va a tarder en caer... No creo que tenga paciencia para guardarla mucho más :-)

Un chardonnay joven todavía pero agradable y redondo. Color amarillo paja con toques verdosos y con buena lágrima. En nariz aromas agradables a frutas de hueso, pastelería. En boca seco y un poco glicérico, amplio y con volumen. Se le nota la madera y notas ahumadas. El postgusto es largo. Muy buen chardonnay, pero le falta tiempo en botella.