Peritas amarillas y encarnadas en la copa parecen anilinas de tuno ya en octubre y carnosidad por definir.
Casi virgen en los labios, limpio.Insistiendo en dragar más jondo las maderas rituales, grosellas, petuyas y cienos fineses;
a uno le parece el juego plunger & barrel de una cocción frutal extremadamente fuera de los clavos.
El escritor responde al reportero: quisiera ser inmortal y después morir. La piel suave.
No es redondo. Revela algo entre una sonrisa que no define nada. Otra copa más para creer en milagros y nos encontramos
con un beso casi de cristales y melancolía.
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