Restaurante Asador La Vid en Valencia
Restaurante Asador La Vid
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
39 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.1
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.7
RCP CALIDAD-PRECIO
8.0
postre
plato arroz
caldero arroz
mollejas
alcachofas
ensalada
postre
carne a la brasa
bacalao
calamar
revuelto
escabeche de atun
cava de vinos
montadito de steak tartare
Opiniones de Asador La Vid
OPINIONES
59

Cualquier motivo es bueno para volver a un local con una gran relación calidad precio y que además tienes un buen servicio y sentirte como en casa.
En este caso con motivo de una reunión de trabajo y en el reservado pese a ser pocos los asistentes.

Unas papas caseras y algun cerveza pero sobre todo un vermut rosso Cinzano 1757 muy de alcachofa y amargos.

La base siempre es un menú con variaciones en los entrantes pero con un final de carne de vaca vieja a la brasa que ya es un buen motivo para venir.

Empezamos con:
. jamón serrano: buen sabor, bien cortado, buena ración
. espárragos naturales con aceite y sal: tan sencillos como sabrosos.
. calamar de playa a la brasa: tierno, jugoso, bien presentado, con el aceite justo y bien fileteado.
. manitas deshuesadas: buen paso por cocina, buen sabor; un capricho.

Principales:
. un lomito de bacalao a la brasa con una pillpill de alioli complemnto perfecto.
. chuleta de vaca vieja: bien preparada a la brasa, perfecta de punto, acompañan patatas fritas y algún pimiento de Padrón. Un plato de seguro éxito.

Postre:
. compartido al centro un conjunto de fruta, helado y dulce, con piña, fresas, kiwi, helado de yogurt y el emblema d ela cada, de violetas, más el tocino de cielo

Para beber agua con y sin gas, tinto Legón roble 2015, un Ribera sencillo para salir del paso. Un buen pan y un estupendo aceite Pago de la Jaraba de color verde limon, sabroso, cierto amargo final.

Unos buenos cafés y todo el tiempo del mundo para completar la reunión.

Tras la dificultosa consecución de una botella de vino tan escasa como el Pekado, se trataba de disfrutarla en buena compañia y con una buena carne.
El ser lunes ya recorta opciones pero sobre todo la necesidad de que se tolerara llevar el vino de casa nos aconseja acudir a quien no solo le parece bien, sino que disfruta de catarlo contigo.
Bastantes mesas ocupadas pero todo ello en el reservado de nuestro punto de encuentro habitual; solos, aislados, sin ruidos de fondo y bien servidos.

Arrancamos con unas cervezas, agua con gas y la propuesta aceptada de un vermut que si además no es conocido, mejor. La copa de Gonzalez Byass, muy herbáceo y agradable.
Para los entrantes optamos por burbujas: Juvé Camps reserva de la familia Milesimé 2013, agradable pero que se quedó algo corto de carbónico y profundidad.
En la carne ese Pekado 2014 que aunque aguantaría años en botella, los que no aguantábamos eramos nosotros. Extraordinaria mencía aunque no parezca una mencía clásica.

Para comer:
. buen pan y aceite Don Risueño un picual de libro.
. montadito de steak con huevo frito de codorniz.
. mollejas: quizás las mejores de las muchas probadas en esta casa.
. viera con charlota: lo único del día que no era carne.
. chuletón para los cuatro con más peso de carne que de hueso; punto exacto, bien de calor sin necesidad de recalentar; compañía de las clásicas patatas fritas finas con pimientos de Padrón
. postre: tocino de cielo (ración de amigo) y helado de violeta; un conjunto que es mi perdición en dulce.
Otros optaron por tiramisú y lo referenciaron como bueno.

Unos buenos cafés finales y renunciamos a la opción de destilados. Con un pekado (aunque pecado mortal) tuvimos suficiente y más si además de hacernos pecar, nos pagó la comida.

Un local con un menú que estará entre los mejores en relación precio/calidad/cantidad, y que, aunque visito casi mensualmente, no subo ni la mitad de los comentarios, lo que empieza a ser injusto con el propio restaurante.

Este año y como encuentro futbolero del Valencia, la cosa no funciona con la misma alegría, aunque el seguro de cenar bien y con amigos ya lo vale. Máxime si además nos abre el lunes noche, cambiando la libranza del servicio, para poder ver el partido mientras cenamos.

El inicio es con buen pan y aceite Lágrima con su bonito color verde y ese punto de amargos finales. Cervezas y papas caseras hasta llegar al descanso del partido.

Para cenar y al centro con lo que el que más deprisa come, más ración tiene:
. jamón: un buen jamón que, sin ser ibérico, está sabroso y bien curado.
. sardinas anchoadas: bien de punto de sal.
. croquetas de jamón
. revuelto de setas con foie
. mollejas de ternera
. magret de pato
. chuleta de ternera

Todo en buen nivel de calidad, cocina casera y con raciones suficientes para que sobre carne y postre, a pesar de ser 11 a cenar.

El planteamiento de siempre. unos entrantes que van variando, dos platos que diriamos principales y un postre con dulce y helado más los cafés. Cervezas, agua, vino (elegido por el jefe, en este caso Cune crianza 2013) de precio asequible para que el menú pactado y trato de cliente habitual, se quede a bue precio.

Si además ganara el Valencia, ya sería el paraiso.

Nueva visita en este caso a comer y de trabajo y que se añadió con la cena futbolera del domingo con gran alegria en el resultado por una vez en el año.

Tres para comer. Un buen aceite Actum con buen pan. Unas cañas de entrada.
Menú pactado con entrantes:
. jamon, lomo y cecina: buen producto.
. revuelto de boletus: bien hecho sin más
. clochinas: perfectas, jugosas por estar en su punto de cocción, buen tamaño.

Principal:
. corvina a la brasa con tirabeque asado: buen punto de asado, buen tamaño, jugosa. Una opción que no conocía y que merece la pena

Postre: a compartir de fruta, dulce y helado, clásico de la casa y que siempre destaco mis gustos: tocino de cielo y helado de violetas.

Para beber: un poco conocido tinto Austum 2014 y Agua Font Vella.

Buenos cafés, sin más extras.

De la cena futbolera destacaría lo bebido: Marques de Vargas 2009, buen vino para buenas ocasiones. la celebración fué con un Cava Conde Haro Vintage 2012 de bodegas Muga muy viejito pero todo nos parecía felicidad.

Una temporada de grandes altibajos futbolísticos pero una buena temporada de resultados gastronómicos. Esta crónica (y casi todas las de esta temporada) vale por dos ya que podíamos escribirla al unísono Mr. Moliner y yo ya que codo con codo (literal) nos sentamos frente a la cocina del amigo Alejandro.

Con pocas perspectivas en la pantalla (jugar fuera de casa tras estrepitosa derrota con el Athletic y pendiente de recibir al Atlético y todo en 7 días) nos hace buscar perspectivas más halagüeñas sobre el mantel: cochinillo como base de la cena.

Aperitivo durante la primera parte futbolera:
las clásicas patatas fritas de la casa: grandes lonchas de patata casera hechas como papas más las aceitunas típicas y tópicas con las correspondientes cervezas, agua con gas y algún refresco.

Menú de cena para 8 sufridores de pantalla y disfrutadores de gastronomía:
. ostras (1 pp) del Delta: con limón y sin nada añadido: buenas piezas, con el punto dulce líquido de la zona. Un producto que el cocinero se limita a abrir sin más. Nos comentan que lo de la ostra valenciana no está muy claro en sus orígenes actuales desde el traslado de las bateas con las obras del puerto.
. segundo pase de ostras (1 pp): mismo producto pero esta vez con una ligera salsa con wasabi: buscando algo diferenciador; al menos no lo empeora.
. clásica ensalada de ventresca: con bue tomate, rodajas de pimiento y cebolla y espaguettis de remolacha y sobre ellos unas lonchas de buena ventresca.
. entraña: fileteada, asada en buen punto, con chimichurri y rúcula salvaje, con su puntito picante (¿tabasco?). Visto y no visto en el plato.
. pulpo (patas) a la brasa: acompañado de patatas en rodajas y asadas con pimiento rojo, pimienta negra y sal: alguna patata se llevó toda la sal, pero un conjunto y presentación del pulpo menos habitual; muy buen punto del pulpo. Lástima que solo tenga 8 patas.

Actor principal: un cochinillo entero, hecho al horno, tierno, sabroso, jugoso acompañado de patatas caseras fritas y algún pimiento de Padrón de los que ya no pican nunca. Un pero: la piel, se quedó gomosa, muy gomosa. Dicen que con un chorreón de limón y fuego fuerte en los últimos minutos no falla la piel, pero aquí el cocinero se distrajo. Quizás la emoción de que íbamos ganando el partido contra pronóstico le hizo descuidarse.

Postre: la fruta cortada (melón, fresas, kiwiy los helados, esta vez de Ferrero Rocher y otro de miel con crujiente de miel, buenos y distintos. Pero sobre todo ese tocinillo de cielo perfecto de consistencia y dulce.

Para beber: Gloriosos magnum (no recuerdo si 2 ó 3), y el agua que hiciera falta que no fue mucha.
Ante la sorpresa de ganar fuera de casa, Alejandro nos mostró un curioso champagne brut de Henri Abelé, conmemorativo de los 100 años del Titanic de coupage de uvas.
pero la celebración fue con Jaillance, cuvée Impériale, con solo 7º, un espumoso también curioso.
No faltaron los cafés, infusiones y chupitos varios. Hoy la gente no se fué antes de tiempo. Hoy (como excepción) tocaba disfrutar, mañana ya veremos.

Una jornada copera futbolera y convocatoria al canto.
Papas y cervezas durante la llegada. Actum Collection 2014 en la cantidad necesaria. Añ unioliva supremo y un pan correcto hicieron aquello de las penas con pan, son menos penas. La realidad era que el espectáculo televisivo era deprimente.

En el descanso queriamos ya irnos y estábamos empezando a degustar y compartir:
. cecina cortada fina y con un poco de ese aceite y alguna almendra.
. ensalada: en realidad debía haber esperado a la carne pero se nos adelantó.
. croqueta teóricamente de bacalao pero la patata lo ocupaba todo
. pulpo a la brasa: una pata por cabeza. Perfecto
. plato fuerte. Esta vez fue un cordero (medio en concreto) hecho al horno; perfecto de punto, jugoso, tierno y hasta sobró lo que nunca había ocurrido y no fue por culpa del cordero. Quizás se indigestaron los 7 goles que nos colocaron en el Nou Camp. Un veremero experto en corderos apuntó que era de los buenso que ha probado y eso es mucho decir.
. postre: el habitual: la fruta pelada, un poco de helado y un poco de tocino de cielo (espectacular como siempre, en su buen punto de dulce sin empalagar).

Un añadido fuera de lo pactado: acompañamos de unos dulces morellanos de almendra y requson (flaons) y otros de calabaza y miel para los cafés y chupitos. No todos los tomaron, hubo quien se levantó de la mesa y se fue sin esperar ni al postre.

Es lo que hay. Siniestro total. Siempre nos quedaran los amigos.

Gracias al comentario del amigo y compañero de sufrimientos (gastronómicos y futbolísticos) Moliner me ahorra esta vez extenderme en un comentario que firmo y rubrico en su totalidad.

Por añadir algo personal y algunos detalles que la emoción (por falta de costumbre reciente) de ir ganando pudieron quedarse en el tintero:
. en las bebidas: el vino esta vez fue un Celeste Roble 2014 de Torres que me pareció más ligero que otras añadas pasadas (más hacia Riojas que hacia Riberas). El agua grande Font Vella y el aceite AÑ Unioliva Suprema. También unos cafés y chupitos finales.
. el postre incluía también algo de helado de yogurt y tocino de cielo. Pero sobre todo unos piononos traidos de Andalucía pura golosina.

Lo importante: lo bien que cenamos y lo bien que lo pasamos aunque no siempre ganemos. Eso ya seria la repera. Si además parte se paga con la cuota de la peña, pues ¡¡¡a disfrutar!!!

Obviamente me refiero al restaurante, y no a la marcha del club de nuestros amores que es el motivo de citarnos una vez más en La Vid, aunque esta vez hubo alegría.

Reunión de once comensales y medio (uno está haciendo régimen- ??¿¿) que fuimos recibidos como de costumbre con cervezas de barril fresquitas y muy bien tiradas, con unas papas gruesas pero muy ricas, para ir haciendo boca.

Comenzamos con cecina, cortada muy fina, jugosa; luego un escabeche de atún, plato fresco, salseado y acompañados de huevo duro picadito y huevas de mújol. Refrescante y sabroso. No lo había probado aquí y muy rico.

Calamar de playa plancha muy fresco y al punto. Terminamos los entrantes con la famosa longaniza criolla, de origen bien definido, picante y sabrosa; acompañada, por si hacía falta de nuestra afamada salsa valenciana: all i oli.

El plato fuerte, como de costumbre (y que no decaiga) fue el chuletón de vaca vieja acompañado de patatas fritas de corte clásico y pimientos tipo padrón. Aquí hubo cierto desconcierto (aunque parezca un oxímoron, no lo es) ya que una de las piezas resultaba de sabor más intenso y tierno que la otra, deduciendo que se trataba de piezas de animales distintos. Alejandro nos aseguró que eran de la misma pieza; seguramente una de ellas (la que me tocó a mí) estaba un poco fuerte de punto.
Como postres, platos abundantes de fruta, melón, helado y naranjas.

El vino fue esta vez un Celeste de Torres, un Ribera de etiqueta pero que no representa (a mi modesto entender) el bouquet de esta DO.

En resumen, y volviendo al titulo de la reseña: la regularidad en la calidad, la cocina, el producto y la atención creo que, vistas muchas reseñas, es un valor en sí, sobre todo si esos conceptos son siempre excelentes.

PS La reseña del ágape de la final la dejaré para mi amigo y mentor Diego: aunque las comparaciones son odiosas no por eso dejan de ser obvias.

Después de varias reuniones futboleras, elegimos un partido tranquilo, la vuelta de la Copa del Rey despues de ganar fuera pasra tener una cena tranquila en la Peña.
Nos juntamos 10 para cenar con unas cervezas de presión de entrada, para seguir luego con Finca Renegado 2012 un bobal ecológico de 13º con nueva etiqueta y precio comedido; en la cantidad necesaria para que sobrara. Agua sin gas a demanda.
Buen pan y un aceite Unioliva algo amargo y muy pocos picantes.

Para compartir:
. mojama y carpacio de ternera: correcta
. ensalada de tomate, ventresca, pepino, cebolla y remolacha: refrescante
. longaniza a la brasa y troceada: longaniza tipo butifarra catalana
. mollejas a la brasa: buena sy en buen punto
. chuletón a la brasa para compartir: carne madura, bien hecha, con su hueso para repelar; muy buena como siempre

Postre compartido:
. fruta troceada: melón en loncha entera, fresas, kiwi, naranja troceada: fruta en su punto de madura y jugosa
. tocino de cielo: especialidad de la casa, dulce como tocino pero sin excesos dulces; para comerse un buen trozo.
. helado de avellana: correcto sin más.

Cafés e infusiones y algún chupito por cortesía de la casa.
Nuestro comedor privado una gozada para una cena tranquila. Y además ganamos sin sobresaltos.
Precio fijo y especial para la peña.

No sé si acaba la temporada 2014-2015 o empieza la 2015-2016, pero la previa de Champions, obliga a ir a Mónaco (no huno quorum) o verlo entre amigos.
Algo de cambio en el menú y en el precio (pagan las cuotas más 5€ extras por comensal), pero la buena base se mantiene. Por ello y por ganar la eliminatoria, creo que estamos en una nueva temporada.

Del apartado sólido, se mantiene los aperitivos de esas buenas y gordas papas caseras y una aceitunas con muchas cervezas hasta que el árbitro pita el descanso.

La segunda parte y el menú ha mantenido unos buenos entrantes: atún en escabeche casero, croquetas, mollejas a la brasa (esta vez más secas de lo debido), clotxinas.
Los principales: gamba roja (tampoco fueron las mejores), magret perfecto y el final apoteósico del chuletón compartido en su punto.

El postre habitual donde no faltan los buenos helados, el canutillo de Idiazábal y el tocino de cielo.

Para beber Acontia 2014, Actum Colección 2013 y para brindar por la victoria Finca El Renegado. Vinos habituales del local.

Pasar la eliminatoria nos augura un buen final de año, al menos en lo gastronómico.

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