Color picota oscuro, capa media, limpio y brillante, lágrimas ligeras bañan la copa.
Aromas a fruta madura, tostados, a medida que pasa el tiempo aparecen notas de café, pasas, regaliz, chocolate y pimienta.
En boca es un vino elegante, sutil, goloso, madera bien integrada teniendo en cuenta que son 18 meses en barrica, acidez correcta, fresco, persistencia media.
Tomado en la cena de Nochevieja con la familia, estuvo a la altura de las circunstancias y de tan mágico momento, pedir más por 8,95 que costó sería injusto.
Acompañó muy bien a un lomo relleno de cerdo ibérico y a una amplia gama de productos que tomamos en éstas fechas.

Una tempranillo mimada, bien tratada y con un traje en forma de barrica que l ha tornado golosa, elegante, cálida, gustosa, fina...

Compré esta botella sin tener ni idea, pero bueno, es un vino bien hecho, que te sirve para un tapeo, una comida suave y mucho disfrute con amigos.

La nariz ya marca la línea que lleva el vino, con fruta negra madura, tostados marcados, pero sin apabullar, notas de especias dulces, apareciendo también algo de pimienta, mentolados, balsámicos, notas de café, vainilla, calidez, pero con un ligero toque fresco.

En boca mantiene ese estilo cálido, pero con un contrapunto de frescura dado por la acidez y los balsámicos. Hay mucha fruta madura, tostados y madera integrada, tanino suave, redondo, goloso, con cuerpo. También surge ese café, vainilla, incluso notas de chocolate. Es denso, tiene cuerpo y se mastica. Rugoso.

Un buen vino comprado por no llega a 8€.