Habia reservado este restaurante de cocina cántabra, con anterioridad, y me alegro de haberlo hecho, ya que si no, no hubiésemos encontrado mesa. Fuimos a cenar tres personas el miércoles 12 de noviembre.
El local está situado en el barrio de Chamberi, muy cerca del de Salamanca. Llegamos a las 20h30 y nos colocaron en una mesa bien situada a la entrada de un comedor ubicado en un semisotano. Sala no muy grande, longitudinal, elegante y muy bien decorada. Las mesas están bien separadas las unas de las otras, bien vestidas con buenos manteles, cubiertos y copas schott. El servicio de sala, llevado a cabo por el que pensamos que era el dueño, que hacia el papel de maitre y sumiller, y una camarera, fue profesional, atento y agradable. El servicio del vino fue bueno.
Tras dejarnos aconsejar por el maitre, decidimos primeramente compartir 3 entrantes, y después cada uno optó por un plato principal.
Compartimos :
Lomos de sardinas ahumados con pimientos asados Buen producto y buena presentación. Las sardinas son ahumadas por ellos mismos.
Anchoas artesanales de Santoña Producto bruto. Muy buenas
Croquetas de la casa 6 unidades, 3 de bacalao y 3 de morcilla. Poco sápidas, sobre todo las de morcilla. Lo mas flojo de la noche.
Como platos principales, MC y yo compartimos el pescado del dia, que traen directamente de la lonja de Santander, en este caso fue Rodaballo salvaje a la plancha presentado sobre un lecho de verduras. Excelente producto.
Mi hija, tomó otro plato del dia, una Hamburguesa de rabo de toro presentada en forma de bocadillo y acompañada de patatas fritas caseras y ensalada verde. La encontró muy buena y con la cocción de la carne a su gusto.
El pan que nos sirvieron fue bueno. Acompañamos la cena con un buen vino blanco crianza gallego Valdesil DO Valdeorras 2012 variedad 100% Godello, un vino mineral, con cuerpo, muy agradable en boca. También tomamos una botella de agua de 1l.
De postre tomamos un Trio de chocolates y un Pastel de queso con coulis de frambuesa Ambos muy buenos, y aunque las comparaciones puedan ser odiosas, el pastel de queso no tenia punto de comparación con el degustado el dia anterior en El Padre.
La cuenta ascendió a 55,74 €/persona. Buena RCP. Recomendable. Buena cocina de producto. Me quedé con ganas de probar otros platos de la carta, como las albóndigas de pescado del cantábrico a la marinera , el solomillo de atún rojo con salsa de soja y wasabi .... en fin tal vez un motivo para una nueva visita.
Hamburguesa de rabo de toro
Rodaballo salvaje a la plancha
Me llevo mi pareja a este restaurante hace un par de semanas. Yo lo conocía por oídas, pero nunca había ido. Reservo mesa para dos. El restaurante se queda un poco pequeño la verdad, pero el trato no esta mal,ni pesados,ni pasotas un termino medio. Después de ojear con detenimiento la carta pedimos para compartir pimientos asados con ventresca y anchoas, croquetas de la casa, bastante bueno. Después cada uno un plato yo me decante por un poco de mar en concreto tronco de merluza al ajillo sobre patata panadera y mi pareja prefirió carne escalopines de solomillo de buey rellenos de frutos secos, foie y salsa de oporto, me dio a probar, el pescado no estaba nada mal, pero me gusto mas lo que pidio mi pareja. De postre pedimos panacota con frutos del bosque muy rico. Acompañando a la comida pedimos una botella de vino Huno D.O. Ribera del Guadiana,no se demasiado de vinos,pero nos gusto bastante.
Salimos bastante satisfechos de la cena, hay cosas que mejorar, como el local que me pareció un poco pequeño y agobiante, pero por lo demás bastante bien.
Sitio muy pequeño con mucho ruido. Servicio muy lento. Devolvimos platos por servirlos fríos
Terminadas las vacaciones veraniegas, reservamos en el restaurante Conlaya para 7 personas, previamente concertando un menú degustación y esta fue la opción que nos causo de forma unánime un deleite para el sentido del gusto.
Magnifica recepción y ubicación (reservado privado), previamente unos aperitivos de finos y cañas hasta la llegada de todos los comensales.
Una vez todos en la mesa, el maitre nos indica cada uno de los platos que vamos a degustar e indica previamente si algún plato no es del agrado de alguno de los presentes.
Comenzamos con el menú degustación seleccionado:
Aperitivo:
Churros de Bacalao en Marea negra. (Deliciosos).
Entrantes:
Lomo de Sardina sobre cama de pimiento rojo de isla. ( Sublime)
Lomo natural de Bonito del Cantábrico macerado en Claudium. (sin palabras)
Pulpo de Roca con vinagreta de mango y espuma de mahonesa de maracuya (refrescante)
Crema de Cocido Montañes templada con su Compaño en su Berza. ( Sabores reales, potentes, muy bien).
Platos Principales:
Mero del Cantábrico con sus verduras de temporada. (el mejor plato de todos).
Timbal de Cordero confitado, con puré natural de soja y wasabi. Muy bien el contraste, pero plato arriesgado).
Postres.
Pastel de queso de la abuela con fruta de mora. (Bien)
Torrija de Sobao Pasiego con su helado. (Excelente)
El maridaje del menú fue el siguiente;
Parxet Vintage D.O. Cava
Frode de Carme D.O. Rias Baixas
L´ame Malbec Vt. Tierra de Castilla
Huno D.O. Ribera del Guadiana
Malpaso D.O. Mentrida
Tabula D.O. Ribera del Duero
Lagarona D.O. Toro
Tokay 6 puttonyos
Espuma de Gin-Tonic Whitey Nelly.
Destacar que el resultado ha sido contundente, pero realmente ha sido de los mejores menús degustación que he podido tomar.
Eramos un grupo de 6 y dadas las promociones de descuento que tanto abundan llamé a Conlaya una semana antes para ver que posibilidades teniamos. Al ser 6 personas solo nos podiamos beneficiar del menu degustacion con vinos por 38 € (iva incl). No nos pareció mal y alli estabamos listo para cenar. Mientras llegaba el grupo se pidieron 3 cañas en barra. Nos habian preparado una mesa en el salon prinicipal aduciendo que el reservado de arriba tenia una gotera. La verdad es que estuvimos muy bien ya que solo al final de la cena vinieron 3 personas que se acomodaron en una mesa en la otra estancia. Que pena de situacion que un jueves por la noche los restaurantes esten vacios….
Con mas de media hora de retraso por la llegada de comensales les dijimos que comenzaran con el menu.
Nos “cantaron” la composicion por si alguien queria algo distinto y nos dijeron que los vinos que se servirian serian Verdeal, Bobal y La Mala. Antes de empezar con el menu comentaré los dos detalles que en mi opinion no hicieron la velada de sobresaliente. Son esos feos detalles que sin intencion hacen que el cliente se sienta a disgusto.
El primero con el verdejo: llega la camarera con la botella , y me sirve primero a mi siendo mayuscula mi sorpresa cuando constato que no me lo da a probar sino que sirve directamente la botella entera en las 6 copas. Lo probamos y estaba caliente, es decir, no a temperatura de vino blanco. Pues bien al servir el Bobal le dije :”por favor, lo quiero probar porque el anterior estaba caliente”. Me volvio a llenar la copa hasta arriba, esta vez espero que lo probara y siguio sirviendo todas las copas hasta acabar la botella. Pero en este caso hubo otro detalle que constatamos al final de la cena. Un amigo que no podia estar con nosotros pasó por la zona y pidio una silla y una copa para acompañarnos 10 minutos con un vino. Hasta aquí todo muy bien y le sirvieron de esa botella una copa de Bobal. El maridaje del menu constó de una botella de cada uno de los 3 vinos mencionados que daba justamente para la 6 copas y en este caso dio para 7 copas. Pues bien, al traer la cuenta vimos que habia cobrado aparte al copa de Bobal a casi 4 €… Lamentable error en mi opinion.
Pero vamos a la comida que hay que decir que salio de maravilla quedando todos encantados:
Aperitivo:
• Crujiente de morcilla sobre pur de maiz: delicioso
Entrantes:
• Lomo de sardina marinado sobre tosta con pimiento: Deliciosa la sardina y algo soso el acompañamiento. Lo recordaba mejor la ultima vez
• Pulpo con espuma de mayonesa: muy rico. Pulpo blandito con acompañamiento de vinagreta de mango muy refrescante
• Crema de calabaza con crujiente de langostino. Riquisimo.
• Tosta pasiega con foie fresco al PX: muy bueno
Principales:
• Merluza de Burela hecha dentro de un papel de horno que llega a la mesa con su envoltorio. Viene a ser como una merluza en papillote. Muy ligera
• Cochinillo sobre “chocolate” que son los jugos de la cocción. Espectacular. No me gusta el cochinillo y estaba sublimie. Era un trozo como desmigado y marcado al fuego de forma que estaba crujiente. Espectacular
Postres:
• Tarta de queso con frambuesa:sobresaliente
• La famosa torrija de sobao pasiego: mas que excelente
La cantidad tremenda para una cena aunque la mayoría acabaron todo. Muy muy buena calidad. Los puntos negativos fueron los comentados al principio y también observamos cierta lejanía del personal. Solo estaba el encargado (dueño supongo) y la camarera y para haber estado solos casi toda la noche no sentimos una especial cercanía o preocupación del servicio. De hecho solo la camarera dijo adiós al salir sin que aparececiera nadie mas ni preguntara que tal estuvo todo. La cuenta ascendió a 249€
Recomendable en cualquier caso.
Pasando unos dias en Madrid, decidimos acudir a este restaurante a cenar (aprovechando el descuento por reserva on-line). La verdad es que el sitio esta bien, estaba llena la sala inferior (bajas unas pocas escaleras) y habia una mesa en el nivel superior.
Mesa bien vestida (manteles largos como a mi me gusta). Como íbamos a menu cerrado, el maître nos dice que vamos a degustar 9 platos (todos servido individualmente) y nos los recita (depués se repite la explicación en cada servicio).
- Crujiente de morcilla sobre crema natural de maíz, bien como aperitivo para abrir boca.
Despues cuatro entrantes que fueron:
- Lomo de sardina ahumado sobre pimiento rojo. Según el maître lo ahuman ellos mismos. Un lomo de sardina espectacular en tamaño y excelso en sabor. Punto óptimo de sal y que combinaba a la perfección con el pimiento rojo.
-Pulpo con vinagreta natural de mango y espuma de mahonesa de maracuyá. La combinación puede parecer exótica, pero resultaba muy agradable, incluso refrescante y el pulpo tierno (mi mujer no es de pulpo y le encantó).
- Crema natural de calabaza con crujiente de langostino. Buena textura apreciándose muy bien el sabor de la calabaza (punto de intensidad perfecto), y que combinaba muy bien con el langostino.
- Matanza de viernoles con reducción de PX. Plato muy contundente. Llevaba, embutido desmigado y huevo frito encima. He de decir que estaba muy rico, pero para un menú tan largo, quizás demasiado contundente (llenaba mucho).
Como platos principales tomamos:
- Lomo de merluza de anzuelo con verduritas en "carta fata". Era una especie de "papillotte" servido como un saquito envuelto en celofan transparente, que habia que desatar el lazo para comerlo. La merluza estaba exquisita, notandose la calidad del producto. Las verduritas casi al dente como a mi me gustan.
- Pastel de chon, con salsa falsa de chocolate y puré de soja y wasabi. Era pastel de cochinillo (llamado chon en Cantabria). Sencillamente espectacular. La carne melosa, y el "falso chocolate" hecho con el propio jugo de la cocción del lechón.
En el apartado de postres, nos sirvieron dos:
- Espuma de arroz con leche sobre gelatina de naranja. Servido en una copa con la espuma en la parte superior. La gelatina ligeramente amarga contrastaba muy bien con la espuma de arroz. Resultaba incluso refrescante, aunque la gelatina quedaba ligeramente insulsa.
- Pastel de queso con coulís de frambuesa. Algo tan, aparentemente sencillo como una tarta de queso, aqui resulta excepcional. No soy mucho de dulce y mi mujer tampoco, pero los dos coincidimos en que era la mejor tarta de queso que habiamos tomado.
Con este menú te sirven un maridaje de 3 vinos: 1 verdejo Verdeal D.O., 1 tinto joven Bobal de Dominio de la Vega (D.O. Utiel-Requena) y un Damana 5, de Bodegas Tábula, tinto con 5 meses de barrica de la D.O Ribera del Duero. Esta claro que los vinos no es los destacable en este menú (como se menciona en otro comentario), pero hay que decir que cumplen perfectamente su papel. Cristaleria y cuberteria muy correctas.
Como en el menu iba el vino incluido, no vi la carta de vinos.
En fin, una experiencia muy agradable y para repetir
Hacía cierto tiempo que no visitábamos este restaurante, siempre hemos acabado muy satisfechos y esta vez no fue menos.
El trato de dueño siempre es de primera, explicaciones detalladas tanto de la carta, los platos fuera de la misma y del vino. El ambiente es tranquilo y acogedor, la foto de Santillana de Mar que hay al fondo creo que es nueva, muy bonita.
Nos ofrecieron dos aperitivos de la casa, una chistorra sobre un pan con queso y unos pimientos rellenos de mascarpone, muy buenos ambos.
Compartimos dos entrantes, media ración de croquetas de boletus muy buenas, unos huevos rotos con foie bastante buenos. De segundos el tronzón de res de Cantab ria sobre tosta con mantequilla de anchoas, muy original y contundente, y dos lomos de rodaballo salvaje con verduras. De postre la clásica torrija de sobao pasiedo con helado también de sobao pasiego, imprescincible.
Bebimos dos dobles de cerveza y una botella de uno vino que nos recomendaron de la Ribera del Guadiana, si no recuerdo mal Los Balancines, francamente buen vino.
Como no teníamos que conducir y nos apetecía, nos tomamos una copa, bien servida, un Gin tonic de Martin Millers y un combinado de JB.
Gran velada, volveremos seguro.
Céntrico restaurante no demasiado grande pero con un buen espacio entre mesas en el que, aprovechando la promoción de Verema, tomamos un extraordinario menú degustación con un 50% de descuento formado por un aperitivo, cuatro entrantes, dos platos principales y dos postres. En concreto:
Crujiente de morcilla sobre crema de maíz natural.
Mini-tosta de sardina ahumada sobre lecho de pimiento rojo. Riquísima.
Pulpo con espuma de mahonesa y vinagreta de mango.
Crema de calabaza con crujiente de langostino. Soberbia.
Plato de matanza con huevo y patata (presentado a modo de pastel sobre pizarra). Muy original.
Una merluza de primerísima calidad cocinada al vapor con verduritas.
Pastel de cochinillo con salsa de soja y puré de patata.
Espuma de arroz con leche con gelatina de naranja natural. Algo falto de sabor.
Pastel de queso con frutos rojos. Buenísimo.
Los vinos, sin ser espectaculares, acompañaban perfectamente al menú. Eran un blanco de Rueda (Verdeal), un Rioja joven (Koden) y un Ribera del Duero (Señorío de Bocos).
Buen menaje y buen servicio, atento y profesional.
No decepcionó el menú degustación. Muy copioso y en general de muy buena calidad. A destacar en lo positivo los entrantes (crema de calabaza, un pastel con matanza, pulpo y la sardina ahumada con pimiento asado), lo que menos nos gustó fue el pastel de chon (cochinillo). Sin ser espectaculares los vinos acompañaban bien el menú . Trato estupendo. Decoración demasiado sobria. Sin duda un lugar recomendable.
En esta ocasión éramos once comensales, de los cuales dos repetíamos de una anterior visita. Nos ubicaron en el comedor privado de arriba, donde estuvimos muy confortables y muy bien atendidos a pesar de estar "aislados" del resto de comensales. La opción volvió a ser el menú degustación perfectamente explicado por Igor (al que eché en falta al final del festín a preguntarnos cómo había ido)? Para la cena quizás resulten excesivos el aperitivo, cuatro entrantes, dos principales y los dos postres. Todos los platos a un gran nivel y resulta difícil destacar alguno. El servicio muy atento y siempre pendiente que no faltase vino en las copas (un verdejo "Verdeal" muy singular y dos tintos, Rioja joven y Ribera con más cuerpo, muy correctos los tres, siendo quizás el blanco el más singular por sus características). Estuvimos tres horas "degustando" y la próxima tendré que pensar en atacar la carta para ver si el nivel se mantiene. Decir por último que han estado muy amables y atentos en el proceso de reserva, ya que incluso se planteó la posibilidad de cambiar cena por comida (siendo once no es tarea fácil) y en todo momento la disposición y colaboración ha sido impecable y muy profesional.
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