Vino de color rojo picota, menos granate violaceo que en la otra añada mas reciente que probe del 2006.
En nariz es frutal, frutos negros maduros, vainillas de reposteria, horno de panaderia y suaves tabacos y torrefactos. Es algo alcoholico. En boca repite la nariz presenta sab ores muy frutales, es goloso con buen postgusto, hace 1 hora y media que acabe y aun puedo notar sabores del vino en el velo del paladar. La madera está bien integrada. En restaurante 20 euros, la primera botella ha salido con corcho claramente y han sacado otra que estaba perfecta.

Hace más de dos años de mi última cata de este vino y he abierto una botella que tenía guardada en la bodega para ver su evolución.
Presentía que este era un vino que tenía que evolucionar estupendamente y no me he equivocado.
Sus cualidades en la fase gustativa se han incrementado al haber conseguido un gran equilibrio, una estimable redondez y ese punto, tan esperado por los catadores, en el que se consigue la armonía y sensación de plenitud.
Lamento no haber guardado más botellas.
Hoy, este vino, me ha hecho realmente disfrutar.

De color muy oscuro cubierto, muy cubierto y lágrima que tinta la copa.

En nariz es algo agresivo, notas a frutas negras, café con leche, algún balsámico y pico alcohólico.

En boca es potente, áspero aún, persistencia y recorrido medio.

De muy buena capa de color, con aromas de intensidad media que nos acercan a los lacteos, ciruelas maduras, especias como el tomillo y el clavo y a los recuerdos de pan tostado. En boca es cálido, seco, de entrada suave, con buen paso, muy carnoso y untuoso y de final largo y mineral. Un gran vino sin llegar a la excepcional añada del 2003.

Color rojo picota, ribete cereza, de capa medio-alta y sin menisco. Abundante lágrima. Decantado 1 hora, en nariz aparecen frutas rojas y negras maduras, especies, principalmente pimienta y exultantes balsámicos. En boca su entrada es suave, la llena y se muestra muy sedoso, glicérico, con un tanino muy equilibrado y persistente. Madera perfectamente integrada.

Color picota intenso de capa alta. Nariz intensa a fruta roja y negra madura y tostados del roble (vainilla, cacao). En boca tiene una entrada potente, bien estructurado, con los taninos potentes algo secantes en el retronasal. Buena acidez. Final largo.
Vino interesante.

En copa rojo picota de capa media, en nariz es limpio, también presenta frutas pero más rojas que negras, algunas notas a cacao y vainilla. En boca posee buenos taninos, equilibrados, con presencia frutal, largo, los matices muy presentes pero formando un buen equilibrio. No decepciona, un buen vino, como siempre.

Entre acacias y rosas, las frambuesas y retama con notas de cafe y bayas y endrinas con fondo de pan tostado; higos, ciruelas y mucha compota, con rica suavidad, paso tánico pero noble y potente, con mucha descarga frutal, persistente, con los toques de cueros e inciensos, algo de hierbas aromáticas, mucho postgusto y retronasal a fruta en compota. Muy agradable en boca.

Vista: Precioso y brillante rojo picota de ribete granate y capa alta. Muy glicérico y con lágrima tintada.
Boca: De buena intensidad, franco, goloso y muy frutal. Frutas rojas y negras (ciruelas, fresa y mora) en compota salpicadas de aromas especiados (pimienta), notas lácticas y un final de pan tostado con toques de vainilla, coco y cacao. La madera integradísima.
Boca: Buena entrada con potencia y un creciemiento sostenido. Un vino amplio, con buena estructura, carnoso, sabroso y con buena carga frutal. Los taninos son recios y casi se mastican pero no agresivos y dulces. La acidez correcta y muy equilibrada, Final de boca largo con postgusto a fruta confitada.

Otro esplendido vino, lleno de matices, con fuerza, personalidad y una larga vida por delante. Cigales tiene en este vino un buen paladín para defender su clase y categoría allá donde quiera que se presente. Su precio sobre 19 euros.