Restaurante StreetXO en Madrid
Restaurante StreetXO
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
19,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
39 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.7
Comida COMIDA
8.6
Precio medio entorno ENTORNO
6.6
RCP CALIDAD-PRECIO
7.9
curry
sopa
Estofado express en wok
Laksa Singapore con carabineros a la llama de Robata
Lasaña koreana de woton y vaca vieja gallega
kentucky fried codorniz
el pez
el trago
Pad Thai
Dumping Pekinés
Bocata de calamares
Albóndigas de vaca vieja
Bocata de calamares
Sandwich club al vapor
Pulpo
Chilli Crab
Opiniones de StreetXO
OPINIONES
63

SteetXO está situado en la 9ª planta de El Corte Inglés de la plaza Callao de Madrid. Forma parte del Gourmet Experience, un área de 1500 metros cuadrados dedicado a la gastronomía. En este espacio podemos encontrar en venta: vinos, destilados, embutidos, quesos,… y todo tipo de productos gourmet. Además hay una serie de puestos alquilados a restauradores en los que degustar su oferta. Como plus, al estar ubicado en la última planta, desde la terraza de este ático es posible disfrutar unas espectaculares vistas del centro de Madrid.

StretXO es uno de los espacios de este compendio gastronómico. Empleando el lenguaje de los centros comerciales, yo diría que es el motor, aquel que sirve de acicate para que el cliente visite el centro, consuma y compre.

Comprende un pequeño cubo, en el centro está la cocina y tres de sus laterales son barras de un rojo vivo. La música forma parte de la experiencia, ecléctica, cañera y con el volumen a tope, lo que refuerza la idea desenfadada y joven de la propuesta.

Comes de pie o en taburetes, si tienes nuestra suerte y la previsión de ir pronto ya que no admiten reservas. Abren cada día desde las 13 hasta las 24 horas. Comes con palillos, cubiertos de plástico, o con las manos, ya te indican ellos. En lugar de vajilla utilizan cartulinas enceradas como soporte para algunos platos, como lienzos. Y… a pesar de todas estas incomodidades, os aseguro que vale la pena y mucho.

No hay camareros, seis son los cocineros que trabajan en aparente desorden, pero en real coordinación en este pequeño espacio. La cocina está a la vista y con cierta frecuencia grandes llamaradas salen del wok. Apostaría que el detector de incendios está desconectado…

Cuando te sirven el plato te lo describen, explican e instruyen sobre cómo comerlo. Nos atendió el joven y simpático Pepe, que según nos dijo es el único de los allí presentes que orienta en cuanto a los vinos.

Cocina creativa de estilo fusión en la que predomina lo asiático con algún toque español. Representativa de la cocina callejera (Streetfood) y por tanto propicia a comer con las manos (finger food).

Los sabores son intensos, las combinaciones atrevidas, las presentaciones tremendamente originales, pero os aseguro que después de probar su comida puedo decir que el conjunto de cada plato tiene equilibrio, fruto de su reflexión, empirismo, técnica culinaria y desbordada creatividad. Potencia, pero totalmente controlada, tal cual Alonso conduciendo su Ferrari.

Una vez haces la comanda son ellos quienes organizan el orden de los platos, se secuencia en base a la potencia sápida. Ofrecen 14 elaboraciones distintas y ninguna de ellas es un postre, tampoco sirven café. Si quieres dulce cuando finalices la comida puedes hacer como nosotros acercarte, en esa misma planta, a Amorino y degustar un sabroso helado casero y un estupendo café.

No existe carta de vinos, la oferta es corta: apenas media docena de referencias que sirven por botellas o por copas. Pero te permiten adquirir cualquier botella del espacio Gourmet Experience a precio de tienda y pagar una pequeña cantidad en concepto de descorche. El vino se refresca en cubitera, las copas están bastante bien y el servicio se limita al descorche y primer servicio. También ofertan unas cuantas cervezas.

Nuestro menú:

Tataki a la brasa de pez mantequilla. Barbacoa China. Ensalada de anisados y yozu. Unos impecables filetes de pez mantequilla apenas marcado a la plancha, aderezado de una salsa de ligero sabor ahumado y coronando la elaboración una ensalada de escarola aderezada con eneldo y el famoso cítrico japonés. Acompañan al plato unos dados de pomelo. Haciendo honor a su nombre el pescado se deshace en la boca. El conjunto constituye una excelente combinación de sabores ácidos y amargos equilibrados por la textura grasa del pescado. Un plato con identidad, pero el más suave de los probados.

Sandwich club al vapor. Ricota. Huevo frito de codorniz. Sichimí-togarashí. Este es de los que se come con las manos. Un bollo chino relleno de papada de cerdo, queso ricota, ajo, chile, mayonesa de hierbas, una salsa mezcla de 7 especias y top de huevo frito de codorniz de impecable puntilla. Sabroso, ¡para comer unos cuantos!

Tuétano y cococha a la brasa. Bilbaína y jugo de Kimchee. Galleta de arroz. Cococha de bacalao braseada aderezada con una sápida salsa bilbaína. El tuétano se presenta con su hueso y las instrucciones de ingesta son introducir la cococha en el hueso para mezclarlo todo y comer ayudados del palillo de arroz. Contundente mar y montaña, toda una experiencia de textura y originalidad. Fusión vasco-coreana.

Bocata de Calamares. Bizcocho de curry al Josper. Emulsión de trufa fermentada y Ketchup de tamarillo. El pan resulta ser un bizcocho especiado muy esponjoso. Los calamares en forma de anillas con un ligero rebozado y lo que le otorga la gracia al plato es la mezcla de la emulsión y el ketchup del tomate sudamericano. Personalísima interpretación del bocadillo más famoso del foro.

Dumpling pekines. Oreja confitada y hoisin de fresas. Alioli y pepinillos. Empanadilla china elaborada al vapor y rematada a la plancha de oreja de cerdo crujiente y salsa hosin de fresa, alioli y pequeñas rodajas de pepinillos en vinagre. Contrastes agridulces de la salsa y de texturas blandas y crujientes en la parte sólida. El conjunto nuevamente muy conseguido y la presentación impactante como podéis ver en la foto.

Chillí Crab “Pimentón de la Vera”, chipotles Palo Cortado. Mantou. Este plato recomiendan tomarlo al final. Patas de cangrejo en salsa picante que según las instrucciones del cocinero hay que rechupetear para poder comer su escasa carne. Lo verdaderamente importante de este plato es la salsa realizada con pimentón de la vera, chiles chipotles que le otorgan un toque ahumado y un chorreón de palo cortado reducido que le confiere la gracia española. Se corona con cebolleta fresca, cebolla frita, cilantro y unas gotas de lima. Para mojar se acompaña de mantou un pan chino elaborado al vapor que posteriormente tiene un paso frugal por la sartén. El pan resulta bueno, pero escaso para poder mojar toda la salsa, de echo, repetimos pan y no tripitimos por pura verguenza…

Para beber, pedimos dos botellas, una de manzanilla Rey Fernando de Castilla y la otra de Trimbach Pinot Gris Reserve 2011. Los dos vinos perfectos para armonizar esta cocina especiada en la que en ocasiones nos podemos encontrar los cuatro sabores: dulce, salado, ácido y amargo.

Experiencia como la que os he contado me provoca cierta envidia “de esa mala, mala” hacia los madrileños que pueden disfrutar con frecuencia de esta oferta gastronómica.

Cocina de contrastes, sabrosa y haciendo honor a su lema: No limits! sin límites. Sorprendente pero conjuntada, con equilibrio y especialmente sápida.

Si quieres disfrutar de una experiencia sorprendente y distinta, de streetfood de calidad, sin pagar mucho más que en cualquier bar, éste es tu restaurante.

Si quieres ver las fotos y leer el post completo: http://www.vinowine.es/restaurantes/restaurante-streetxo-potencia-bajo-control.html

Le pusimos los dientes largos a mi chaval y decidimos pasarnos de nuevo por este puesto callejero. Además teníamos ganas de seguir probando otros platos que se quedaron en el tintero durante la anterior visita.

Otra vez tuvimos suerte y pudimos sentarnos en los taburetes a eso de las dos de la tarde.

Quizás en esta segunda ocasión salimos un poco más desencantados con algún plato y sobre todo con el servicio, un poco más despistado y con el timing más alocado. En esta visita, nos llegamos a encontrar con hasta tres platos servidos prácticamente al mismo tiempo, cosa que no ocurrió durante la primera visita y que llegó a agobiar por la falta de espacio. Si tenemos que decir, que el camarero que nos estuvo atendiendo nos obsequió con un plato que no habíamos pedido como detalle de la casa.

Comida para tres personas:

- Tuétano y cocotxa a la brasa. Bilbaína y jugo de Kimchee. Galleta de arroz: Por lo que he leído, este plato crea comentarios antagónicos. A mi me encantó. Brillante presentación con una kokotxa de bacalao ligeramente braseada y colocada con una salsa bilbaína algo bravía sobre un hueso de caña horneado que esconde el tuétano. Me recomiendan hundir la kokotxa en el hueco del hueso con una especie de barquillo de arroz para mezclarla con la grasa del tuétano. Bravísimo.

- “Saam” de panceta ibérica a la brasa. Condimento de mejillones escabechados. Shitakes encurtidos. Salsa sriracha y tártara XO: Plato mar y montaña y que resultó ser uno de los mejores que hemos probado aquí. Un taco de panceta a la brasa con un ¡mejillón escabechado encima! ¿A quién se le puede ocurrir semejante disparate? Pues el resultado, bestial. Te recomiendan envolverlo y comerlo junto con las setas y la salsa sriracha ligeramente picante de origen thai en unas hojas de lechuga y cilantro. Sabor y más sabor.

- Tataki a la brasa de pez mantequilla. Barbacoa china. Ensalada de anisados y yuzu: Este plato me defraudó bastante. Correctos filetitos de pez mantequilla pasados muy ligeramente por la plancha y presentados sobre una salsa barbacoa pero de sabor apenas perceptible al tomarlo con la ensalada aderezada con el cítrico. Discreto plato a mi modo de ver y pequeña decepción.

- Pollo a la brasa marinado en chiles dulces. “Ensalada andalusí”: aceitunas, naranjas y especias morunas: Lo repetimos por mi chaval pero esta vez falló el punto del pollo. Coincidimos los tres que su textura se asemejaba a la de un embutido de pavo. No sé, pero no disfrutamos tanto como en la vez anterior.

- Ramen agripicante de pata negra. Yema de corral y pimentón de la Vera: Versión de la popular sopa de fideos japoneses, aunque de origen chino, hispanizada con láminas de cabeza de jabalí, una yema de huevo y pimentón de la Vera junto con unas hojas de cilantro que aportan frescor. Mientras lo presentan, vierten un caldo muy reducido. Un plato sorprendentemente sabroso y equilibrado. Una pasada.

- Sándwich club al vapor. Ricota. Huevo frito de codorniz. Sichimi-togarashi: Lo repetimos por mi chaval y ¡vaya que disfrutó!

- Causa crujiente de sardinas a la llama con lenguas de pato en escabeche de 5 especies y azúcar muscovado: Otra maravillosa genialidad de la casa. Cinco lomos muy frescos de sardinas braseadas por el lado con piel con un soplete durante unos segundos y colocadas sobre sendos crujientes muy ligeros de patata. El toque original y exótico lo ponían unas lenguas de pato con un escabeche denso, dulzón y especiado. Un fijo de cara a próximas visitas.

- Bocata de calamares. Bizcocho de curry al josper. Emulsión de trufa fermentada y ketchup de tamarillo: Un clásico de la casa que no estuvo a la altura. Fue el plato al que nos invitó el camarero. Una especie de bizcocho bastante anodino sobre unas anillas de calamar ligeramente rebozados y que llegaron fríos. Lo mejor del lienzo fue el toque agridulce del ketchup elaborado con la pulpa del tamarillo.

En cuanto al servicio del vino, se agradecen los cambios constantes en la escasa oferta y el correcto servicio. Esta vez, yo tomé tres copas de un discreto Riesling de la Alsacia: Trimbach 2012, servido a temperatura correcta y en copas adecuadas. Mi compañía se decidió por una cerveza Alhambra Reserva 1925 y un refresco.

Precio total: 100.00€ (incluido IVA, la cerveza a 3€, las 3 copas de vino a 4€, la botellita de agua a 2.50€ y el refresco a 2.50€).

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local tres platos con IVA y servicio incluidos y sin bebidas

Espacio reducido basado en un formato de cocina callejera asiática con toques de fusión con la cocina española, con sabores intensos y pleno a la creatividad. Nos resultó una idea original, divertida y sabrosa que esperamos repetir más veces (nos hemos convertido en sus fans). Todo parece estar diseñado para dar un servicio rápido y conseguir una rotación ágil de la clientela, aunque curiosamente todos sus platos se elaboran prácticamente desde cero, por lo que en ocasiones la espera podría hacerse larga para algunos de ellos.

Llegamos a eso de las 13:30 ayer jueves a mediodía y el local estaba literalmente vacío. Nos sentamos en sendos taburetes y nos sentimos cómodos durante la hora y media que estuvimos allí; afortunadamente el local no llegó a saturarse ni el volumen de la música llegó a molestar. Seguramente que tuvimos suerte ayer.

No hay camareros estrictamente hablando, sino 6 o 7 cocineros que atienden a la clientela con simpatía al mismo tiempo que elaboran los platos ofreciendo un espectáculo culinario a la vista de la clientela en el centro de la barra con forma de U. En nuestro caso, fuimos muy bien atendidos por el que parecía el encargado, que nos tomó nota y sirvió atentamente, describiendo los platos con todo tipo de detalles; supo asesorarnos durante la comanda para que los platos fueran servidos escalonadamente sin demasiado tiempo de espera entre ellos, acorde a sus tiempos de elaboración y teniendo en cuenta su nivel de potencia gustativa.

Comida para dos personas:

- Navajas al humo de aceite de oliva y carbón. Ponzu de sisho y crema de coco (2 piezas 6€): Dos buenas piezas con un ligero sabor ahumado presentadas sobre sus conchas y el toque de la salsa japonesa ponzu pero elaborada con la hierba sisho y de la crema lechosa del coco. Sin duda alguna fue el plato que más me impactó: sabor equilibrado. Un fijo a repetir en futuras visitas.

- Dumpling pekinés. Oreja confitada y hoisin de fresas. Ali-oli y pepinillos (10.50€): Unas empanadillas chinas hechas al vapor y luego pasadas por la plancha con oreja crujiente y acompañadas de la tradicional salsa hoisin pero de fresa, alioli y unas rodajitas de pepinillo. Llegaron bajas de temperatura y se deslució un poco el resultado.

- Pollo a la brasa marinado en chiles dulces. “Ensalada Andalusí”: aceitunas, naranjas y especias morunas (13€): Fantástica pechuga fileteada con un agradable sabor ahumado y una increíble jugosidad, acompañado de un bol con una refrescante ensalada de naranja, olivada y especias.

- Pad-tahi versión “Paella”: Cintas de arroz quemadas al wok, col china, carabineros y mejis de roca. Piel de tortilla (14€). Sorprendente versión del plato nacional tailandés aderezada con una increíble salsa de carabineros y cubierto con una fina tortilla. Espectacular resultado.

- Sandwich club al vapor. Ricota. Huevo frito de codorniz. Sichimi-togarashi (8 €): Una especie de bollo chino hecho al vapor relleno de cerdo, ricota, mayonesa de hierbas, chile, ajo y huevo frito de codorniz con el tradicional condimento japonés (sichimi-togarashi). Sorprendente.

- “Chilly Crab” Pimentón, chipotles. Palo cortado. Mantou (12€): Cangrejo en salsa muy popular en Singapur. Aquí lo que manda es la salsa, no excesivamente picante, hecha con pimentón y chiles chipotles a la que se le da un toque de reducción de palo cortado; para comer a cucharadas. Lo acompañaba un par de mantous o panecillos chinos hechos al vapor y con un toque dulce. Otro fijo para la siguiente visita.

No hay opciones para tomar ni postre ni café, aunque recomiendo un buen helado de mango o de frambuesa en Amorino, a unos pasos en el mismo espacio gourmet mientras se disfruta de una estupendas vistas desde la terraza.

En cuanto al servicio del vino, escasa oferta (aunque comprensible por la escasez de espacio) pero resultona. Ese día hubo algún problema con la temperatura de los vinos y tuvimos que empezar con un par de cervezas Alhambra Reserva 1925 mientras se enfriaban los vinos blancos. Después tomamos un par de copas de Pago Vallegarcía Viognier 2011 en copas adecuadas.

Precio total: 78.00€ (inc. tasas, 2 cervezas a 3€ cada una y 2 copas de vino a 4€ cada una).
Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local tres platos con tasas y servicio incluidos y sin bebidas

Muchas menos gente de la habitual en STREETXO el pasado viernes 04/07/2014 a mediodía, tanto, que fue llegar sobre las 14:45 y pillar sitio en la barra ¿?

Supongo que será que hay menos demanda en Madrid por ser Julio... ¿O es que mucha gente ya se ha tomado toda la carta y las preparaciones nuevas no acaban de epatar como al principio?

De todas formas leyendo a Anubis7 supongo que tuve suerte! y supongo también que esa pregunta al aire viene más por mi propia experiencia que por otra cosa, lo reconozco... De todas formas por 31€ con bebida no se me ocurre un sitio mejor por la zona donde comer

Por cierto, Ver a Jhonny en StreetXO Madrid confirma que al final hasta Noviembre-2014 nada de Londres!

Podéis ver fotos de todo esto aquí:
https://www.flickr.com/photos/99877572@N07/sets/72157645098215387/

Disfrute total es lo que se siente alli. Da pereza subir, ver que la barra esta “petada” , que hay cola en la caja, que no hay mesas libres,… y para colmo ayer nos dicen que hay un evento para 20 personas y que todo el equipo esta durante unos 20 minutos dedicado a ello y no toman comandas de momento…. Uffff… pues a hacer cola estoicamente . Y asi estuve media hora de pie y afortunadamente mientras tanto se quedaron libres los barriles altos con comodas sillas de Marques de Riscal que al estar enfrente resultaron muy comodos para esperar a que gritaran nuestro nombre cada vez que acababan uno de nuestros platos.
Desde hace año y medio que estuve lo que mas ha cambiado es la amplitud y variedad de la carta conservando solamente 2 o 3 creaciones del inicio. Me fastidió un poco porque al ir dos personas y teniendo en mente un clasico ( chili crab) que habia que pedir si o si, nos quedaba poca maniobra para probar cosas nuevas.
Nos decidimos por:
- Chili crab con sus panecillos calientes. Esta vez aun lo disfrutamos mas ya que mientras esperabamos y con una botella de verdejo Finca Montico de Marques de Riscal, dimos cuenta de una ensaladilla rusa de La Maquina (riquisima por cierto . A 7€) que venia acompañada de bastante pan lo que nos permitio mojar y mojar y mojar
- Pad thai con carabineros y mejillones de roca: Curiosa interpretacion de este plato. Se presentan los fideos salteados con pequeños mejillones y pequeñisimos carabineros todo ello cubierto por una fina tortilla. Contundente
- Tuetano con cococha. Lo mas flojo. Aquí pinchamos. No me convencio para nada. El tuetano pequeño y con poco sabor y la cococha bastante insipida. La salsa de acompañamiento no pegaba demasiado.

Nos quedamos con las ganas de probar algo mas como la causa crujiente con sardina pero los dos primeros platos son potentes asi como la ensaladilla y ya no podiamos con mas.

Al final de la cena, quedó olvidado el pequeño suplicio por el que hay que pasar para probar esto. Pero de verdad que hay que conocerlo al menos…
Las 3 raciones fueron 33 €. Y por cierto que el precio del vino en Marques de Riscal esta muy ajustado. 12,90€ la botella perfectamente servida con su cibitera , a punto de temperatura y buenas copas.
Creo que por unos 25 € por persona se puede comer y beber en el “area”.

No me gusta del todo este concepto de restaurante, aunque entiendo perfectamente que es la única forma de poder disfrutar de este nivel de cocina sin tener que pagar lo 130 € del restaurante matriz.

Pero no es cómodo. No es cómodo que esté en la última planta de El Corte Inglés, en el espacio gourmet, siempre hasta arriba de gente.
No es cómodo no poder reservar y tener que competir y casi discutir por sentarte a cenar. No es cómodo sentarte en esas sillas altas y comer en barra. No es cómodo el volumen de sonido ambiental. La música y el gentío. Te invita a acabar más pronto de lo que te apetecería. Tampoco me gusta comer sobre papel, por muy rollo lienzo que tenga para pintar las comida a modo de cuadros. Y el servicio del vino es lamentable. Unos los sirven muy calientes, otros helados... según el tiempo que lleve abierto en el enfriador.

Es el peaje que hay que sufrir para comer tan, tan bien a un precio tan, tan bajo. No he podido todavía disfrutar de Diverxo, pero tacho los días del calendario. Pedimos varios de los platos de la carta y todos excepcionales. El dumpling pekinés una pasada, podría haberme comido dieciséis platos, el tuétano, el pez mantequilla... cualquiera . Sin excepción.

Merece la pena la experiencia a pesar de los inconvenientes.

Nueva visita al sitio donde más disfruto.
Poca gente en el Club del Gourmet y sitios libres en StreetXo así que había que aprovechar la oportunidad

Pedimos:
-Sandwich Club: Me gustó más que la última vez. Más cantidad de ingredentes
-Pad Thai: Nuevo plato. Un Pad Thai que sabe a paella. Muy bueno
-Calamares: Espectacular el pan de curry y la combinación de sabores, pero poco punch
-Ssam: Brutal como siempre
-Chili Crab: Muy bueno. Se apreciaba menos el palo cortado que en otras ocasiones

De los que estaban trabajando solo reconocí al del wok. El resto, todo personal nuevo.

El servicio muy amable y dando todo facilidades.

Me sigue fascinando la capacidad de David Muñoz para excitar los sentidos de esa forma.

Eramos 4.El precio es a lo que salimos`por persona, aunque cuando voy solo suelo salir casi al doble

Radical, brutal, vaya sobrada…

Quéeeee caña!

Decidimos ir a probar suerte (no reservan) unos “compañerosysinembargoamigos” que andábamos por El Foro un lunes…

En Madrid los sitios que funcionan siempre están llenos, si hay alguna posibilidad será en lunes, me dije. Pero... llamé para hacer un último intento de reserva, negativo como era de esperar, y me dieron la “mala noticia” de que justo los lunes David Muñoz se pasa por el local y, aunque éste no lo iba a hacer, la gente no lo sabe y hay muchos que van ese día de la semana para verle, así que estaba crudo: el lunes es un día fuerte para ellos.

Con cierto pesimismo pero con singular alegría nos dirigimos paseando a Callao desde el Barrio de Salamanca. Cómo mola pasear por esas zonas de Madrid en primavera reventona.

El Corte Inglés. Planta 9. Ding Dong. Planta gastronómica.

Me recordó a la planta 6ª del KaDeWe berlinés, menos glamouroso y variado pero… aquí tenemos StreetXO y allá no.

Curioso el invento. Por mucho que había leído, no esperaba yo que el célebre StreetXO fuera eso: una pequeña barra en forma de “U” en torno a la cual se agolpan banquetas y clientes.

Se diferencia rápidamente del resto de puestos: música cañera (pero muy cañera) a tope de volumen, muchos empleados -con percepción de gran dinamismo, ritmo y movimiento dentro de la “U”-, estética canalla y mogollón-mogollón fuera.

Me dirigí al que parecía el responsable de aquel equipo a ver qué se podía hacer… “Nada tío, ver si hay algún hueco, pero para cinco lo tenéis crudo”.

Y lo que me fastidiaba era que enfrente había un puesto de charcutería gourmet del propio ECI y había alguna mesa pequeña, alta... pero LIBRE…

-“Oye, ¿y si nos sentamos ahí y llevo para allá los platos de aquí?”
-“Eso tienes que negociarlo con ellos”

Y negocié: un plato de jamón y una botella de vino y la mesa era nuestra ¡¡¡Iuuuupi!!!

Luego vi que lo hacía más gente, no sé si nos copiaron y creamos tendencia (jaja) o no habíamos inventado nada (va a ser esto...) pero amigo, hay que pelearlo, si no... no te "comes" nada, nunca mejor dicho.

La carta es de las de bar de toda la vida, un folio en un metacrilato de pie, los cubiertos son de plástico, las servilletas minúsculas de papel… ¡Oiga! ¿Pero estó qué é lo que é?

Pues eso, que aquí se viene a flipar, a disfrutar, sin complejos ni gaitas. Si hay que pillar la comida con las manos, se pilla. Y si se mancha la mesa con goterones, se mancha.

Pedí unos cuantos platos, no muchos por consejo de Miguel -qué crack- ya que salen uno detrás de otro muy rápido y la mesa era pequeñita, por lo que se te acumulan los platos y no sabes dónde colocarlos.

Pensé que iban a tardar un egg pero fijándome bien mientras tomábamos el platito de jamón con la botella de Val de Sil (qué bien estábamos) observé que dentro de ese gran trajín interior se percibe orden del desorden, no disciplina, sí orden, el tema fluye, la gente sabe lo que tiene que hacer y está motivada. Y como consecuencia de ello los platos marchan al poco de pedirlos, sin pausa y con prisa.

La primera comanda por tanto salió peroyá y cuando me dispuse a pedir la segunda tanda, nos mandaron al banquillo: “10 minutos de paro técnico tío”... “¿Y eso?”... “Nos han pedido dos cartas enteras y nos han matao, pero cuando reanudemos, vas el primero”.

Y así, entre gritos de “Aurelioooooooooo” y “Voooooooooooy” fue pasando la noche…

Esto es lo que llevé a la mesa cada vez que escuché “Aurelioooooooooo”:

Tataki a la brasa de pez mantequilla. Barbacoa china. Ensalada de anisados y yuzu.
Gambas*Gambas*Gambas*Gambas*Gambas = Gambas a la quinta potencia.
Dumpling pekinés. Oreja confitada y hoisin de fresas. Ali-oli y pepinillos.
Ramen agripicante de pata negra, Yema de corral y Pimentón de la Vera.
Albóndigas de vaca vieja. Guiso indonesio de cacahuetes. Ancas de rana adobadas. Nata ácida de coco.
Tuétano y cocotxa a la brasa. Bilbaína y jugo de Kimchee. Galleta de arroz.
Chilli Crab. Pimentón, chipotles. Palo cortado. Mantou.
Bocata de calamares. Bizcocho de curry al josper. Emulsión de trufa fermentada y kétchup de tamarillo.
Sofrito expres de chipirones, pasta de gambas y chiles fermentada y Taro frito.
Causushi de sardinas a la llama con lenguas de pato en escabeche de 5 especies y azúcar moscovado.

Una auténtica pasada, algo rompedor: creatividad absoluta, mestizaje radical, explosión papilar multinacional, culturas varias, sabores diversos, lo más cheli con lo más cool, lo más spanish con lo más thai… Contrastes mil.

Fondos ultrasápidos y megaconcentrados con alimentos camuflados que te abordan cuando te despistas, picantes marcados, especias, cítricos, cilantros, jengibres o similares…. ¡Qué pasada brother!

Es la reos en bicicleta. Platos para el recuerdo como ese tataki de pez mantequilla sobre una salsa indescriptible, ese tuétano con cocochas (textura al cuadrado), esas albóndigas de vaca que encima llevaban una anca de rana, ese chili crab que había que echarlo a nadar en una salsa picante-dulce-ácida-especiadadelcopón…

De los 5 que íbamos, dos de ellos griparon motores a mitad de carrera: mucha especia, mucho picante, demasiado mambo para sus estómagos.

Yo me hubiera quedado a vivir allí.

Hacía tiempo que no dábamos una vuelta por Streetxo y aprovechamos la semana santa (siempre nos quedamos en Madrid) pensando en que estaría más tranquilo, pero lo cierto es que parecía que todos los turistas que habían venido a Madrid andaban por ahí arriba. ¡Menudo ambiente! En cualquier caso y como llegamos pronto no tardamos en hacernos un hueco en barra, sentarnos en un par de taburetes y…a disfrutar.

Ha habido cambios en el personal, ya no está Rafa de encargado (o por lo menos no estaba el otro día) y la música suena mucho más baja, más orientada igualmente a lo comercial. En este aspecto se ha aburguesado un poco, pero la esencia sigue siendo la misma, velocidad, electricidad, comida llena de sabor y de pegada, auténtica a más no poder. Echamos un vistazo a la carta y nos ceñimos a los platos que no conocemos, repitiendo uno al final. Ya los hemos probado todos, jeje.

Sandwich club al vapor. Ricota. Huevo frito de codorniz. Shichimi-Togarashi (8€): plato de corte más delicado pero igualmente apetitoso, cocido al vapor y elaborado con papada de cerdo, col china, mayonesa de chile y un huevo de codorniz coronándolo. Se adereza con el Shichimi-Togarashi, que es una mezcla de 7 especias japonesa. Muy bueno.

Tuétano y cococha a la brasa. Bilbaína y jugo de kimchee. Galleta de arroz (7€): por indicación de la cocina pedimos dos, pues cada una viene con su hueso. Hay que vaciarlo y sacar el tuétano que se mezcla con la cococha y depositándolo sobre la galleta. De nuevo aflora la tan característica mezcla de sabores y texturas de esta cocina.

Bocata de calamares. Bizcocho de curry al josper. Emulsión de trufa fermentada y kétchup de tamarillo (14€): bonita y colorista composición que homenajea a todo un clásico callejero, el pan es un esponjoso bizcocho y tanto la emulsión como el kétchup aportan el habitual contraste sápido. Fantástico.

Ramen agripicante de pata negra, yema de corral y pimentón de la vera (13€): una base de noodles recubiertos por cabeza de jabalí en finas lonchas, sobre los que se rompe una yema y se vierte un espectacular caldo reducidísimo que resulta una auténtica esencia. Y no paras de darle a la cuchara…

Albóndigas de vaca vieja. Guiso indonesio de cacahuetes. Ancas de rana adobadas. Nata ácida de coco (14€): único plato que repetimos de anteriores visitas, básicamente porque nos encantó. Una locura, esas albóndigas poco hechas, las ancas de rana adobadas, los contrastes de la nata de coco y los cacahuetes…un plato que resume lo que esta cocina, puro sabor, pura diversión.

Para beber pedimos vino como siempre, en este caso una botellita de Trimbach Alsace Riesling 2011 (27€), el riesling básico de uno de nuestros productores alsacianos preferidos, un vino fino y mineral, con una marcada acidez que va de perlas con esta cocina, que pide a gritos vinos directos y eléctricos. Dos copas, una cubitera y nos servimos nosotros, estamos en una barra y no podemos exigir mucho más. Nos supo muy rico y nos hubiéramos tomado otra botella sin problemas…pero estaba un poco caro, doble que en tienda. Existe igualmente la opción de comprar botella en ECG y te cobran un pequeño descorche.

Así que una vez más salimos contentos de esta barra tan especial donde además de comer y beber vas a divertirte, a experimentar con sabores y texturas distintos, a dejarte llevar por ese universo gastronómico tan especial que propone David Muñoz en su versión más canalla. Todo ello contribuye desde luego a hacer olvidar la incomodidad, pero bueno, tampoco resulta más incómodo que otras barras igualmente concurridas de la capital. Ya hemos probado todos los platos en carta y no podemos decir que haya habido alguno que nos haya decepcionado, todos tienen su aquel y algunos alcanzan un nivel verdaderamente elevado. Habrá cambios y con ellos un nuevo Streetxo en Madrid después de la inauguración del de Londres. Esperemos que no pierda su esencia y mejore en lo que puede hacerlo. Nosotros, desde luego, seguiremos disfrutando en esta barra mágica.

  • Albóndigas de vaca vieja

    Albóndigas de vaca vieja

  • Bocata de calamares

    Bocata de calamares

  • Sandwich club al vapor

    Sandwich club al vapor

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar