A veces, dejamos ciertos vinos ahí guardados, esperando encontrar el momento, de abrirlo, bien por su potencial, bien por el recuerdo que nos trae. En esta ocasión este magnum aparece cansado y apagado, aunque necesita tiempo para expresarse, su fruta aparece marchita y una boca de baja intensidad y con ligeros desequilibrios. Una pena porque en su día era un buen vino y el tiempo lo ha castigado.
Picota de capa alta con borde violáceo. Necesita airearse en principio en nariz da recuerdos de cloaca pero no molestan en exceso, en una hora ya tenemos grosella madura , herbáceos y tabaco o café. En boca tiene cuerpo con mucha estructura y muy frutal, sabroso, equilibrado y goloso. Un final amargoso del principio desaparece poco a poco y deja un vino redondo con final suave y algo corto. Todo por 8 euros.
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