La puesta en escena, empieza con la calidad de su botella, buen cristal, opaco, para preservar el vino de esos ajentes que se encargan de influir negativamente en su evolución. Muestra un picota de buen cuerpo y subido, glicérico con lágrima densa.

Nariz de inicio vegetal fresco -helechos, monte bajo, matorral-, se asienta sobre un manto floral, que le confiere sensación de perfume. La fruta empieza a tomar protagonismo con la aireación, despertando al unísono los aromas de crianza. El aporte frutal se transforma en rojo, silvestre y fresco, apuntando atisbos de licorería que realza la subida de temperatura. Especialmente destaca el carácter mineral de tierra roja y brea, inexistentes en otras añadas. Este 2004 desprende `terroir`.
En boca resulta graso, rico, amplio, estructurado, muestra elevada acidez sin agresiones que le aportará longevidad y tiempo de doma. Bien armado en su conjunto, cálido, carnoso y potente en aromas de boca que muestran unos taninos aún por madurar, solicitando tiempo para su estabilización.

A destacar... el `terroir´ de esta añada, así como la potencia en aromas de boca que realzan la fase olfativa.

No es ni será la primera vez que Tagonius vuelve a sorprender por su calidad, de hecho ha situado tres de sus vinos por encima de los 90 puntos parquer, entre ellos este crianza 2004. Cierto que está recién salido al mercado, catado "casi" en primicia, lo que hace que en boca aún demuestre nervio y falta de silencia en botella. Aunque se aleja de ser un vino agresivo e imbebible. Simplemente podremos desde ya disfrutar un poderoso tinto, que el tiempo domesticará. De todas formas habrá que preparar los huecos, porque esta añada tiene síntomas de romper el stock de la bodega en breve.