Restaurante de diseño contemporáneo que resulta tal vez un poco frío. Un

Restaurante de diseño contemporáneo que resulta tal vez un poco frío. Un poco agobiante la parafernalia del servicio, lo que resta naturalidad a la cena. Ojo con los primeros platos si se plantea el tema de compartir, con la excusa de que ya se presentan en medias raciones acabas pagando el doble. Cenamos para picar foie presando con cecina (24€ dos medias raciones) y anchoas (20€ dos medias raciones); de segundo unos langostinos de Vinaroz (20€, una ración bastante pequeña, pues eran 3) y lomo ibérico (20€, muy abundante)y media ración de postre de chocolate (10€). En total con el vino la cena salió por 135,75€. Aunque todo estuvo exquisito, tal vez me plantearía volver otra vez pues la carta es muy limitada y no permite excesivas variaciones.