Pequeño restaurante en el que es imprescindible reservar debido a su tamaño, tanto de la sala, como de la cocina. Cocina de temporada, bien resuelta, todo en un tono agradable, sin destacar nada por encima, ni por debajo. Se podrían mejorar bastantes cosas, pero
me temo que debido a las limitaciones de espacio esto sería bien dificil.
El servicio, a tono con el lugar, es muy agradable en el trato en todo momento.
Con respecto al vino tienen una carta de vinos que me resultó sorprendente. Larga y variada, tanto en vinos nacionales como foráneos, aunque eché en falta lo habitual, esto es, dulces y generosos. Me sorprendió desagradablemente que no estuvieran en una cava o armario climatizado, si no en estanterias de almacenamiento de vinos a la temperatura ambiente. El servicio del vino tampoco era el más adecuado. Sorprendente detalle el que en la mesa unos comensales tuvieramos un tipo de copa y otros otra muy distinta, si bien todos estábamos bebiendo el mismo vino. Lamentablemente, la temperatura del vino tampoco se cuidó en absoluto. Detalles todos ellos que si cuidaran un poco les haría mejorar ostensiblemente. Con respecto a los precios me parecieron algo altos, máxime teniendo en cuenta los detalles comentados anteriormente.
Pese a todo me parece un lugar agradable para una cena o comida informal. No es de esos sitios en que uno piensa en ir cuando quiere comer o cenar fuera, pero sí es un lugar, que al menos a mi, me resulta muy agradable en esos días en que estás muy cansado para
casi todo y te apetece cenar fuera, sin más complicaciones en un entorno agradable y sin más compliciones. Es un lugar recomendable para esas situaciones.
Con respecto a los puntos (en escala de 10):
Servicio 7
Comida 6.75 (que un 7 ya es notable y tampoco llega a tanto)
Vino 6 (por la carta, pero no sube más por el servicio, conservación, precio)