Restaurante Viridiana en Madrid
Restaurante Viridiana
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
60,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y Semana Santa.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
97 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.6
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.7
RCP CALIDAD-PRECIO
6.9
Cremoso de chocolate amargo
Tocinillo hecho en el cielo
Canelones de pato azulón
Paja y heno con caracoles
Tripas de cordero a la plancha
Nabos rellenos de morcilla
Helado de roscon de reyes al Pedro Ximenez
Pez espada, tirabeques, pimientos del piquillo y patata asada
Merluza, salsa de tomate de arbol y mejillones
Ensalada de naranja, mandarina, aceitunas y lubina
Albóndigas de conejo de campo con caracoles
Huevos de corral en sartén sobre Mousse de Hongos
Quesadillas de cuitlacoche
Opiniones de Viridiana
OPINIONES
62

Viridiana es, en mi no humilde opinión, un claro ejemplo de lugar merecedor de estrellas, reconocimientos, comedores siempre llenos y largas listas de espera para reservar y que sin embargo esta "olvidado", muy injustamente, por critica y pública (por una parte mejor que siga así). 110€ menú degustación con maridaje , ejemplo palmario de un comida de más de 100€ que me resulto muy barata, baratísima para todo lo comido y bebido, después de tantos sitios caros de 30...A Viridiana hay que ir "si merendar" y yo añadaría después de haber corrido a buen ritmo la maratón de Madrid, quizá su contundente menú sea una de las causas de estar lejos del molde de los resturantes "Michelin". En esta ocasión, toco el comedor de abajo, más acogedor que el de la planta de la entrada (fue una lastima ver que un sábado al medio día sólo esta a media capacidad), lugar pintoresco cuando menos, motivos taurinos, hípicos (Abraham es un gran aficionado), toques "morunos", agradable seria la palabra adecuado, por supuesto mesas vestidas de etiqueta y el mejor cristal, todo esto te predispone para más de tres horas y medias de disfrute,( y esos que aquí no te quedara sitio ni para el digestivo post-cena...un te estimulante en este caso con el que suele cerrar sus menus), en las que se alternaron platos clásicos, incomensurables su sarten de huevos de gallina en libertad vigilada, con trufa y setas con algunas inmovaciones sorprendentes (al menos innovaciones para alguien como yo que va de pascuas a ramos), nunca unas lentejas me supierón tan buenas...pero todos los platos con un sello común, que es lo que más valoro cuando salgo a comer, exquisitos riquísimos, para chuparse los dedos o mojar, "como si no tuvieses bascula" pan. Menú con un a acompañiento en su parte bebestible, elegido con tino y sin cicatería (me viene a la memoria un estrellado de mi ciudad de cuyo nombre no quiero acordarme que servia alegremente los vinos "baratos" del maridaje y con un dedal los "menos baratos"), lastima que el atracón los halla borrado de mi memoria (sino el sabor si el nombre exacto), un Riesling alemán, un albariño superlativo, rioja de los de verdad y un moscatel israelí. Espero volver muy pronto. Lo único negativo lo poco hablador que estaba Abraham , es el único cocinero que no me importa que me de la turra será porque las únicas medallas que exhibe son aquellas con las que le premia el guiso del día.-

Me levantaron en peso el otro día en Viridiana. Que sí, que materia prima de primera, que muy bien cocinado todo y que muy entretenida la charlita de Abraham en el comedor. Pero 139 euros por una ensalada de escarola y vieras, un estofado de alubias (con 30 gramos de centolla), y un arroz con níscalos (dos y medio) y jabalí (un trocito) es INSULTANTEMENTE CARO.
O inexplicablemente, compra más caro que nadie o no se complica la vida con escandallos y cobra al alza con la mayor de las alegrías.

Un saludo.

Hacía un buen tiempo que no visitábamos este gran clásico del Madrid gastronómico que es Viridiana y como nos surgió la posibilidad de hacerlo en una celebración muy especial y acompañando a un grupo de personas fuera de serie en todos los sentidos, lo cierto es que la oportunidad no se podía dejar escapar. Abraham García está pasando por un momento muy especial en su vida personal y profesional, superando poco a poco una grave enfermedad y en un momento dicen especialmente dulce en el trabajo, incluso recibiendo el premio metrópoli al mejor restaurante de Madrid en 2012.

El local sigue siendo el mismo, con ese aire de bistrot decadente, un tanto melancólico, con esos fotogramas de la película que homenajea, no muy amplio pero cómodo y silencioso, no es un lugar de gran lujo pero se está bien, es acogedor. Nos sientan en una mesa amplia para poder disponer de un buen número de copas y...a disfrutar. El menú que Abraham nos preparó consistió en:

Caballa en escabeche: al ver los espectaculares jereces que había en liza, Abraham no dudó en poner este escabeche, perfecto de punto del pescado y del vinagre pero…excesivamente especiado y picante para nuestro gusto. Pudo con los vinos y con nuestro pobre paladar.

Gazpacho tradicional con tomates de Madrid y pan crujiente de Cerdeña: buen gazpacho, calidad en el tomate y sin demasiado protagonismo del pepino, rico ese pan crujiente de acompañamiento. Somos más de salmorejo pero nos gustó.

Lentejas estofadas al curry con cilantro: un clásico del local que esta vez estaban acompañadas con una delicada oreja de cerdo, caldo sustancioso y gran lenteja de La Sagra (Toledo), con el problema de nuevo del excesivo picante que para nuestro gusto desvirtuaba un gran plato.

Papada de cerdo ibérico confitada con higos: papada finamente confitada con un buen aceite y cortada en láminas, sabrosa, jugosa, muy rica. Sencillez y sabor.

Quesadillas de Flores de Calabaza y de Cuitlacoche (hongo negro-azulado del Maíz) con queso de Arzúa y salsa de Mole poblano: la cocina mexicana es muy del gusto de Abraham y se nota en este plato, complejo y con muchos sabores, picando lo justo y resultando contundente. Nos gustó.

Huevos de corral en sartén sobre Mousse de Hongos “Boletus edulis” y Trufas negras “Tuber aestivum": el gran clásico de la cocina de Viridiana, presentado en una sartén y con una generosa lluvia de trufa de verano por encima, es mejor en invierno (con la melanosporum) pero aun sí siempre cumple.

Atún rojo estofado con quinoa y trigo sarraceno: el plato que más nos gustó del menú, excelente género (Abraham utiliza atunes grandes), punto muy conseguido y francamente bueno ese trigo en la guarnición, gran plato de pescado.

Albóndigas de conejo de campo con caracoles: plato de los que le gustan a Abraham, cocina contundente de potencia y sabor, albóndigas pequeñas y jugosas, de sabor penetrante, salsa sustanciosa. Los caracoles no nos entusiasman, pero estaban buenos. Demasiado para una cena de verano…

Helado de Chocolate amargo sobre arroz con leche de Coco: los helados siempre han sido muy buenos en Viridiana, cremosos y de marcado sabor, este no es una excepción. Muy curioso ese arroz con leche de coco.

Panna cotta clásica con infusión de hojas de higuera y arrope de miel de palma de La Gomera: fantástica panna cotta, qué cosa más buena, uno de esos postres para repetir, se quedó pequeño.

Tocinillo (hecho en el Cielo) a la flor de Naranjo con Mangos caribeños: lo cierto es que la terna de postres brilló a gran altura y este tocinillo desde luego que cumplió sobradamente, fino, lleno de sabor, muy bueno. A pesar de la “jartá”, nos lo comimos muy a gusto.

Terminamos con el excelente té de los bereberes del que repetimos varias veces, es adictivo. Menú como es habitual pantagruélico de tamaño, raciones normales, no de menú degustación, es casi imposible terminar con todo. Buenas presentaciones, gran producto, arriesgados contrastes, pero no terminó por parecernos un menú redondo del todo, quizá faltaba algo de finura, algo de regularidad en los platos y en nuestra opinión sobraba en cierta manera el uso de especias fuertes y picantes, pensamos que el sabor hay que conseguirlo con la cocina y el producto, no con los aderezos. En cualquier caso, lo cierto es que cumplió expectativas, la cocina de este restaurante es distinta, no deja indiferente, siempre da que comentar y al final se sale satisfecho. Y nunca con hambre…

En cuanto al vino estamos sin dudar ante uno de los buenos en Madrid, básicamente por una razón muy importante y es que a Abraham le gusta el vino. Y le gusta mucho. La carta es completa y con muchas opciones de España y el resto del mundo a precios un tanto variables, incluyendo algunas añadas maduras, algo poco habitual, cierto es igualmente que la carta ha ido perdiendo profundidad con los años. Pero en esta ocasión se trataba de una celebración especial en la que dos compañeros aportaban el vino con una curiosa temática: jereces y barolos. Y con dos vinos “invitados”.

Palo Cortado Añada 2003 “medias botas” La Guita: una de esas rarezas que Eduardo Ojeda cuida con tanto mimo, un Palo Cortado de añada y criado en barrica francesa, de origen manzanillero. Una delicia.

Palo Cortado Añada 1979 González Byass: las añadas de González Byass son algo distinto, este 79 tiene un carácter más reducido y algo menos fresco que los vinos de escalas, pero con una complejidad sublime. Un grande.

Palo Cortado Reliquia Barbadillo: un “100 Parker” de nuevo cuño, encumbrado por Luis Gutiérrez con todo merecimiento, quizá el vino más esencial de Barbadillo. Palo Cortado de meditación, de silencio, de respeto.

Valdespino Palo Cortado Cardenal VORS “Bota NO”: una auténtica rareza embotellada de la Bota No de la Solera, más vieja y esencial. Sin duda, una de las bocas más perfectas que me he encontrado en un vino, algo sublime.

La Bota de Palo Cortado Nº 41: el equilibrio de este vino es algo fuera de serie, vejez extrema pero un vino razonable e incluso gastronómico, un vino que juega con unos balances imposibles. De las mejores 5 botas de Navazos y eso es mucho decir.

Osborne Fino Coquinero Botella años 40: una rareza, pura arqueología del Jerez, en este caso del Puerto. Los decenios de botella le han hecho más complejo, más esencial, más profundo…pero continúa siendo un fino. Espectacular.

Señorío Barbadillo “Tierra de Cádiz” Gran Reserva 1975: botella del primigenio Castillo de San Diego, cuando la producción era mínima. Nariz de gran atractivo, compleja, herbácea y salina, aunque en boca ya está totalmente caído.

La Bota de vino blanco nº 44 “florpower” 2010 y Florpower 2012: la más reciente criatura del Equipo Navazos es este vino blanco de palomino de Sanlúcar, sin encabezar y con crianza bajo flor. Pura albariza, delicadeza y finura, un vino que dará mucho que hablar.

Bartolo Mascarello Barolo 2000: un mágnum del Barolo del maestro Mascarello fiel a su estilo, clasicismo, austeridad y recorrido, con un paso por boca especialmente placentero siendo un gran vino gastronómico.

Giovanni Rosso Barolo Vigna Rionda “Tomasso Canale” 2008: elaborado con las viñas del mítico Collina Rionda de Giacosa, uno de los mejores Barolos de todos los tiempos. Botellas contadas pues solo se venden en subasta en EEUU. Joven y de largo recorrido, una joya.

Accomasso Barolo Riserva Vigneto Rocchete 2001
Palladino Barolo Vigna Broglio 2001
Schiavenza Barolo Prapò 2001
Massolino Barolo Parafada 2001

Mini-horizontal de Barolos del 2001, una de las mejores añadas de los últimos 30 años, quizá la mejor con 89/90/99/04 y 06. El primer vino es de La Morra y los otros tres de Serralunga, todos yendo de menos a más. Nuestro preferido el excepcional Parafada de Massolino, esencia de Serralunga. El Prapó igualmente muy sólido, al igual que el elegante Palladino.

Edmond Vattan Sancerre Clos de la Neoré 2009: los dos últimos vinos se salían del guión Jereces-Barolos de la cena pero se dejaron beber igualmente. Vattan hace uno de los Sancerre de referencia, aunque en esta añada está muy apagado ahora. Preferimos años más frescos.

Domaine d L’Anglore Tavel Rosé 2011: un rosado “natural” de la zona de Chateauneuf basado en uva garnacha y excepcional por su limpieza de registros, por su frescura y por su carácter frutal, sin duda una sorpresa.

Servicio de vino y mesas a la altura, siempre es complicado en eventos de este tipo, pero había copas para todos (3 para cada uno al principio y a medida que se fue vaciando el restaurante alguna más), con simpatía y profesionalidad, quizá faltó una mejor explicación de los platos que siempre recaía en el propio Abraham, pero lo cierto es que en este sentido todo fue muy satisfactorio.

Como vemos, todo un pedazo de homenaje para despedirnos de las vacaciones con alegría y comenzar una nueva temporada con muchas ganas. Viridiana es un gran clásico sin el que se no hubiera sido posible la expansión gastronómica del Madrid actual, muchas ideas y muchos conceptos han nacido de estos fogones y del incansable trabajo de Abraham y sus ayudantes. Hemos comido mejor en anteriores ocasiones, pero lo cierto es que la esencia del lugar permanece y los más de 30 años de trayectoria están ahí para certificarlo. Una noche inolvidable por la comida, los vinos y sobre todo por la compañía.

  • Albóndigas de conejo de campo con caracoles

    Albóndigas de conejo de campo con caracoles

  • Huevos de corral en sartén sobre Mousse de Hongos

    Huevos de corral en sartén sobre Mousse de Hongos

  • Quesadillas de cuitlacoche

    Quesadillas de cuitlacoche

Almuerzo para 3 personas un año despues de la primera y estupenda experiencia con el menu maridaje. Ya de entrada hubo varios cambios con respecto a la visita anterior. El primero fue que el local estaba medio en obras, pintando la parte de abajo y nos tuvieron que avisar que la barandilla estaba recien pintada. No me parece correcto que pinten justamente a las 13:00 cuando van a aempezar las comidas…. El salon de abajo, por tanto, no estaba habilitado pero los baños estan alli con lo que no se podia evitar bajar por la dichosa escalera y de hecho al final de la comida uno de mis acompañanates se manchó de pintura porque olvidó el aviso, quiza por el vino, quiza porque habian pasado 2 horas desde la noticia…
El segundo hecho diferencial con la visita anterior es que no estaba Abraham Garcia. Esto merma cierto encanto al sitio. El servicio resulta correcto pero sin mas. Volvio a sorprenderme que no ofrecen el menu ni en carta ni de palabra y tuvimos que preguntar si aun lo ponian. Nos contestaron afirmativamente y solo nos preguntaron nuestras alergias o alimentos que no queriamos.
El menu que yo esperaba (quiza fallo mio) era mas o menos el de año pasado, tal vez porque durante este tiempo las personas que me han comentado que han estado han tomado mas o menos lo mismo. Pero mi sorpresa empezo con el primer plato cuando no vinieron las clasicas lentejas al curry. A partir de ahí, todo era diferente y no tan bueno como lo esperado. Paso a relatar el menu:
- Salmorejo de fresones con arenque. Excelente. Aquí fue donde encontramos el maravilloso arenque que preparan pero en una infima cantidad acompañando el salmorejo
- Sopa de gambas: mala. Con 3 gambitas diminutas
o Estos platos fueron maridados con Lagar de Cervera albariño que dejaron en mesa y que reponian a veces teniendo que servirnos nosotros
- El clasico foie con chutney. Bien. Mejor que la vez anterior
o Maridado con un riesling vendimia tardia de Mosel 2004
- Boquerones en vinagre con salsa Nikkei. Bien sin mas
- Quesadillas de flor de calabaza y queso Arzua con mole poblano. Bien
o Hasta aquí nos acompaño el albariño que resulto escaso teniendo en cuenta que eramos 3 personas y solo una botella
- Huevos de corral sobre mousse de boletus y ohhh ¡¡ la gran decepcion… ya no rallan trufa sino que viene troceada siendo una pequeña cucharadita de menudillos de trufa en el consabido aceite aromatico. Les pregunto que como es que no rallan trufa fresca y me dicen que se ha terminado la temporada ¡¡¡¡¡ pero for favor¡¡¡ si estamos en plena temporada de trufa de verano que aun resulta incomparablemente mas economica y funcionaria de maravilla con este plato… en fin, sin comentarios. Yo no pude con el plato con tanto aroma al aceite empalagoso de la trufa
o Aquí abrieron el otro vino que nos acompañó el resto de la comida que fue un vino de Tarragona : Terrer Bubert ( o algo asi) . Correcto ..por los pelos…
- Merluza en salsa verde con su cococha en salsa de albariño. Bien
- Brocheta de cordero con orejones y cus cus. Lo dejé entero. Demasiada canela y el cordero poco hecho . Para olvidar
- Helado de higo y sorbete de limon con su aguardiente. Normalito
- Panacota de chocolate con ron . Malo
- El consabido te moruno que no tomamos.
No ofrecieron ningun vino de postre
Otro feo detalle es que a mitad de la comida preguntaron si queríamos mollejas de cordero. Uno de nosotros dijo que él si quería probarlas… y aun estamos esperando que las traigan.

En resumen, decepcion si bien hay que decir que mis acompañantes , que era la primera vez que iban quedaron satisfechos. Pero en mi opinión 110 € por persona no justifican esta comida.
En todo lo valoro como "correcto" porque tampoco hay nada destacable ni bueno ni malo. Pero el nivel del restaurante y el precio deberia dar algo mas que en esta visita ha faltado o fallado

Atraídos por los comentarios leídos,y aprovechando nuestra cita anual con las Ventas,nos decidimos a probar la cocina de Abraham.Comida contundente,muy contundente:hay que ir preparado para poder con el recital de comandas que presenta.
Como entrantes:
-lentejas con rabo,y salmorejo de fresones y arenques.Todo un clásico,que no decepcionó,de lo mejor del menú.
-paté/foie de jabalí...rico.Le acompañó,una copa de un Riesling,un "viejo alemán"...gustoso,sabroso.
-boquerones sobre salsa nikkei.Lo que menos nos gustó.No llegué a entender ese cambio de rumbo en un menú que iba por otro camino.
-pringá a "su estilo".Correcta,pero no así su acompañamiento,ya que las tortitas de pan que le acompañaban estaban blandas.
-sartén de huevo,crema de edulis y trufa blanca.Otro clásico...rico.
A estas alturas,nos encontrábamos muy saciados.Las cantidades son muyyyyy generosas.Descansamos unos minutos y continuamos.
-pez mantequilla....parecido al emperador o pez espada,pero mas,mucho mas "fino"...muy rico.
-lomo alto de buey del Esla....gran materia prima,y en su punto.Debieron preguntarnos cómo lo queríamos,pero ni ellos lo hicieron ni a nosostros tampoco-estábamos a punto de acabarnos la segunda botella...y la memoria es "mu mala"-.
-tres postres:sorbete de limón y aguardiente
sorbete de yogurt griego y Px
tiramisú-exquisito-

-De bebercia....para dos comensales....cervezas,copa de riesling,un Abariño-no recuerdo nada mas-y un Barolo de 2001.
-setrvicio de pan,correcto.
Si vas a Mdrid,y tienes ganas de comer y probar lago diferente...y te lo puedes permitir....es un lugar,que aunque algo incómodo por el tamaño y cercanía de las mesas,vale la pena visitar.

Visitamos nuestro entrañable Viridiana, no deja de haber sido desde siempre nuestro restaurante favorito en Madrid, mi mujer y el que escribe, primera visita a solas desde que nos estrenamos como padres hace ya más de ocho años. También había tenido la suerte de haberlo visitado también a principios de Octubre, esto es poco más de un mes antes, y, tal y como explicaré a continuación, fueron dos experiencias bien distintas.

Empiezo con nuestra cena, noche de sábado, justo la anterior a las pasadas elecciones generales. El local se acabó llenando por completo, no sé si porque algunos querían celebrar lo que iba a pasar por adelantado o por si otros querían disfrutar hasta el último momento. Incluso varias personas permanecieron esperando tanto en la escalera como en la barra durante buena parte del tiempo que permanecimos allí.

Ciertamente, me sorprendió tanto la elevada afluencia como que pareciera que admitían segundos turnos. No creo que sea propio de un lugar como este tanto bullicio continuo que, finalmente se acaba trasladando al cliente y al personal de servicio en forma de tensión e incomodidad.

Hablando de comida, que es lo que interesa en estos casos, tengo que decir que en esta ocasión me desilusionó. Pocos platos fuera de carta, no como las otras veces, menos de las que hubiera querido, que he tenido la suerte de visitar este establecimiento, nueva carta que encontré impersonal y que ahora se reduce a una hoja de cartulina con, creo yo, menos platos en cada apartado. En resumen, en su aspecto más propia de un VIP'S que de un negocio como este. De hecho, cuando hoy escribo este comentario sólo logro recordar nítidamente el salmorejo con el que nos obsequiaron como aperitivo.

Servicio de vino justito, botellas a precios al menos doblados. Como anécdota negativa dos parejas que cenaban junto a nosotros pidieron un Valbuena 5º, pero tuvieron que conformarse con un Alión porque, a pesar de que también para Abrahám el mundo sea un viñedo, se habían quedado sin existencias...

Salí con la impresión de que Abraham García se encontraba lejos de su nivel anterior, llamémoslo acomodo, exceso de indulgencia, indiferencia o, no quiero pensarlo, máxima rentabilidad a corto plazo, mas aún cuando lo había visitado con un buen amigo a principios de Octubre y fue muy distinto, aunque en esa ocasión se trataba de un martes a mediodía, local mediado y entonces sí salí bastante satisfecho, sobre todo por esas frutas del bosque con mascarpone al amaretto que Abraham improvisó sobre la marcha.

Un día flojo lo tiene cualquiera, aunque a prácticamente 100 Euros por cabeza, los errores se disculpan con mucha dificultad, más aún en los tiempos que corren.

Fuimos el martes 27 después del teatro, llegamos a las 23:45 y no tuvimos problema.
Empezamos con las lentejas, las mejores que he comido en mi vida. Seguimos con foie, servido con una copa de vino blanco. Me gusto más el vino que el mousse de pato, sinceramente. Luego, nos sirvieron el huevo con crema de boletus y trufa. No estaba mal pero, para mi gusto, llevaba demasiada crema y el huevo demasiado crudo, no soporto la clara de huevo cruda. Después nos sacaron a probrar unos tuétanos, ahí ya estaba a punto de desmayarme del empacho pero los probé, grasa pura, solo apto para los más fuertes. Y para terminar, tomamos dos solomillos con trigo y espárragos, que estaban buenísimos, y dos paletillas de cordero, que no probé pero la gente quedo contenta.
Malleolus, agua y cafés.
Todavía me acuerdo de esas lentejas, del resto nada, bueno sí, del solomillo que también estaba buenísimo.

Segunda noche en Madrid y acudimos a este restaurante habiendo reservado con unos cuantos dias de antelación. Ocupación al 100%.
Perfecto recibimiento, con recogida de abrigos y acompañamiento hasta la mesa, en este caso en el comedor de abajo. Decoracion clasica y un tanto eclectica, con muchos cuadros y fotos de Abraham Garcia e innumerables referencias a la obra de Luis Buñuel.
Las mesas están impecablemente vestidas, con una correcta separación, vajilla que conjuga desde lo mas moderno a bandejas y salseras de lo mas barroco, crstaleria Spiegelau.
Hacer mención especial al equipo de sala, perfecto en su cometido, tanto en el trato como en los tiempos de servicio de platos y vinos.
Mientras nos atendian, nos ofrecieron un aperitivo de unas pequeñas olivillas acompañadas de una copa de cava Agustí Torelló y otra de manzanilla La Guita.
Aquí es cuando Abraham Garcia hace su acto de presencia y te explica dos o tres platos fuera de carta.
En este caso optamos por el menú degustació con maridaje a 110€.
Tras la eleccion del pan, de cuatro tipos diferentes, comienza el maratón de platos.
- Lentejas estofadas con curry, centolla artica y sobrasada.
- Salmorejo con caballa y naranja.
- Mousse de higado de pato.
- Ensalada de invierno.
- Canelón de morcilla de puerro y piñones, gratinado al queso de Mahón.
- Huevo de corral en sarten con crema de boletus y trufa de otoño.
- Tacos de atun con pisto y salsa romescu.
- Lomo de ternera con guarnició de pisto.
Las raciones son de un tamaño mas que considerable y aquí ya estabamos a punto del colapso y quedaban los postres de los que apenas probamos algo, una pena.
- Sobete de limón con aguardiente.
- Sorbete de yogurt y PX.
- Tocinillo de cielo a la flor de naranjo con salsa de zarzamoras.
- Panacota de chocolate amargo con infusión de hojas de higuera, salsa de coco y ron de la Martinica.
Todos ellos se acompañaron de té moruno, perfectamente servido y que resultó ser bastante digestivo.
En cuanto al vino, servicio perfecto, tanto en la presentacion de cada uno, llenado de copas y todo ello sin escatimar lo mas minimo.
Comenzamos con un Yarden Chardonnay 06, vino israelí de los Altos del Golan, se sirvió decantado y en cubitera, cumplió bastante bien.
Con el mousse se higado de pato, una generosa copa de Von Othegraven Kanzemer Altenberg Riesling.
Y con la carne una botella de Terrer d´Aubert Cabernet 06, buen vino de Tarragona.
Totalmente saturados y con la felicitación del responsable de sala por haber llegado casi hasta el final, nos despedimos despues de casi tres horas de una mezcla de disfrute sadomasoquista.
Largo paseo hasta el hotel para poder digerir tamaño menú.

Reservamos con la promoción "Menú gourmet todo incluido" y auque el precio es de 110€ por comensal, merece la pena y la RCP es bastante buena, mucho gastros de Madrid con estrellas la quisieran.

Muy notable en cantidad, variedad y calidad. Regado con diferentes vinos, cavas, PX y licores.

El servicio es muy atento y amable, recomendable ir con hambre para que no se haga pesado el menú y llegar "fuerte al final".

Un sitio sin duda muy recomendable y al que repetiré.

Visita que llevaba tiempo prevista en la agenda a uno de los templos culinarios de Madrid desde hace 30 años, ahí es nada.
Mi impresión, pués que rezuma la personalidad de su propietario Abraham García(prefiere que le tutees). Algunos diran barroco, otros recargado pero seguro que no te deja indiferente.
Servicio atento en general, pero cuando Abraham pasa por la mesa y nos 'recita' con ese verbo fluido que tiene lo que hay fuera de carta, nuestras papilas se desbocan.
Nosotros tomamos, tras unos apreritivos conseguidos, una exquisita lengua de vaca cortada en láminas , Huevos de corral en sartén sobre Mousse de Hongos (“Boletus edulis”) y Trufas de Otoño, Pichón de Navarra (su pechuga brevemente asada, confitadas alas y muslos) con Mirabeles (ciruelillas gallegas) al horno y reducción de Pacharán (MAGNIFICO!), Lomo de Ternera de Guadarrama a la plancha sobre salsa de Chile ahumado (chipotle) con Patatas nuevas al Romero y “Piquillos” de temporada(buena carne pero se queda algo corto).
Todo esto regado con un perfecto Val Llach 2004 que llevamos y que Abraham volteo intrigado, para después invitarle nosotros a que lo probase(ver notas de cata en vinos). Acabamos con plato de quesos colocados al trebolillo y que pregunté a Abraham, que orden me recomiendas?, a lo que respondió:'eso como las mujeres, cada uno empieza por donde quiere', OLÉ!.
Cuenta: 90€ pax sin vino(detallazo, sin descorche)... algo abultada.. o no?, juzguen Uds.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar