Me parece un lugar ideal para pasar de vez en cuando a descubrir algún sabor nuevo. La bodega de impresión. Los precios, como todos en estos casos, caro. Recomendable.

Para mi sigue siendo uno de los 3 de podium de Valencia.Y digo sigue porque hace mucho tiempo que asi lo creo.La cocina de Joseph podra gustar mas o menos pero es innegable que estamos ante todo un cocinero que conoce prefectamente lo que hace y que derrocha tecnica y vanguardia.El servicio del vino es ni mas ni menos que irreprochable y el precio.... lo bueno siempre cuesta algo màs.

Menu degustacion , defraudados, esa es la palabra...
con el segundo entrante todavia no teniamos el vino sobre la mesa ( puesto que no tenian el vino que queriamos , volvimos a pedir la carta , nos la trajeron , y se olvidaron por completo de nosotros ).
Los entrantes curiosos , bien . los platos principales de pescado y carne sin encanto nada que destacar.
Los postres fantasticos.

Despues de mi ultima visita,las cosa han cambiado mucho.EL salon ha sido reformado con gran acierto. En cuanto a la comida,unas tapas simplemente deliciosas(tartar de tomate,aguacate y anchoa;ostra con foie y ajo blanco;los entrantes increibles(carpaccio de pulpo y de presa iberica)deliciosa la ventresca de atun y fenomenal el solomillo de buey con colmenillas;para acabar un postre refrescante,ravioli de piña y coco con sorbete de mojito,excepcional.Servicio atento,amable y profesional.

Me deufraudó, despues de visitar otros de esta ciudad, lo mejor la decoracion del comedor y la carta de vinos, la cocina no esta justificada con lo que pagas, cocina para no entender, el servicio del vino bien, pero sin sumiller, lo peor que escuchaba muchos gritos en la cocina, algo muy incomodo, servicio de lo mas frio.

Esta vez me gustó menos la comida y más el servicio. Menú degustación algo irregular con algún plato excelente como la terrina de foie y pato y otros platos menos buenos, como un cochinillo confitado con calabaza algo insipido y alguna que otra combinación que no me gustó demasiado, pero con unos postres y golosinas soberbias, lo mejor sin duda.
Aunque Raquel no estaba, tanto el maridaje de vinos como el servicio a cargo de Ivan, que oficiaba la sala, fueron perfectos.

Hemos recorrido ya unos pocos restaurantes y que suerte tenemos de seguir sorprendiendonos con el buen hacer de unos grandes profesionales y de una gran cocina.
Pedimos un menu degustacion con un maridaje corto y aparte del aceite, las dos tapas, las 5 sales, y por supuesto lel menu en si y los dos postresm todo en su punto y con la posibilidad de poder cambiar alguno de los platos.
El servicio desde luego de lo mejor que he encontrado, Ivan (estaba de jefe de sala y su hermano Hector de Sumiller -Raquel no estaba-) se sale, da gusto en cualquier aspecto que le quieras comentar, no solo de la comida, sino de las magnificas actividades que realizan, y ya para rematar, pedirle un GINTONIC, si, si con MAYUSCULAS, ya para morirse, la verdad es que da gusto acudir a lugares asi, con ese saber hacer y dejar que te sientas uno mas disfrutando de la comida, la bebida, el entorno, en resumen en sentir, queremos volver ahora en NOVIEMBRE, un pero: el carpacio de aceite de oliva un tanto grueso (esta realizado con nitrogeno).

Restaurante de diseño contemporáneo que resulta tal vez un poco frío. Un poco agobiante la parafernalia del servicio, lo que resta naturalidad a la cena. Ojo con los primeros platos si se plantea el tema de compartir, con la excusa de que ya se presentan en medias raciones acabas pagando el doble. Cenamos para picar foie presando con cecina (24€ dos medias raciones) y anchoas (20€ dos medias raciones); de segundo unos langostinos de Vinaroz (20€, una ración bastante pequeña, pues eran 3) y lomo ibérico (20€, muy abundante)y media ración de postre de chocolate (10€). En total con el vino la cena salió por 135,75€. Aunque todo estuvo exquisito, tal vez me plantearía volver otra vez pues la carta es muy limitada y no permite excesivas variaciones.

Decoración de ambiente moderno, pero no resulta frio.Comin¡mos menu desgustación.Nos pusieron varios tipos de pan con un aceite de 0,2 de acidez( no recuerdo el nombre , era de aqui) que estaba buenisimo y 5 tipos de sal y resulto unas combinaciones muy agradables y ricas. El menu constaba de: 1) Terrina de manzana y setas con ensalada de ceina ahumada y rúcula,2) Ostra de Maerenes Oleron con espinacas y chufas,3)Dorada salvaje con alcachofas y callos de bacalao,4) Becacina sur canapé y rissoto,5) Arena de cacao, helado de caramelo,granizado de cognac y lima,6) Ensalada de melón con albahaca y helado de kefir a la pimienta rosa. Buenas materias primas y la elaboración ,las texturas y la mezcla de sabores resultaron bien resueltas, quiza alguno no servido a la temperatura ideal. Para ser menu degustación algo corto. Beber, bebimos poco. Champagne Veuve Clicquot, y Roda I 1995 ( he puesto ficha) 50 € muy bueno. La carta de vinos las copas y el servicio muy bien.

Habian pasado algunos años desde mi ultima visita al lugar, he de reconocer que me he sentido mucho mas comodo, el local ha mejorado en todos los sentidos y en especial al trato y cordialidad, he de recordar que este restaurante fue de lo mas en los 90 y que de la noche a la mañana entro en precario, ahora su renovada imagen, su acordata carta pero exquisitamente elegida y su magnifica bodega le hacen ser un restaurante altamente recomendable.
El servicio roza la perfeccion, la atencion es muy esmerada y el trato al vino es de culto, no hay ningun pero en esta materia, lo que comes guarda proporcion con lo que pagas, en especial si tomas su cazuela de fideos con bogavante o sus pulpiltos con morcilla de burgos.Existe un menu degustacion bastante practico para aquellos que quieren innovar, pero recomiendo la excelente carne de KOBE japonesa, si esa que es masajeada y tratada en Japon contra la depresion, muy interesante.Dejaros recomendar en los vinos, Raquel, creo que asi se llama, es una excelente sumellier, viva la buena cocina y mejor vino.