Aunque he dejado algunas reseñas por subir por aquello de que no parezca spam, esta vez y con motivo de realizar la cata ciega mensual del grupo Kataklub, Alejandro nos dejó el reservado y aunque no utilizamos la pantalla para proyectar sí que sirvió para aislar del resto del comedor. Eramos 11 a cenar, pero podíamos haber sido hasta 16 muy cómodos.

Buena preparación añadida para realizar la cata que además de la ciega de vino, realizamos una previa de aceites (incluyendo un Cru) siguiendo las propuestas directrices de cata de aceites de Verema. Además hubo degustación de quesos asturianos que me traje del último viaje con algunas inclusiones muy interesantes: Gamoneu del Puerto, Peralzona, Geo de Lazana y Teyedu, éstos dos últimos bien afinados. El tema de los vinos de cata ciega fueron garnachas con la limitación de precio total habitual autoimpuesta. El llevar los vinos de la cata y los de la cena (continuidad de garnachas) permitió rebajar el precio de menú a 25€ gracias a la amistad con los dueños.

Entrantes: croqueta (una) de pollo y jamón, buen tamaño, buen punto de fritura y bien de sabor.
Clásico plato de morcilla de Burgos con pimientos de Padron al que se añadió también mini longanizas.
Tomate raff (muy bueno) con ventresca (correcta) y algun aro de cebolla cruda.
Clochinas bien hechas pero, salvo excepciones, eran de poca molla.

El principal (carne) al centro: en dos golpes. El primero de ternera de Avila de lechal, animal que no ha llegado a comer pasto; una carne blanca, tierna, jugosa, perfecta de brasa.
El segundo golpe: chuletón de carne roja de vaca vieja, bien madurada, muy sabrosa, poco hecha, con sal gorda; perfecta. Algunas finas patatas fritas para acompañar.
Hubo una excepción que se cambió carne por bacalao (buena pieza) a la brasa, otra especialidad de la casa y que según referencia muy bueno.

Tras el intermedio de la cata de quesos, el postre marca de la casa, con un tocino de cielo de muerte y un helado que esta vez no probé (el que más me gusta es el de violetas), con algunas uvas negras para decorar y refrescar

Cervezas de barril, agua y cafés incluidos. Y pan que no fué poco para un aceite Uliaoliva de la comida y para tanto queso como hubo.

Un sitio, el reservado, muy recomendable para este tipo de eventos caseros.

Pues eso, partido de semifinales de Uefa y la peña que no pudo ir a Sevilla, se conforma con verlo en la tele y a costa de las cuotas sociales. No nos tocaron la cartera pero el arbitro se equivocó una vez más en contra y en momentos y jugadas claves. A sufrir en al vuelta. Y eso que alguno ya tiene entradas para la final de Turin ..

Para compensar el sufrimiento empezamos con cervezas variadas (yo me quedé en Carlsberg) con unas aceitunas hechas con sosa y unas patatas fritas caseras tipo rodajas. Luego pasamos al vino que tuvo a bien ponernos la casa: Finca Renegado 2010 en la cantidad necesaria para que nadie pasara sed. Un poco de agua también. Esta vez la camarera se empeñó en servirnos el vino todas las veces y la consiguió casi siempre.

De sólido y al centro a compartir para los 12 comensales: tomate raff bueno y en buen punto de maduro, ventresca más regular y algún detalle de cebolla.
Manita deshuesada: un bocado exquisito del que hubiera tomado pozales.
Croqueta de carrillera, una por persona, buena y diferente. O me lo parece a mí o ahora las terneras tiene que tener cientos de carrilleras para cubrir la demanda del mercado.
Huevas de sepia, pequeñitas, tiernas y sabrosas. Más que correctas.
Lo mejor, mollejas de ternera laminadas y a la brasa. Un espectáculo.

También al centro para compartir entre 4 como todo lo anterior, un buen chuletón a la brasa ya fileteado, tierno y sabroso, marca de la casa.

Para postre, al centro y compartido plato mixto de fruta (naranja, kiwi, piña, fresas), dulce (tocino de cielo, superior) y helado al que llegué tarde por ver el partido.

Los cafés consiguientes y los chupitos de cada uno tan variados como los cafés. Yo opté por ron y por uno que no conocía y que resultó muy bueno: Edmundo Dantes 15 años. No hubo cava porque no había nada que celebrar.

Hasta aquí lo que paga la peña: 30€ por comensal todo incluido (menos la victoria). Vale la pena ser peñista. Ayer entró uno nuevo. Bienvenido

Primera reunión de la Peña con motivo de partido entre semana (los festivos hay que ir al campo con la familia o al campo -de futbol-). En realidad es temporada 2013-2014 pero como había remanente de la anterior (es lo que tiene no disputar ninguna final con lo que te sobra presupuesto); así que la cena era gratis (de las cuotas ya pagadas) y en el local de la peña que amablemente nos ceden (siempre que no haya lleno total) pues para eso son miembros de la peña y dueños del restaurante.

Para beber unas cervezas de presión de entrada con unas enormes y crujientes papas caseras mientras decidiamos las posiciones en el campo de juego (mesa). Agua y vino (Valdubon crianza 2010) que haga falta. Un poco de pan -regular- casero con aceite Nodus entretienen al personal mientras lamentas las ocasiones de gol perdidas (no recuerdo si una o ninguna).

En la media parte a cenar los 11 (incluyendo los dos jefes): arrancamos con una buena ostra valenciana por persona (alguno pilló de más) con su punto salado característico. Seguimos con un buen plato de jamon muy fino con embochado de corte más generoso. Un pan tostado sujeta un buen steack tartar coronado con un huevito de codorniz: fué de lo mejor. Revuelto de setas (boletus) con el huevo no muy hecho, dando un punto más meloso: interesante. Una viera a la plancha que me tocó la más pasada por la plancha -lástima-. Un lomito de ventresca con foie extraordinario -ahora me tocó el menos hecho, por fín-.
Acabamos con el clásico chuletón (especialidad) al centro a compartir con sus patatas paja y algun pimiento de Padrón, con la carne poco hecha y su ración de grasa periférica bien pasada por plancha: muy buena.

Postre al centro en parte fruta preparada: naranja, kiwi, sandía; su ración de tarta de chocolate correcta y unos extraordinarios helados de violeta (especialidad) y uno, no menos bueno, de yogurt.

Estábamos con los cafés y chupitos: orujos, ron Barceló...

Cuando ya pensábamos que no ganábamos, pasado el tiempo reglamentario y sin rematar a portería, en un rebote marcamos y ganamos. Ante este milagro: botella de cava Raventos i Blanc Gran Reserva de la Finca 2007.

Así te acuestas a hacer la digestión, con una sonrisa que dura hasta la mañana siguiente. Es tan raro que ocurra así, que hasta sueñas....

Esta vez no ha sido el fútbol (aunque había) sino un grupo de trabajo de 12 que nos reunimos a cenar con menú pactado (el habitual). Local lleno en su mitad y eso que no es pequeño. Servicio rápido y eficiente con poca espera entre platos (el menú facilita mucho) y con servicio de vino frecuente (no todo) en las copas.

Unas cervezas al llegar en las mesas de la calle como sitio agradable de espera, para luego pasar al comedor con el final de las copas y con las gruesas papas caseras de la casa muy difícil de resistirse mientras hayan; otros optamos por un blanco de Hizan 2011 un verdejo de lo que parece ser una nueva oleada de verdejo básico con menos presencia de fruta tropical y un punto superior de acidez en boca; este vino se mantuvo en algunos comensales en la cena. El resto pasamos a un goloso, poderoso y algo aún astringente en su primer momento, Carmelo Rodero 2009. Un aceptable pan y aceite de Nodus hizo más agradable la espera de algún rezagado.

Al centro para repartir entre 4, los entrantes que suelen variar según la temporada. Esta vez tocaba un jamon aceptable con buen corte manual. Un clásico del lugar que es un combinado de chistorra muy sabrosa y una buena morcilla de Burgos marcados en plancha con algún pimiento de Padron. Otro clásico y de calidad es el calamar plancha que también está en buen punto de sabor sin secarse.

Pasamos a los dos principales y que son productos representativos de la casa: el bacalao y la carne de vaca. El primero y cuando vamos al menú habitual es siempre al pil pil (también recomendable a la brasa fuera de menú) y esta noche el cocinero estaba más inspirado porque le salió un pil pil hecho con espumadera, como nos mostró Alejandro, que casi parecía una mouse; estaba muy bueno si bien algún compañero le tocó el bacalao de algún trozo menos jugoso y en ración correcta.
Para rematar un chuleton de vaca (de Burgos) vieja muy bien hecho en plancha, manteniendose a buena temperatura gracias a una base de plato calentado al horno. La compañía habitual de patatas, esta vez fueron al horno, y me gustaron menos; unos pocos pimientos de Padrón (¿otra vez?) daban color al plato de compañía de la carne.

De postre y aunque mi preferido es el helado de violeta, había de coco y no era mala opción; también helado de frambuesa y fruta natural (kiwi, fresas, naranja..) y algo de pastelería que no probé por fidelidad a un tocino de cielo que esta vez no se presentó. En su lugar el dulzor lo puso un px 1982 de Toro Albala gran reserva y permitió alargar la discusión de la reunión. Otros optaron por los cafés.

Es un sitio de no fallar, con buen trato de producto. Desde luego no sales con hambre ni sed.

Nueva reunión de la peña con motivo del partido de la final de copa y para hacer los preparativos de ir al día siguiente al partido de liga del Valencia fuera de casa, en los últimos coletazos de la temporada futbolística. La verdad es que es una buena excusa para cenar con amigos y liberar la adrenalina después de la reunión del consejo de ministros de los viernes.

Como siempre menú cerrado con aceitunas y cervezas mientras va llegando la gente, que esta vez eramos 12. Un buen pan y AOVE Nodus para ir calentando motores. Agua necesaria y el tinto de esta noche fué Rioja Vega Garnacha y Graciano, agradable y de precio contenido para no restar de la comida, ya que el precio siempre es el mismo.

Platos al centro a compartir: Tomate muy bueno con ventresca correcta y algo de cebolla cruda (¿?) que no entiendo bien. Alcachofas (algo ya viejas) levemente hervidas y luego partidas al centro y pasadas por plancha de forma ligera, buenas (¡se acaba la temporada!). Revueltos de boletus bien elaborado. Calamar plancha muy bueno. Clochinas (¡bienvenida la temporada!) aceptables.

Individual: entrecotte de mediano tamaño y extraordinario sabor (de los mejores probados en el local, y ya son muchos) en su justo punto de plancha si que esté frío a partir de la segunda cortada, con patatas fritas y un par de pimientos de Padron.

Postre al centro con fruta: melon, piña, uvas, fresas. Apoyada por una buena ración de tocino de cielo en buen punto de dulce y por una bola de helado de yogurt correcto (me gusta más el de violetas).

Cafés y algunos chupitos, tomados con la tranquilidad que daba una prórroga en la que nos da igual el resultado final.
Hay que advertir que el precio es pactado a principio del campeonato para todas los dias igual y teniendo en cuenta que serán unos cuantos eventos.

Reunión de dación de cuentas en la peña y se aprovecha para cenar una vez más en el local sede con algún amigo adherido. La presencia de pantalla para proyección en comedor semiprivado lo permite.
Esta vez hubo bastante gente en el resto del comedor lo que se tradujo en un servicio un poco más corto de entradas, aunque siguió el precio de menú y el trato de favor al grupo.

Aperitivos de olivas y cervezas al entrar. Posteriormente ya en la cantidad necesaria sin recortes, el agua y vino (en este caso Protocolo) ya referenciado de otras veces.
Al centro para compartir entre los 15 comensales: buen jamón; embochado mejor, aunque escaso. Estupenda y caliente croqueta de jamón, esta vez más en su punto. Muy buenas medias alcachofas a la brasa. Montadito de morcilla individual, algo de más paso por el fuego, para mi gusto quedaba un poco seca.

Al centro para compartir cada cuatro, enorme chuletón de ternera en buen punto de hecha a la brasa, tierna pero me gusta más la vaca vieja de carne madurada que otras veces hemos tomado; se acompaña de patatas paja bien fritas y un pimiento de Padron de decoración.

Postre de fruta cortada y helado destacando el de violetas especialidad de la casa y que sigue siendo mi preferido.
Un cava de Dominio de Calles para brindar por nuestro club y un mini de ron Barceló sin hielo para la sobremesa. Una velada muy agradable en buen ambiente.

Bueno, hoy hemos visitado este local para comer, ya que ibamos buscando un sitio donde poder comer "bien" y además poder ver por lo menos el primer tiempo del clásico. Después de consultar en los foros y ver que a nadie se le ocurria ningún sitio así hemos decidido hacer caso a las opiniones de Abreunvinito y probar aquí.

El local creo que ya lo han descrito, pero se trata de un restaurante bastante amplio y con una zona que se puede convertir en reservado, hoy solo había dos mesas comiendo cuando hemos llegado pero supongo que para las cenas se llenará má.

Ya desde antes de llegar nos hemos sentido bien tratados porque a pesar de que solo heramos dos, hemos llamado para consultar si podriamos ver el futbol mientras comiamos y no nos han puesto ningú problema.

Al llegar el trato ha sido muy cercano y ya teniamos una mesa preparada en un sitio perfecto para poder disfrutar del partido en el gran proyector que tienen. En cuanto a la comida hemos tomado:

- Dos montaditos de steak tartar con huevo --> como el de la foto que hay en la descripción del restaurante. Buenisimo, somos enamorados de este plato y nos ha encantado.
- Calamar a la plancha --> Jugoso, tierno, muy bueno también.
- Hueno frito con trufa y foie --> Una delicatessen (o digo mas)
- Chuleton para compartir --> Muy buena materia prima y en su punto, acompañado de unas patatas fritas y unos pimientos de padrón.

- De postre tomamos helados, yo de yogur con frutas del bosque y mi mujer de violetas --> Correctos

De beber hemos tomado cervezas, refrescos y una copa de vino (Ocho Cuerdas) y despues del cafe una copa de pacharan y crema de Barcelo.

El trato ha sido genial hasta el final ya que a pesar de que solo quedabamos nosotros y se veía que iban a cerrar no nos han puesto ningún problema (ni nos hemos sentido incomodos) para quedarnos hasta el final del primer tiempo.

La RCP ha estado bien ya que hemos pagado lo que hemos comido! (aunque parezca una perugrullada, hay veces que no lo es)

Local en el que coincido con varios ambientes: amigo, familia, peña de valencianistas... y que hace que el trato sea casi como en casa.

Cena para 4 en local ya descrito, a menú ahora ya oficial de 30€ (colocado arriba de la puerta de entrada). Esta vez aparte de las cervezas de inicio y aceitunas, más una de agua, el vino tomado fué Celeste roble 2011 que ya he tomado aquí en varias ocasiones y que me permitió reconocerlo en la cata de Torres y entrar en el sorteo aunque sin acertar la añada (pensaba que era ya la actual y no la anterior).

Entrantes: buen jamón sin grandes alardes. Croqueta algo pasada de fuego fuerte (exterior demasiado quemado). Unas buenas y grandes alcachofas hechas a la brasa partidas por la mitad y con sal gorda, extraordinarias (gustaron incluso al antivegetariano). Huevas correctas. Muy buena chistorra con pimientos de Padron.
Plato fuerte 2 x chuleton de ternera gallega blanca y muy aparente pero que luego el chuleton (x 2) de vaca vieja le gana en sabor, ambos bien de punto de brasa en la carne; se acompañaron de abundantes patatas paja.
Postres a compartir: previo al dulce un plato de queso manchego curado (no recuerdo nombre) con unos pichones por encima (curioso pero no desentonan en el sabor). Pasamos a dulces: buen trozo de tocino de cielo muy bueno, denso pero no exceso de dulce; tarta de chocolate correcta.

En vino empezamos por Celeste roble 2011 sorprendente RPC y al acabar la segunda botella y quedarnos cortos al llegar al queso intentamos un Honoris Valdubon 2005 que estaba enranciado y hubo que pasar a Marques de Vargas 2007.
Tres cafes para seguir hablando un ratito y arreglar el mundo.

La sensación es de estar en casa (basta ver las referencias en tiempo del local) y desconozco si el menú anunciado incluye (creo que no) todos los detalles marcados (cervezas, vino, queso..) pero a los clientes asiduos se sigue quedando en los 30€.

Vaya palo que nos dió el Paris SG en la reunión de la peña para ver la champions; parece que se acaba la trayectoria futbolística por Europa de esta temporada.
Como siempre que se puede y con la excusa del partido reunión para cenar y disfrutar como siempre de la comida y bebida (lo único seguro) y el precio especial, aunque casi nunca del fútbol que vemos. C´est la vie (que dirían los franceses).

Cañitas, Manzanilla y coca cola mientras "vamos calentando" para empezar con unas buenas aceitunas. Luego agua mineral y el vino que sea necesario; esta vez Alejandro optó por el Celeste Roble 2011 de Bodegas Torres, que la verdad es un vino con buena RPC entre los más asequibles.
Platos a compartir para los 9, evitando los atragantamientos de los disgustos. Esta vez cenamos más tranquilos porque la cosa se puso muy malita desde el principio.

Muy buen jamon de Jabugo; pimientos de piquillo rellenos (¡oh sorpresa!) de tortilla de patata muy curiosos y sorprendentes; huevas plancha correctas; alcachofas a la brasa de buen tamaño y tiernas que con un buen aceite y sal gorda gustaron; mollejas plancha algo menos sabrosas de lo habitual (a más pequeñas, más tiernas y menos sabor); longaniza de Onteniente (cercana al conocido criollo) bien sanozada y especiada (predomina comino), menos picante de lo esperado; secreto fileteado que se había secado y pasado de fuego; se compensó con un extraordinario pato fileteado perfecto de punto de fuego con patatitas fritas y decoración de pimientos de Padron. Postre con variadito de fruta cortada (kiwi, melon, uvas, mandarina) y helado que esta vez no fué de violetas para variar al personal.

Hubo quien se quedó con Gin Tonic (aparte del menú) y con amargor (y no era de la tónica) nos retiramos con la cabeza baja, discutiendo si la culpa fué del portero o de la calidad del contrario. No ganamos pero que nos quiten lo bailao.

De nuevo la peña de amigos del Valencia se reúne ante la mesa. Esta vez éramos 8 para cenar.

Cervezas de inicio mientras vamos llegando, aceitunas para picar, y vamos comentando lo acaecido en los últimos partidos...
Al centro a compartir brandada de bacalao (qué buen trato del bacalao) siempre buena y siempre escasa, no sé si por lo buena, o porque es lo primero que hay en la mesa. Morcilla de Burgos y pimientos de Padrón (¿por qué ya no encuentras picantes?) correctos. Mollejas pequeñitas, jugosas, muy tiernas; un placer de dioses.

De plato fuerte: chuletón de vaca con patatas fritas. Uno de los puntos fuertes del local, como su nombre indica, es el asador y éste es un plato imprescindible.
Un final con queso manchego curado de postre y más con un vino incluido en el precio del menú (del grupo de amigos) en que hay vino hasta que tienes bastante.

Esta vez, por aquello de cambiar cada día, el vino tinto elegido fué Protocolo de Eguren y mientras hablábamos de los vinos de Eguren, Alejandro nos enseñó la reciente compra de una caja tipo maletín que contiene 4 botellas de Alabaster envueltas en su funda de símil de piel. No me desagradaría nada como regalo.

Aguas, cafés, algún orujo y un buen rato de conversación.
Siempre sales con buenas sensaciones: cenas bien, bebes bien, estás a gusto con amigos, un precio muy razonable...¡Qué buena excusa esto del fútbol!, si no existiera habría que inventarlo.