Restaurante Malkebien en Valencia
Restaurante Malkebien
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
9,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Noches de Domingo a Jueves
Nota de cata PRECIO MEDIO:
26 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.1
Comida COMIDA
8.2
Precio medio entorno ENTORNO
5.7
RCP CALIDAD-PRECIO
9.5
Tiramisú
bacalao
musaka
croquetas
arroz
crema de calabaza
Confit de Pato en Crujiente Philo con Relleno de Brie de Meaux y Macadamia y Cremoso de Fruta de la Pasión y Marsala
Lomo de Bacalao de Islandia con Salteado de Remolacha, Sésamo y Salsa de Soja, Cremoso de Espárragos Blancos de Navarra D.O., Jengibre y Parmentier de Papada Ibérica
Brandada de Salchichón de Tárbena con Huevo Pochado y Patata Panadera
¡Aquí está la guarnición!.
El bacalao con la lata sorpresa
La rica croqueta, suerte que no sabía de qué era...
Uno de los postres
Sopa de Tomate con Aroma de Chorizo de Cerdo Ibérico con Pan de Hogaza y Huevo Pochado
Brandada de Pulpo de Roca con Pil-Pil de Piquillos de Lodosa, Crujiente de Pan de Llavoretes y Chips de Zanahoria
Carrillera de Ternera Confitada en AOVE de Viver con Cremoso de Queso de Sotarraña y Parmentier de Seta Portobello
Lomo de Bacalao de Islandia con Humus de Alubia Verdina y Curry, Salteado de Seta de Cardo y Apio y Cremoso de Mango y Cardamomo
Sopa de Tomate con Aroma de Chorizo de Cerdo Ibérico con Pan de Hogaza y Huevo Pochado
Matahambre de ternera del Valle del Esla con pastel de curry
Lomo de bacalao de Islandia sobre veloute de tirabeques y cremoso de sobrasada
Huevo pochado con güeña de Jérica, pata agria y humo
Ensalada con lascas de cecina del Valle del Esla
Titaina de pulpo de roca con calabaza
Sopa de chufa y coco con torrija
Ostra Oleron con cava solido y helado de lima y apio
atambre de ternera del Valle del Esla confitado en aceite de oliva virgen extra y salsa de queso Extramuros
Tomate Pentxar relleno de brandada de anchoa
Atún con salsa de soja y naranja, crudite de verduras y parmentier de cebollino
im-presionante!!!
Malkebien bacalao crujiente
Malkebien Quinta de Saes
Albóndigas de bacalao hechas en casa, sobre pisto de calabaza y menta, y falso alioli de limón y hierbabuena
Revuelto de amanita cesárea y trompetilla  e hinojos, sobre nido de pasta Philo
Ensalada de tomates confitados en aceite de hierbaluisa  y bastones de queso manchego 1605 de leche cruda, con aliño de albahaca y Porto blanco, sal de jamon iberico de guijuelo, jengibre  escarchado y frutos secos
Cube Roll de Ternera Gallega a la Brasa con Salsa de Pimienta de Sichuan y Lagavulin con Parmentier de Humo.
Petit Hipperia 2008
Ensalada de Tomates Confitados en Aceite de Hierbaluisa y Bastones de Queso Manchego 1605 Artesano de Leche Cruda, Aliño de Albahaca y Porto Blanco , Sal de Jamón Ibérico de Guijuelo, Jengibre Escarchado y Frutos Secos
Opiniones de Malkebien
OPINIONES
101

De nuevo regreso a los orígenes de Torrefiel a su local de toda la vida, sin renunciar a todas sus esencias y sus planteaminetos de menú de día laborable y los menús de degustación para las noches de viernes y sábado.

Algo llamativo del día es que más de la mitad de los comensales eran mujeres, incluyendo la parte del servicio en sala, que por cierto con eficiencia máxima. Se mantiene una buena vajilla que acompaña a unas cuidadas presentaciones de todos los platos.

El menú del día contiene un buen  servicio de pan servido en caja que parece más un regalo que una panera; también vino a elegir en mi caso tinto un fácil S´M de Requena para cumplir. Hoy había:

. aperitivo de la casa como bienvenida: una crema de boniato, calabaza y castaña servida en un pequeño tarro de cristal propio de las mermeladas caseras. Bien de sabor y perfecta textura y como siempre. original presentación.

. un primero a elegir que suele incluir una opción de arroz o como en este caso, una fideuá de fideo medio perfecto de cocción, muy buena base de sabor y de tropezones, con ajustada presencia de aceite.

. un segundo en el que siempre suele estar el emblema de la casa: el gadhus, perdón, el bacalao, siempre perfecto de textura, punto de sal, punto de fuego que de tan bueno siempre se queda corto de cantidad aunque la ración sea buena; viene apoyado en unas verduras perfectas de cocción aunque demasiada presencia de aceite en la base (sin afectar al pescado) que produce más rechazo que invitación a mojar pan.

. postre: el brownie sabes que te va a gustar, pero siempre hay una tentación novedosa que se me hace irresistible. En este caso fue una mousse de coco sobre una salsa de frutos rojos y rematada por un arándano. Bien de sabor con ese punto cítrico que refresca.

Para terminar un buen café y sólo un pero (sonoridad aparte): no poder saludar a Alfonso que libraba este día. Habrá que volver y rematar la comida con una de sus maravillas de dulces portugueses.

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Hace unos días estuvimos el sábado para comer. Normalmente ibamos por la noche, pero decidimos probar el menú de mediodía, que incluye aperitivo, primero, segundo, postre, bebida y café. Todo por 18,50 €/persona.

EL restaurante lleno y eso que estabamos en el turno de las 15:30 h. El aperitivo fue una mini hamburguesa, muy buena. De primero, paella y de segundo, solomillo para uno y bacalao para el otro. De postre, brownie con helado y tiramisú. Todo a gran nivel, como siempre. Las bebidas fueron agua y copa de vino tinto (incluido en menú). Para acabar, infusiones.

Como curiosidad, salió Alfonso a saludarnos pero salió de la !!cocina!!. Si, desde hace unos meses, se le fue un cocinero y se ha tenido que poner él manos a la obra, porque según sus palabras, no encontraba el perfil adecuado. Pues visto lo visto, que siga en cocina.

 

Nos encontramos ante un clásico del buen comer, con unos precios fuera de los común.
Aperitivo: croqueta de bacalao con tinta de calamar. Olé!
Primero: arroz caldoso de cigalas. Riquísimo...con "material",y con la verdura en su punto.
Segundo: corvina, con espinacas. En su punto, y ración generosa.
Postre: brownie con helado de vainilla.
Alfonso me indicó, con mucho acierto- cómo no!- un albariño, muy rico.
Amabilidad y "saber hacer", definen a este reputado local.
Hasta pronto!!!

Me encantan las islas. Aunque sea continental de nacimiento, mi espíritu es decididamente insular. Esos diminutos lugares tienen algo mágico, son como pequeños mundos independientes que se erigen orgullosos frente a la inmensidad del mar en su contra. En las islas la evolución de las cosas es diferente y la naturaleza nos enseña que siempre hay otros caminos para hacer las mismas cosas. El problema de las islas es que no suele ser fácil llegar a ellas, pero si lo fuera quizá perderían su encanto.

Hace un par de sábados nos decidimos a visitar este local porque según afirman numerosas opiniones se trata de una de esas excepciones frente a la inmensidad gastronómica circundante. Al llegar, ni el exterior del local ni el entorno te anticipan que estés frente una isla, de hecho tienes la sensación de seguir estando en un barrio normal con gente normal, pero como durante el camino venía distraído probablemente no debí darme cuenta de que habíamos cruzado algún puente. Nada más cruzar el umbral de acceso aparecen mis primeras sospechas al ver en el expositor de vinos un Vega Sicilia Único del 2000 ¡collons, en mi barrio no se ven estas cosas!

Tras acomodarnos en nuestra mesa aproveché para pedir la carta de vinos, aun a sabiendas de que acabaría pidiendo consejo a Alfonso, pero me apetecía ejercer de voyeur unos minutos. Cada vez disfruto más de este pequeño placer terrenal. Carta extensa, con numerosas referencias tanto nacionales como internacionales, estas últimas centradas sobre todo en Portugal y Francia. Por aquello de la focalización, me llamó poderosamente la atención un As Sortes a 38€. Seguidamente nos explican el menú disponible el sábado a mediodía que consiste en un aperitivo, un primero, un segundo y postre, con una bebida y pan e IVA incluido por 18€. No recuerdo si incluye el café, aunque posteriormente no lo cobraron.

Al momento sale Alfonso disculpándose porque los sábados a mediodía está en la cocina y no puede atender las mesas. ¡por favor, faltaría más! Brevemente le comentamos que necesitaremos de su consejo para elegir el vino y que la petición será un blanco, seco, mineral. Alfonso activa el modo Jedi e indica a una empleada que vaya a por cierta botella. Instantes más tarde aparece con un ejemplar de Raúl Pérez, Valtuille, Godello 2014, que me hizo olvidar el As Sortes completamente hasta el momento de suscribir estas líneas. A partir de ese momento ya no tuve ninguna duda de que, efectivamente, estábamos en una isla.

El aperitivo consistió en unas lentejas cocinadas con foie, que cumplieron bien. Para los primeros platos se podía elegir entre paella valenciana con pato, que fue referida como buena y un destacable gazpacho marinero que llevaba unos higaditos de rape (creo) celestiales. Para los segundos platos, dos personas optaron por el solomillo de cerdo ibérico con chips de zanahoria (muy bueno) y las otras dos optamos por el bacalao a la vizcaína, que estuvo excelente. Finalmente en los postres apostamos por pedir variado y probar un poco de todo: brazo de galleta y chocolate, torrija con salsa de chufas, brownie con helado y tarta de calabaza. Todos estuvieron a buen nivel, pero lo mejor fue sin duda el excelente generoso portugués con el que nos obsequió Alfonso durante una breve fuga de sus obligaciones culinarias: Villa Oeiras, DO Carcavelos. Intentar definir los vinos me llevaría irremediablemente al fracaso, así que me limitaré a recomendaros que si tenéis ocasión los probéis, porque no os arrepentiréis. Terminamos con unos cafés variados y con la sensación de haber pasado un rato inmejorable, además de haber descubierto un par de vinos. Me perdí la primera parte del futbol y no me importó ni lo más mínimo.

Según palabras del propio Alfonso al final de la comida, en Malkebien tratan de hacer solamente cocina de barrio, pero sincera y bien hecha. Creo que uno de los grandes logros de Malkebien ha sido convertir en extraordinario aquello que debería ser normal, pero que por desgracia no lo es habitualmente. Por supuesto que es importante disponer de un buen producto bien tratado, pero esa implicación que tiene Alfonso con los clientes no se ve habitualmente y provoca nada más salir el deseo de volver. Sumadle una devoción poco común por el vino y una RCP explosiva y ya podemos convertir cualquier comida o cena aparentemente normal en un acontecimiento singular. Mientras salía pensaba, ¿por qué en todos los sitios no te cuidan así? Es curioso que de los muchos detalles que pueden tener contigo en un restaurante, uno de los más apreciados por el cliente y al mismo tiempo más baratos para el hostelero sea esa calidad en el trato personal y, sin embargo, no abunda en absoluto. Supongo que será, porque cuando es forzado no se valora igual.

Así que ya sabéis si os apetece visitar una isla, en Torrefiel hay una y, para todos aquellos que tengáis reparos en subir al barco o al avión no hay problema porque ya es maravilloso viajar hasta Malkebien caminando, en bicicleta o autostop, porque el puente ya está hecho desde hace tiempo.

Muito obrigado Alfonso.

Hace más o menos 18 meses, visite Gadhus (Rocafort), ese día un buen grupo de amigos me presentaron a Alfonso, me pareció una persona cercana, amigable, sensata, con muchas tablas debido a sus años de experiencia. Le volví a visitar cuando se trasladó a la galería, Pero yo tenia ganas de visitar a Alfonso en zona de confort, así que ayer me fui a visitarlo!

Me gustó mucho, por eso quería escribir lo antes posible. Desde que entramos, Alfonso nos recibió y nos trató con mucho cariño durante toda la comida al igual que el resto del equipo.

Él estaba ojo avizor, supervisando cocina y sala, (Salón completo y doblando mesas), Los camareros despidiéndose de los clientes por su nombre, eso quiere decir que no son de una sola visita, si no que son clientes habituales.

El menú que tomamos estaba compuesto de:

Aperitivo: Crema de calabaza, con un toque de aceite de oliva increíble.

DETALLE DE LA CASA: croqueta de garrofo fresco, sobre una crema de calabacín y curry, la terreta siempre presente....

Primero:
Arroz meloso de marisco, la sepia con una cocción perfecta, con un fondo casero y ligero.
Musaka con chips de Yuca, la presentación me gusto y de sabor muy rica.

Segundos:
solomillo de pato con patatas y salsa de quesos Dijeron que muy bueno.
Bacalao sobre escalibada, si voy a ver Alfonso tengo que pedir balacao, lo siento!

Postres:
Tarta de queso, sobre una masa de galletas
Tiramisú de Moca, otro de mis vicios el café

Por 11€, me parece insuperable el menú, pero sobre todo las ganas de esforzarse, en presentación, vajilla y servicio. Hubo cambio de cubiertos en cada plato.

Lo que más me gusto de esta visita,fue ver a Alfonso feliz, se le veía mucho más respaldado por ese comedor lleno de clientes habituales. Que dan la calidez, para seguir haciendo las cosas con ganas e ilusión.

Bebimos agua

Volveré!!

  • Tiramisú

    Tiramisú

  • bacalao

    bacalao

  • musaka

    musaka

  • croquetas

    croquetas

  • arroz

    arroz

  • crema de calabaza

    crema de calabaza

Acudimos por la noche y elegimos el menú degustación (25,50 €), compuesto por 4 entrantes, 2 principales y postre.
Todo el menú a gran nivel, destacando los platos principales: bacalao y costilla ibérica. Uno de los postres, torrija de vainilla con sopa de chufas, excelente.
Gran servicio, con explicación de los platos.
El precio es sin vinos, ya que bebimos agua.

El grupo 3 x 4 ha desaparecido al desaparecer uno de sus componentes, coincidiendo con la desaparición de Gadhus. Aquel que nos hizo conocer Malkebien y de ahí a Gadhus Rocafort y Gadhus Valencia. Ironías del destino.

El ave Fénix resurgió de sus cenizas, y hay que volver al orígen para seguir creciendo. Como el vino que produce Alfonso y que se sirve en su local de siempre, que rezuma juventud, sin complejidades pero bien hecho, suave y agradable, que deberá ganar en intensidad y profundidad en otros planes de futuro.

Retorno al menú de barrio, con cocina más básica pero manteniendo unas buenas presentaciones y una excelente relacion calidad / precio.
Local lleno, con mesas que repiten turno. Manteles plastificados resultones, copas, vajilla, cubiertos.. apropiados al planteamiento del local. Servicio en sala eficiente.

Menú cantado y elección a bote pronto casi sin tiempo de pensar. . Dos primeros a elegir: paella valenciana y piadillas. Me quedo con el arroz que resultó bueno, suelto, bien de verduras, con carne (todo pechuga), que el calentón final dejaron al conjunto algo seco.
. De segundo a elegir entre filetes de ternera y filetes de salmonete que estaban rebozados y fritos con buena compañía de verduras. Cumplió.
. Postres varios a elegir y referidos como caseros (así se veían al pasar) y me quedé con el browni. Correcto y bien presentado.
. Un buen café final

Todo por 11€ y con el añadido de la casa de una crema de calabaza y castaña suave, fina, tamizada que entona y prepara para la comida.
Servicio de vino en la mesa, bien servido y que dejó la botella con confianza.

Valoración exprés, sólo para recordar a los que vienen de fuera este fin de semana que es una magnifica elección para ir a comer a mediodia.
Estuve comiendo ayer, como siempre a todos lados a los que voy ultimamente, llegado de paracaidista y sin avisar.

Nos agenciaron una mesa robada entre turnos y reservas, y nos regalaron una crema de calabaza, untuosa, suave delicada, muy diferente a las que suelo tomar yo, mas especiadas, ésta era más plana, pero no menos buena por eso.

Primer plato a elegir paella de calamar y gambas o musaka (de cerdo).
Paella en su punto justo de cocción, buena de sabor pero para mi gusto un poco subida de pimiento verde.

Segundo Bacalao a la Vizcaina o Costilla de cerdo al horno.

Y 4 o 5 postres a elegir, nosotros tomamos Tiramisu y brownie.
Cafes/infusiones
Agua y Cerveza

Todo 10.50€/persona

Otro dia me extiendo en los comentarios y subo fotos.

Buscando un lugar para comer de menú,un colega me recomendó la visita a este restaurante, ahora hermano pequeño pero germen del Gadhus, y allá que nos fuimos a probar. El local no es muy amplio, pero está muy bien aprovechado y no se hace pequeño; las paredes están decoradas con fotografías en blanco y negro, y las mesas cubiertas de unos manteles en verde y negro que ponen el contrapunto de color. El comedor lleno, y sobre todo de currelas, buena señal.
Comida de menú para 3: Nos ponen de aperitivo un minihojaldre coronado con una brandada de bacalao. De primero arroz al horno, no lo probé pero su aspecto era fantástico, y dos crépes rellenas de langostinos y setas con salsa de marisco sabrosísimas.
De segundo solomillo de cerdo en salsa de queso, muy bueno, y bacalao con crema de hinojo, un chip de plátano macho y una salsa de setas y pasas, el pescado quizás algo seco, pero la salsa no me pegaba con el conjunto.
De postre pera macerada, con nata y tierra de galleta sobre una lasca de pizarra (este era el recipiente y no se comía, lo demás sí).
Para beber nos pusieron una copa de vino de la casa, un tinto manchego con sabor a tabla, muy de moda últimamente por desgracia. Le pedimos la carta de vinos, un buen tocho en bonito papel reciclado con muchas referencias que no bajaban de 16€ (algo caro para un bar de menús me parece), y finalmente le decimos que nos aconseje un vino portugués: monte de peceguiña con 5 variedades de uva que no estaba mal(18€).
En suma una comida muy elaborada para un menú de 10'50€; sólo abren noches de viernes y sábados.

Comida de numeroso grupo para despedir a una compañera que "felizmente" se puede jubilar. Como ya conocían el local por dos eventos navideños no hubo discusión al buscar restaurante para tan magno acontecimiento y por mayoría nos trasladamos al barrio de Torrefiel.

Menú cerrado a 20e que se compuso de los siguiente platos:

Para empezar

.Profiterol de mousse de aguacate

Entrantes

.Terrina de setas y ajetes tiernos
.Brandada de Bacalao y teja de jamòn ibérico

Primeros a elegir

.Lasaña de pasta Wonton de verduras y langostinos
.Arroz a banda

Principales a elegir

.Atún rojo con salsa de sobrasada ibérica
.Zancarrón de ternera del Valle del Esla estofado con Porto

Postre

.Carpaccio de piña caramelizada, brownie

Vinos

.Vino tinto La Velo. D.O. Valencia
.Vino blanco Drassanes. D.O. Valencia

Buen nivel en todos los platos, destacando los dos entrantes y los principales: Atún con un buen punto de cocción y un zancarrón meloso que deshacía en la boca. Los postres como siempre muy bien. Y el vino notable para un menú de este tipo y su precio.

El servicio como siempre excelente. Tanto Elena como María José y el resto del equipo se desvivieron porque todo saliera perfecto en una mesa de 20 y con el local a tope. El amigo Alfonso estaba en su nuevo local Ghadus. Se me hizo extraño entrar en Malke y no ver su figura aunque al final apareciera a saludarnos (todo un detalle). Puede estar tranquilo el equipo de sala funciona como un reloj.

Por último me gustaría recordar que Ghadus el nuevo local de Rocafort ha sido posible a Malkebien y a todo el equipo que lleva allí currando 8 años día tras día. No nos olvidemos.

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