Color rojo cereza de buena intensidad con ribete de irisaciones tejas – naranja. Nariz claramente terciaria y evolucionada, es un vino que te transporta a sensaciones otoñales, encontrando aromas de la serie animal ( cueros – piel fina, guadarnés ), también hay trufas, bosque umbrío, hojarasca, creosata ( carbón vegetal ), maderas viejas aromáticas ( roble, ebanistería y taller de antigüedades ), aromas evolucionados de endrinas en licor ( fruta alicorada ). Conforme pasa el tiempo aparecen sensaciones de cacaos y torrefactos, tabaco de pipa, vegetales ( pimiento ) y balsámicos ( pino ). Hay recuerdos de pastel horneándose con cáscaras de naranja amarga. En boca es amplio, con cierto carácter vegetal – amargoso y quizás sin demasiada redondez y equilibrio, boca escalonada ( varias fases ). Buen final. Retronasal con sensaciones de la serie animal, vegetales y de maderas viejas. Nariz superior a la Boca. Mítico vino del 82 y que te trasporta a sensaciones aristócratas en vías de decadencia. Ojalá no sea solamente una vez en la vida
Inicialmente el aroma revela algo de notas animales que desaparecen más tarde. Con aireación el aroma se hace más hondo y complejo, se aprecian notas de tabaco, maderas nobles, especiados, pero no lo veo suficientemente expresivo ni emocionante para estar a la altura del mito en una añada teóricamente grande. En boca no está a la altura de la elegante nariz. Creo que esta botella no estaba en su mejor forma. El vino parece demasiado evolucionado para su edad, con notas de madera y signos de que ya había entrado en declive. Me esperaba más de esta gran bodega y añada.
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