Restaurante La Tasquita de Enfrente en Madrid
Restaurante La Tasquita de Enfrente
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
55,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
87 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.2
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
5.2
RCP CALIDAD-PRECIO
5.6
Opiniones de La Tasquita de Enfrente
OPINIONES
21

En el mes de octubre de 2018 Montagud Editores va a publicar una nueva obra de la que es protagonista el chef Juanjo López y su querida e imprescindible LA TASQUITA DE ENFRENTE, su nombre: La Sencilla Desnudez, un calificativo acertado para las propuestas del restaurante en la que destacan el gran conocimiento del medio y un gran producto de temporada.

Acudimos tras varios años de espera y tras un proceso de reforma del local en la época estival. La nueva decoración vislumbra un deseo de “reconocimiento” (innecesario) o de un mayor status (absolutamente merecido). El servicio en todos los sentidos (sala, sumillería, etc…) extraordinario.

Nos decantamos por el menú degustación, de cara a evitar toma decisiones, Juanjo se muestra de acuerdo, por lo que nos ponemos en sus manos:

Empezamos por la más que reconocida “Ensaladilla Tasquita, en este caso con Centollo desmigado”, para continuar por dos extraordinarias (por producto, tamaño e imagen) “Ostras al natural” (sin artificios…, no las necesitan). Continuamos con “Anchoas sobre higos fritos”, en donde producto y originalidad combinan de maravilla, muy buena propuesta.

Continuamos con varias propuestas marinas en las que el producto y el cariño en los fuegos nos permiten disfrutar a tope de nuestra gastronomía: “Almejas”, “Quisquillas a la plancha”, “Cocochas de Merluza con Salsa de Tinta de Calamar”, para terminar con unos “Lomos de merluza

Sorprendente la propuesta carnívora: “Albóndigas de Solomillo de Vaca y salsa de cocido”. Sencillamente extraordinarias, para no parar de degustarlas. De postre: “Torrija”.

De la carta de vinos, nos dejamos aconsejar por una propuesta muy arriesgada, vino de procedencia Israel,  RECANATI UPPER GALILEE MERLOT 2011 (45 euros). Una sorpresa que cumplió y maridó a la perfección. 

No es un restaurante de grandes alardes.Su cocina no es  vanguardista, ni creativa, ni tampoco de producto..quizás su definición precise otra perspectiva distinta. En mi opinión, es un restaurante perfeccionista, limpio y nítido.El producto se presenta tal cual, con la seguridad que aporta su calidad y una técnica depurada . Tan sólo se añade un sutil sentido actualizador. Contrastes nítidos, algunos excepcionales y en apariencia sencillos como la anguila con pera caramelizada. En ocasiones, se ofrece el mismo producto, en el mismo plato , pero en dos versiones diferentes. Complejidad y dificultad en el postre al baño maría y al horno. Sabores preclaros, precisos. Productos curiosos, que en relidad no lo son tanto , como el lorito..Sabores moderados, nítidos, sin excesos ni estridencias, En algún pase, la moderación pide algún riesgo, como en los callos, un tanto insípidos pero en una salsa con textura y remate excelente. Buen servicio, profesional y constantemente supervisado por el dueño ( también se supervisa periódicamente al cliente para que no le falte de nada). Carta de vinos algo estrecha , como el local, pero el vino es  bien servido y aconsejado. Se cuida al cliente y se agradece.

Desconozco las razones por las cuales hasta ahora no había visitado La Tasquita de Enfrente. Quizás la amalgama de opiniones de diversa índole provocaba que uno no lo tuviera del todo claro. Siempre llega un momento en que debemos crearnos nuestra propia opinión, todo lo demás será “tocar” de oídas.

La Tasquita es un restaurante pequeño, de pasillo y comedor estrecho, ciertamente incómodo. Alberga aproximadamente unas doce mesas con poco espacio entre ellas. El local legado de su padre tabernero, también la receta de los callos que se mantiene desde entonces inalterable. Juanjo dejó su carrera profesional en el ámbito de los seguros para dedicarse a su mayor afición, la gastronomía.

Al sentarnos, se acerca el mencionado que comienza a cantar platos y especialidades (sin carta ni precios). Nos decidimos por un menú degustación no mencionado, pero solicitado, de seis platos y postre. Le decimos que nos ponemos en sus manos, con solo una condición habrá callos sí o sí.

Efectivamente, estamos ante una cocina de producto casi sin complicación, que huye de mezclas bien innecesarias ó sublimes. Platos de muy pocos ingredientes para que el principal brille.

Como aperitivo un suave paté de morcilla con calabaza con una torta de aceite. Se comienza sin ningún tipo de remilgos. Muy equilibrado gracias a ese tono dulce de la fruta.

Y comenzamos por unas ortiguillas fritas. Fritura perfecta y limpia para un gran género. Poco más se puede escribir.

Otro de los platos especiales de la casa es la ensaladilla rusa. Patata muy bien tratada, de textura perfecta. Destaca porque los ingredientes conforman un gran conjunto, sabores integrados y suaves para que la mayonesa sea un hilo conductor y no se coloque por encima en sabor. Gran cantidad de atún. Especial, pero no deja de ser ensaladilla.

A modo de ensalada se presenta el tomate con lengua escarlata. Tomates llamados de secano con mucha carne y poca agua acompañados de hinojo y de la lengua presentada como un embutido. Sabor intenso el del órgano que se mezclaba idealmente con la frescura y carnosidad del tomate. Brillantez asequible.
Empezando ya la temporada otoñal no podían faltar unos boletus. Se preparan en dos texturas; por una parte salteados con aceite y por otra, laminados muy finos y en crudo. Su sabor se realza a través de un acertado punto de pimienta negra que contiene el aceite. Género y sentido común.

Como plato de mayor sorpresa el morrillo de salmón con crema de coliflor. El morrillo confitado resulta tremendamente gelatinoso y muy tenue en sabor de forma que la coliflor hace acto de presencia bajo un envoltorio salino. Definitivamente el plato más delicado del sexteto.

Acabaríamos con los callos. Presentados “sin modestia” al principio de la cena como “los mejores de Madrid” por López Bedmar. Resultan espléndidos, muy trabados, de salsa densa. Contundentes pero no grasos. Sin pata ni morro en lo que se degusta, aflora el callo de libro, el académico. Directamente para comerse una cazuela. Sobresalientes. Por platos así se vuelve a una taberna.

El aspecto dulce se representa y de qué forma con una golosa torrija. Pan brioche bañado en vainilla, leche y canela con yemas de huevo por encima que al hornearse al baño maría conformen una especie de galleta crujiente. Clasicismo sabroso. Un postre en toda regla, muy por encima de las torrijas que inundan las cartas actuales. Muy alto nivel.

Cocina directa, de discurso fácil, que no admite peros en las elaboraciones ni en los productos. Aquí se viene a lo que se viene y no esperen florituras ni alharacas. Los callos brillan con luz propia, como lo ensaladilla pero ésta lo hace con menos potencia. Los boletus y ese tomate son fiel reflejo de la búsqueda del mejor producto. El morrillo de salmón un artículo de esos que pruebas por primera vez y realmente te llega, ejemplo de elevado gourmet por parte de Juanjo. Platos sin lugar a dudas incuestionables, pero con cierta falta de conmoción.

La Tasquita de Enfrente: Tradición excelsa.
Si quieren ver el post completo complicidadgastronomica.es/?p=5409

Este restaurante desde hace mucho tiempo, siempre ha generado opiniones un tanto irreconciliables. Las medias tintas, no tienen cabida aquí y por un lado existe una prensa que lleva alzándolo a los altares desde hace mucho tiempo, como personas que por uno u otros motivo han salido decepcionadas.

Varios factores que no vamos a pormenorizar (entre ellos, que abre los lunes noche aunque no fuera el único) nos habían encaminado a celebrar la ya afianzada cena entre hermanos que venimos celebrando cada tres meses, aproximadamente desde hace un año.
Con reserva previa, nos presentamos encontrando un lugar acogedor desde el primer instante, con una decoración en tonos claros y con múltiples detalles para otorgarle calidez y predisposición a pasar un buen rato.

Aunque la distancia entre mesas no es su principal cualidad, he de decir que en ningún momento sentimos agobio destacando (algo que considero fundamental) un buen nivel de confort sonoro.

Ocupación, plena prácticamente.

Mesa bien equipada y tres comensales alrededor de la misma. Pedimos que nos confeccionaran la cena en forma de varios platillos sucesivos teniendo en cuenta nuestras aversiones y gustos culinarios. Emplatado todo de forma individual, esto es lo que dio de sí:

Buñuelos de queso: Con algo menos de personalidad que los ya afamados de César Martín (Lakasa), estaban bien resueltos aunque el queso elegido no fuera destacado por su sabor.

Ensaladilla con huevas de salmón: Un clásico de toda la vida, que estaba muy buena. También hemos de decir que las hemos probado en otros sitios más humildes iguales (al menos) que ésta.

Ajoblanco, brunois de pera y anchoa picada: Plato original en su concepción, pero que no acabó de redondearse del todo. Estaba bien, pero sin emocionar.

Espárragos verdes y blancos en varias texturas: Con la temporada de este producto en su máximo apogeo, se sirvieron de forma combinada espárragos de los dos tipos coronados por unas finas láminas de espárrago blanco a modo de carpaccio todo ello napado por una salsa del mismo. Resultado muy visual y satisfactorio para los amantes de esta verdura.

Para acompañar esta primera parte de la cena a sugerencia de nuestro amigo, Arturo, elegimos un Florpower Más Allá de Navazos (30€): Vino que por sus características se adaptó muy bien a esta amalgama de sabores complicados que hemos descrito. Sin haberlo preparado así y llegados a este punto el vino se terminó y la elección para afrontar la parte más “enjundiosa” de la cena recayó sobre otro excepcional vino:

Domaine Weinbach Riesling Schlossberg Gran Cru 2002(70€).Vino que por su complejidad y excepcional acidez llevó en volandas lo que habría de venir que fue:

Pulpo con chorizo y tomate natural: Platazo. Producto, ejecución y …¡diana!

Tataki de atún con ratatuille de hinojo: Muy difícil fallar. Buen pescado, bien hecho y con ese acompañamiento con toque de hinojo que le daba un buen punto.

Carillera de ibérico, con parmentier de patata: Receta que tiene el don de la ubicuidad. Aunque perfecta de ejecución. Irreprochable. A partir de aquí , encaramos la parte final con los postres:
Tiramisú: Presentado en forma esférica estaba muy, muy conseguido con gran nitidez de sabores y Especie de torrija: Encerrada entre una galleta y acompañada de una ligera crema inglesa. En este caso el vino para el postre fue un extraordinario Domaine del Tissot (Jura), encabezado que puso un buen colofón a una gran velada.

Servicio impecable, tiempos milimetrados, maquinaria muy bien engrasada y atención perfecta.

Ahora cuando hablen de La Tasquita de Enfrente ya se en que lado ponerme.

Situado en pleno centro de Madrid, con dificultad de acceso asegurada, el pequeño local de La Tasquita de Enfrente está situado en una de las zonas más influyentes del nuevo (viejo) Madrid, la denominada TRIBALL (triangulo ballesta), en donde Juanjo López Bedmar ha convertido la casa de comidas familiar en un clásico de la restauración madrileña gracias a una materia prima de temporada en la que prima la calidad del producto.

El propio Juanjo atiende la comanda proponiendo la mejor propuesta de acuerdo con los gustos de cada cliente, sin aportar, es cierto, información adicional sobre el resto de la carta, lo que puede desconcertar en cuanto al precio. El equipo de sala atiende el servicio de manera personal y particular, podrá gustar más o menos, pero la atención al cliente es parte fundamental del servicio. La carta de vinos, sin ser extensa, contiene interesantes propuestas a un precio elevado, nos decantamos por el PARCELA nº 1 de FINCA LA EMPERATRIZ, un 100% tempranillo de alta expresión, servido a temperatura elevada.

Entre las propuestas de Juanjo, no ha faltado un clásico de la casa, la “ensaladilla rusa con carabinero”, lo mejor: la ensaladilla, lo peor: el carabinero. Es difícil determinar cuál es la mejor ensaladilla rusa, o si una es mejor o peor que otra, la de La Tasquita sin duda es muy buena.

La Tasquita de Enfrente apuesta por el producto de temporada, las alcachofas presentadas en doble formato (fritas y cocidas) son una apuesta segura debido a la calidad del producto y perfecta combinación de sabores. Enorme plato, por su sencillez y perfecta elaboración.

Como platos principales, “atún rojo con salsa teriyake”, propuesta que no destaca ni por la presentación ni por el resultado final, y la ya clásica “raya a la mantequilla negra”, fantástico plato de contrastes con un resultado final satisfactorio y sorprendete, plato muy recomendable.

Peculiar restaurante, salón lleno en la noche del sábado, dificultad de reserva y futuro, por supuesto, asegurado.

Acudimos al restaurante orientados por las guías Repsol y Metrópoli, que le dan una valoración alta y muy alta en comparación con los restaurantes referencia para nosotros. El local está situado en una calle perpendicular a la Gran Vía, no tiene parking propio ni aparcacoches, si bien hay aparcamientos públicos a 100 metros a la redonda.
El ambiente es puro de tasca: local interior tipo bodega, con mesas pequeñas montadas sin mantel y personal poco profesional no uniformado.
La carta no es facilitada, el chef y propietario da razón de los productos que dispone y sobre eso se selecciona: ensaladilla rusa(aceptable),anchoas(notable pero escasas), carpaccio de gambas(no aporta nada), callos(aprobado sin más y súper condimentados), atún a la plancha(de calidad pero escaso), hamburguesa de ternera y foie(lo mejor de la cena, pero no sobresaliente) y de postre dos sugerencias aceptables tanto el tocinillo como la torrija.
De vino elegimos un Mauro 2009, lo mejor calidad preció de una carta de vinos mediocre.
En definitiva 185€ por una cocina aceptable pero en ningún caso destacable, en un marco deficiente y con un tratamiento de tasca.
No entiendo a Ansón, Imelda, Point, Belver y demás...les diría decenas de restaurantes de más nivel y mejor calidad precio.

En la Tasquita,una sencilla tasca ilustrada venida a más, la decoración deja mucho que desear.
El servicio de sala no es muy eficiente y no derrocha amabilidad precisamente.
El servicio del vino es casi inexistente y la carta de vinos,aunque con alguna referencia interesante,no es de las más completas del foro ni por asomo.
Y para colmo los precios son desorbitados.
Con esta carta de presentación se podría pensar que nuestra visita a la Tasquita de Enfrente fue un desastre...pues no.
Y es que Juanjo López-Bedmar ofrece un producto excepcional en preparaciones sencillas.Busca lo escaso,lo que le puede diferenciar de los demás y claro,eso se paga(en exceso).
Viernes por la noche,restaurante lleno.Cena para dos.
Tras escuchar las recomendaciones de Juanjo descartamos el menú degustación(para evitar una factura "inolvidable") y nos decidimos por:
-Una suave morcilla con piñones de aperitivo
-Un morrillo de salmón con patatas de sabor potente e intenso y una impactante textura gelatinosa.Enorme plato
-Exhuberantes zamburiñas acompañadas por una salsa que potenciaba el sabor a mar del bivalvo.Excelente
-Como plato principal,una perdiz de tiro que aún estando a un nivel aceptable nos dejó un poco fríos.Esperábamos más de este plato.Visto lo visto,deberíamos haber elegido la hamburguesa de carabineros...

De postre,un convincente tiramisú obra del peculiar Abraham Maciñeiras.
Para beber,tomamos un excelente Finca Sandoval a 32 E.La temperatura de servicio en nuestra opinión no era correcta y pedimos enfriarlo.El servicio del vino no existió.La cristalería,muy normalita.
En cuanto al servicio,Juanjo debería contagiar su cordialidad y profesionalidad al resto del equipo.
La factura,80 E por cabeza.Excesivamente caro para lo ofrecido, se mire por dónde se mire.
En definitiva,restaurante de producto de primer nivel y poco más.Eso sí,por alguna extraña razón creo que le daremos otra oportunidad.Y es que ese morrillo de salmón...

La Tasquita era otra de las direcciones que teníamos pendientes de visitar en Madrid y más teniendo en cuenta las dispares opiniones que habíamos recibido, así que decidimos ver que hay de verdad o de mentira sobre lo que se comenta. El local hace honor a su nombre y se trata de una tasca ilustrada, es pequeño, de decoración cálida y acogedora, con mesas no muy juntas pero tampoco con una gran amplitud. Sábado noche y restaurante lleno.

La “carta” es dictada por Juanjo (propietario) de viva voz, ya que cambia a diario. Aquí lo importante es buscar el mejor producto del día y temporada y por tanto puede resultar complicado mantener una carta escrita, pero no imposible, por lo que creo deberían hacer el esfuerzo, en especial para conocer los precios de los platos y no llevarse “sorpresas”. Existe la posibilidad de pedir el “menú de Juanjo” con lo mejor del día y que tiene un precio de 65 euros, opción que nosotros escogimos.

- Aperitivo de sopa de ajo (densa y contundente, muy buena)
-Gamba roja de Denia a la plancha (fantástica gamba y perfectamente cocinada, pero… ¡sólo una!)
-Ensaladilla Rusa con carabineros (un clásico del local, muy buena ensaladilla, pero…no mejor de la que como en casa)
-Boletus en salsa con patatas (los primeros de la temporada, bien de punto y cocción, sabrosos)
-Mejillones de roca (presentados en unas curiosas latas, soberbios, pequeños, deliciosos, lo mejor del menú sin duda, salsa ligeramente picante)
-Chipirones plancha con verduras (tres chipirones, muy ricos, bien hechos, con verdurita muy agradable, pero sin emocionar, nos acordamos de los maganos cántabros y… vaya vaya)
-Raya a la mantequilla negra (otro clásico del local, plato arriesgado, de contrastes, con un marcado sabor de la mantequilla y el vinagre de Jerez que mitigan el de la raya. Bien, pero a años luz de la de DiverXO)
-Torrija y Flan de calabaza (dos postres, el primero una curiosa torrija que tampoco nos dijo mucho y el segundo un flan sin mucha historia)

Así pues, un menú interesante, con un buen nivel, pero con algunos altibajos. Buen producto, puntos casi siempre correctamente conseguidos pero…falta alma, falta carácter, falta sabor, hay que ofrecer algo más, porque cobrarlo lo cobran.

Carta de vinos interesante, basada en producto nacional con una buena selección de vinos franceses encontrando algunas referencias de gran prestigio de ambos países. Falta quizá algo más de Italia y de Alemania para nuestro gusto. Hay una interesante selección de champagnes de gran y pequeño productor, además de una completa lista de vinos dulces del mundo. Precios variables, hay vinos más y menos cargados, pero siempre tirando por arriba. Pedimos dos copas de manzanilla La Guita (6 euros cada una, un precio intolerable), un excelente champagne Michel Gonet millesimé 1996 (quizá lo mejor de la cena, a 70 euros, menos del doble de tienda) y dos copas de un magnífico Fronholz Pinot Gris Vendages Tardives 1994 de Ostertag (a 7 euros cada una, precio más o menos correcto). Lo mejor sin duda el servicio, tanto los camareros como el sumiller estuvieron perfectos, serviciales sin caer en servilismo y cercanos sin caer en el “colegueo”. Muy bien en este aspecto.

En cuanto al precio final, pues entre los menús y los vinos…244 euros de vellón. Muy caro, tremendamente caro aun a pesar del peso del vino en el precio final. Cenamos bien, bastante bien, pero por semejantes cantidades de dinero hay que ofrecer mucho más y exigirlo, no nos vale con que sea un restaurante de moda, que ofrezca un buen producto y que las críticas especializadas sean siempre favorables. Peligrosa dinámica la que lleva la restauración madrileña desde hace un tiempo, pero claro, mientras los locales estén llenos…

Pues eso, que fuimos, lo vimos, cenamos bien y disfrutamos, pero no volveremos. ¿La zona? Bueno, cualquier gran ciudad europea tiene un barrio de este tipo, con no meterse con nadie no pasa nada, además justo enfrente se encuentra uno de nuestros clubes preferidos de música electrónica de Madrid (el Demodé), así que terminar la cena y comenzar una larga y divertida noche nos llevó solo cruzar una calle. Pero eso es ya otra historia…

Vaya gozada de comida.Llegamos temprano y fuimos los primeros.Encantador el Jefe de sala y Juanjo.La comida fue deliciosa destacando una sopa de pescado fantastica,unas carrilleras inolvidables y unos callos de impresion.No olvido la Raya ni las almejas.
La carta de vinos excelente,con un apartado de Champagnes muy lograda.Precios muy ajustados(señal de que "aman" al mundo del vino.)
Tomamos Un Nicolas Joly Les Clos vieux 2007,Un Andre Clouet Reserve,Un Chivite Col 125 2004 y para finalizar una sugerencia del Jefe de Sala,un Reichsrat Von Buhl,Rieslaner BA 2007 Forster Stift 2007,sorprendente por su acidez y elegancia.Una maravilla.
Pienso que La tasquita es indispensable y ademas a los enamorados del vino no nos defraudara nunca.

Al igual que al anterior forero tenía una visita pendiente a este rte;al igual que él,tenía algún recelo por la zona,la diversidad de opiniones,la carta cantada (aunque efectivamente la puedes ver en su web,pero no los platos el día...)comedor no muy grande y se permite fumar,su extrafalario Abraham....Fuimos los últimos en llegar 22.20 de la noche y al contrario que Gerechev me dieron una pequeña mesa para dos personas (no es queja,ya que hay otras iguales y otras mucho más grandes).Juanjo nos tomo la nota rapidamente,pero con gran decepción para mí -no se si por el hecho de ser sábado y cerrar al día siguiente-muchos platos estaban agotados.La primera conclusión :"llegar pronto al rte para elegir mesa y platos".Como aperitivo la descrita morcilla con calabaza.Tomamos para compartir la famosa "ensaladilla con erizos"(23)muy buena,al centro de la mesa y ración correcta.Continuamos con colmenillas con una reducción de Malaga Virgen(35)ya emplatadas desde cocina,buena plato,algo escaso y de tarifa "severa" .Cardos y piñones con unas alcachofas fritas (20) también emplatado en medias raciones en cocina,no había trufa (pero el precio si era el mismo que con ella) y por ello quizas al plato le faltaba sabor,según mi esposa.Como platos ppales mi esposa tomo 1/2 de raya con mantequilla negra(14) y yo 1/2 de cocochas de bacalao con el ligero pil-pil al fondo del plato(15) ambas abundantes en cantidad y sabor.No hubo postre ,infusión ,1/2 de agua y una botella de Pazo San Mauro 2008(18) en correctas copas y salvo darmelo a catar apenas si me sirvieron la 1ª copa.Buena carta de vinos a precios contenidos comparados con los platos.Total con iva 138,5 Eur.Por lo que comenta Gerechev y dado que su menú degustación incluia mis platos más algún otro y 2 postres,desde luego interesa pedirlo....Lo peor de la cena que tuve desde su inicio un comensal a un metro escaso fumando un puro y aunque la ventilación es correcta ,fue un suplicio.

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