Espacio reducido basado en un formato de cocina callejera asiática con toques de fusión con la cocina española, con sabores intensos y pleno a la creatividad. Nos resultó una idea original, divertida y sabrosa que esperamos repetir más veces (nos hemos convertido en sus fans). Todo parece estar diseñado para dar un servicio rápido y conseguir una rotación ágil de la clientela, aunque curiosamente todos sus platos se elaboran prácticamente desde cero, por lo que en ocasiones la espera podría hacerse larga para algunos de ellos.
Llegamos a eso de las 13:30 ayer jueves a mediodía y el local estaba literalmente vacío. Nos sentamos en sendos taburetes y nos sentimos cómodos durante la hora y media que estuvimos allí; afortunadamente el local no llegó a saturarse ni el volumen de la música llegó a molestar. Seguramente que tuvimos suerte ayer.
No hay camareros estrictamente hablando, sino 6 o 7 cocineros que atienden a la clientela con simpatía al mismo tiempo que elaboran los platos ofreciendo un espectáculo culinario a la vista de la clientela en el centro de la barra con forma de U. En nuestro caso, fuimos muy bien atendidos por el que parecía el encargado, que nos tomó nota y sirvió atentamente, describiendo los platos con todo tipo de detalles; supo asesorarnos durante la comanda para que los platos fueran servidos escalonadamente sin demasiado tiempo de espera entre ellos, acorde a sus tiempos de elaboración y teniendo en cuenta su nivel de potencia gustativa.
Comida para dos personas:
- Navajas al humo de aceite de oliva y carbón. Ponzu de sisho y crema de coco (2 piezas 6€): Dos buenas piezas con un ligero sabor ahumado presentadas sobre sus conchas y el toque de la salsa japonesa ponzu pero elaborada con la hierba sisho y de la crema lechosa del coco. Sin duda alguna fue el plato que más me impactó: sabor equilibrado. Un fijo a repetir en futuras visitas.
- Dumpling pekinés. Oreja confitada y hoisin de fresas. Ali-oli y pepinillos (10.50€): Unas empanadillas chinas hechas al vapor y luego pasadas por la plancha con oreja crujiente y acompañadas de la tradicional salsa hoisin pero de fresa, alioli y unas rodajitas de pepinillo. Llegaron bajas de temperatura y se deslució un poco el resultado.
- Pollo a la brasa marinado en chiles dulces. “Ensalada Andalusí”: aceitunas, naranjas y especias morunas (13€): Fantástica pechuga fileteada con un agradable sabor ahumado y una increíble jugosidad, acompañado de un bol con una refrescante ensalada de naranja, olivada y especias.
- Pad-tahi versión “Paella”: Cintas de arroz quemadas al wok, col china, carabineros y mejis de roca. Piel de tortilla (14€). Sorprendente versión del plato nacional tailandés aderezada con una increíble salsa de carabineros y cubierto con una fina tortilla. Espectacular resultado.
- Sandwich club al vapor. Ricota. Huevo frito de codorniz. Sichimi-togarashi (8 €): Una especie de bollo chino hecho al vapor relleno de cerdo, ricota, mayonesa de hierbas, chile, ajo y huevo frito de codorniz con el tradicional condimento japonés (sichimi-togarashi). Sorprendente.
- “Chilly Crab” Pimentón, chipotles. Palo cortado. Mantou (12€): Cangrejo en salsa muy popular en Singapur. Aquí lo que manda es la salsa, no excesivamente picante, hecha con pimentón y chiles chipotles a la que se le da un toque de reducción de palo cortado; para comer a cucharadas. Lo acompañaba un par de mantous o panecillos chinos hechos al vapor y con un toque dulce. Otro fijo para la siguiente visita.
No hay opciones para tomar ni postre ni café, aunque recomiendo un buen helado de mango o de frambuesa en Amorino, a unos pasos en el mismo espacio gourmet mientras se disfruta de una estupendas vistas desde la terraza.
En cuanto al servicio del vino, escasa oferta (aunque comprensible por la escasez de espacio) pero resultona. Ese día hubo algún problema con la temperatura de los vinos y tuvimos que empezar con un par de cervezas Alhambra Reserva 1925 mientras se enfriaban los vinos blancos. Después tomamos un par de copas de Pago Vallegarcía Viognier 2011 en copas adecuadas.
Precio total: 78.00€ (inc. tasas, 2 cervezas a 3€ cada una y 2 copas de vino a 4€ cada una).
Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local tres platos con tasas y servicio incluidos y sin bebidas
Esa es buena idea, así lo conozco de una p... vez!!
Saludos
Pues nada, si te apetece me mandas una nota y vamos. Yo me quedo aquí todo el mes de agosto…
Saludos,
Eugenio.
Cuando un local tiene una línea muy definida de negocio...
Saludos
Cooooomo mola ese SreetXo se merece una ola!!!
A ver si algún día vamos juntos.
Ese chili crab, la salsa es adictiva... Pero ¡ojo! para estómagos curtidos en artes, especias y picantes orientales como tú y como yo, dos de los que fueron conmigo pasaron una noche toledana y al día siguiente estaban rotos, y eso que a mitad de cena ya griparon, pero el chili crab lo pillaron de lo primero con muchas ganas jajaja
Tal y como has puesto la RCP es fantástica. Por cierto, yo hace tiempo que no voy pero la pequeña selección de vinos que tenían era muy interesante.
Enhorabuena por el disfrute Luis ;-D
Si que mola si. Pero además aluciné aún más cuando vi que mi mujer disfrutó como una enana (cosa que no me esperaba).
Por supuesto, presi, que cuando te descuelgues por los madriles, puedes contar conmigo para hacer la ola donde quieras.
Curiosa mi evolución culinaria en los últimos tres años. Ya puedo aguantar lo que sea. A propósito, ya sabemos dónde ir en Madrid a tomar Mole Poblano en Madrid (estamos esperando a mi chaval a que vuelva de un campamento). Ya lo probé de soltero (más o menos hace taitantos años) en un restaurante madrileño del que no puedo recordar el nombre. Especialidad complicada, complicada; es el vago recuerdo que me queda cuando lo probé.
Saludos fiera
Jopé, mi mujer y yo salimos con la idea de que habíamos pagado poco para lo que disfrutamos. Son platos elaborados y a buen precio. En muchos sitios de Madrid, pagas lo mismo por unas anillas de calamar congelado a la romana por el mismo precio, o ¿no?
saludos
Mecagüendiez!
No me hables de mole poblano que yo por el mole poblano MATO.
maaaaaaaaaaaaaaaaaaato.
Si hay que ir a Madrí con mi amigo Luis, se va. Comemos en StreetXo y cenamos en el del mole. O al revés. lo dejo a tu superior criterio.
Me temo que la falta de postres y cafés anda más en la línea de que el cliente esté el menor tiempo posible ocupando una mesa. ¿Es así?.
Buena comida y a buen precio.
Saludos
Está claro que sin postres ni cafés la rotación es más rápida. Pero ya digo que a la larga sus elaboraciones llevan su tiempo; es decir, no son platos que solo necesitan calentarse y ponerse sobre la barra. El Chilly Crab son 30 minutos de espera, como ejemplo. Pero bueno, está también claro, que ahí lo que interesa son unos clientes tras otros pero respetándolos con sorpresas, técnica y calidad.
saludos
Por supuesto que no falta calidad o producto en una cocina con esos orígenes en su hermano mayor.
No quería hacer pensar que era un tema más allá de la rotación de clientes, sobre todo ante la demanda habitual. Hay que rentabilizar los puestos de comensales, pero que se vayan contentos.
Saludos
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