De color rubí granatoso de capa media-alta, extraído, oscuro. Reflejos rojizos y cobrizos, sin mucho brillo. Tiene un fino precipitado en la base de la botella. Borde amplio, completamente atejado y gran diferencia respecto al menisco.
Despierto, expresivo, potente. Se despliega con mucha fuerza y una marcada expresión tostada que recuerda a los antiguos vinos de Félix Azpilicueta (ceniza, café quemado, pimientas molidas) junto a un fondo finamente avainillado. Un vino directo, envolvente, que rehuye de lo sutil para ir al grano. Mucha fruta roja licorosa, reducida, junto a notas de clavo, hierbas aromáticas, oréganos. Se asemeja en entereza al Marqués del Romeral de 1962 aunque menos clásico y con un exceso de holgura muy difícil de embutir. Buen ejemplo del principal "defecto" de los Rioja del 64.
Boca amplio, carnoso, lleno de energía. Alegre, sabroso, muy agradable de beber con una cantidad importantísima de frutos rojos reducidos y finos amargosos. Alegre, vivo. Qué rica garnacha disponía las bodegas Azpilicueta en esa época!!! Todavía tiene que limar alguna arista enmedio de tanto empuje y pegada. Largo, permanente, con retronasal a licor de endrinas.
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/10/marques-del-romeral-1964-gran-reserva.html
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