En una cata de Roederer en el celler de Gelida, después de catar el Brut premier de 0,75, nos sirvieron este magnum, con la sorpresa de encontrar unos aromas y un sabor mucho más redondo que el de 0,75, un Champagne delicadamente aromático, amplio y complejo, una maravilla en esta versión magnum. Color amarillo con reflejos ambar. En nariz aromas cítricos, frutos secos y fruta. En boca aparecen sabores a frutas confitadas, almendras tostadas, chocolate blanco y notas golosas. Muy redondo y sabroso.
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