Color picota intenso, denso, opaco, con ribete morado.
La nariz se muestra exhuberante, plena de aromas tostados, vainilla, toffe, café, conjuntados con fruta negra confitada, pasificada, y con destellos leves de regaliz.
En boca es denso, corpulento, elegante, con una acidez que contrarresta perfectamente el dulzor y tremendo recorrido.
Enorme tinto dulce, gran expresión de la monastrell en Jumilla, perfecta opción para postres (o, como dicen abajo, sin ellos) con chocolate en vez del clásico PX. Vale sobradamente su precio.

Un monstruo que no para de crecer i mutar. Estoy de acuerdo con el comentario anterior: ahora domina el aroma de pasa e higo muy maduro. Pero enamora ese holejo tostado. En boca se va afinando, con alguna arista y recuerdos agrestes de hollejo. Más civilizado. Mejor vino. Impresionante.
Excelente afirmación en el comentario de abajo: un postre por si solo. Châpeau amigo!

Cereza oscuro, de capa muy alta, casi opaca.
Aromas intensos de frutos negros en compota, donde predominan los higos y las pasas. Picada de aceitunas negras.
En boca se muestra sabroso, potente, de taninos firmes, con un equilibrio estupendo entre el amargor y el dulce que recuerda al chocolate negro puro. Persistente.
Un postre por si sólo.

Tensa espera por la auséncia de 2002 i tras un 2001 un poco irregular, llega a mi nariz éste caluroso y voluptuoso 2003, oscuro y concentrado, con matices de ciruela soleada, con fondo de aceitunas negras. A pesar de su concetración, su secreto es la frescura. Goloso y adictivo, sobran las palabras pues la boca ya està llena con tan expresiva monastrell.

Color picota de capa intensa, ribetes amoratados, buena lagrima, acreditando en nariz buenos aromas a la fruta negra madura, ciruela pasa, sobre un fondo de vainilla, toffe, datil y bombón de licor, con paso por boca frutal, denso envolvente y dulzon, con paso largo, no empalaga, rico, retronasal a balsamicos y ciruelas endulzadas, buen vino me ha gustado