De un color oro - cobrizo brillante, de lágrima lenta.

Buena intensidad y definición,. Franco testigo de la variedad, predominan las notas de uva moscatel. Flores blancas – azahar –, miel, natilla de vainilla, recuerdos cítricos, mandarina y naranja.
Entrada golosa, paso untuosos, envolvente, final con algo de acidez -que aligera el conjunto - equilibrado, magnífica integración de su grado alcohólico.

Un moscatel, amable, de correctísima confección.

De color oro viejo, muy brillante, muy limpio.
En nariz es muy complejo y muy intenso. Destacan los aromas a naranjas dulces, orejones, higos secos y las potentes notas de jazmín; todas con mucha dulzura. Es como un "jardín" de aromas frutales.
En boca aparece una mermelada de naranja o de naranja amarga endulzada, es crema pura, es intenso, complejo, con aromas a miel de azahar, con final amargo suave y con un gran y amplio recuerdo.
Moscatel que impresiona por lo bueno que está. Es un hechizo.

Su packaging es rompedor, aunque curiosamente se trata de valorizar vinos dulces tan clásicos como los moscateles de Chipiona. Viene vestido color oro viejo, nítido y brillante y nos muestra una nariz perfumada, bastante intensa y muy bien definida, en la que destaca la finura de la flor blanca y el carácter goloso de las galletas Maria, hay también algo de miel ligera. En boca tien buen ataque, resulta goloso, denso, con acidez correcta, frente a los moscateles valencianos se aquí apenas se perciben las notas amargas, reaparece en boca la sensación de miel ligera y tiene una persistencia media/alta. LO más curioso es que su grado, notablemente alto -17º- no se nota, mostrando un notable equilibrio e integración.

VISUAL: Color oro viejo muy brillante
OLFATIVA: Alta intensidad aromática, despliega aromas muy frescos, rosas, plátano súper maduro, vainillas toques de piel de naranja, destacan sus recuerdos florales fruta exótica (lichis), aroma muy perfumado.
GUSTATIVA: Dulce, sabroso, envolvente y muy largo.