Otra versión de garnacha española, quizás cercana a las de Méntrida. De capa muy ligera y color picota rubí con borde ligeramente teja. Nariz penetrante, con abundantes tostados finos y una fruta roja almibarada muy característica,algunos matices pasificados muy leves. Boca sorprendente seca, pulido, muy ácido, liviano, largo
Tenemos aquí una garnacha muy agradable de beber, trago largo. Bonito color cereza oscuro, buen lagrimeo en copa. En nariz es muy aromático (roble, minerales, vainilla), un pelín alcohólico. Se bebe muy bien, sigue con sus matices tostados y minerales, es complejo y profundo. En mi opinión tiene buena acidez, le da personalidad.
Un vino sorprendente y muy recomendable, por 25 euros.
Segundo vino probado de esta bodega, tras probar el Navaherreros, me compré una botellita para ver las evoluciones de Raúl Pérez fuera de su entorno natural.
Vista: Picota muy intenso, de capa media con lágrima abundante que tiñe de forma abundante la copa.
Nariz: De buena intensidad, fruta roja madura, importantes tostados de la madera y especiados.
Boca: Muy agradable en la entrada, no se le nota en ningún momento el alcohol, pero sí que tiene una importante acidez que lo perjudica algo. Tanino maduro y dulce, retrogusto frutal y de persistencia media en boca.
Bastante más agradable en nariz y boca que el Navaherreros, pero también hay que tener en cuenta que el precio es casi el doble. Buena garnachita, muy elegante, pero esa acidez….
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