Cena el sábado 13 de febrero. Menú de San Valentín. Restaurante lleno, habilitaron el Espacio Torrijos. Comentaré lo que sucedió... Pido disculpas por la extensión.

Al llegar al restaurante había 6 personas esperando. 10 minutos después empezaron a atendernos. Algunas mesas no estábamos en la lista por lo que, probablemente, estaríamos en el 'otro comedor'. El otro comedor es el mencionado Espacio Torrijos. Nos tocó salir a la calle y caminar entre las obras para llegar a la otra sala.

Espacio Torrijos es un lugar bien decorado pero destartalado. Una sala rectangular, alargada y muy amplia. Al llegar estaba vacío, pero nos sentaron en la mesa que hay junto a la puerta. La temperatura exterior era de unos 6 grados, con lo que el ámbiente era gélido. Pedimos que nos cambiaran y lo hicieron, pero hizo bastante frío durante toda la cena.

La siguiente sorpresa es que esa noche no se podía pedir a la carta, había un menú cerrado. Al hacer la reserva nadie nos advirtió... De hecho varias mesas protestaron e incluso una abandonó el restaurante.

El menú en cuestión es muy parecido al menú de trufa ya comentado por Almolo. Sólo incluía alguna variación y unas cuantas carencias.

Lo primero que nos trajeron fue el pan, de 4 tipos diferentes. Al preguntar de qué eran los panes, el camarero se echó a reir y dijo que no tenía ni idea.

A continuación, siguiendo el menú:
-Crujientes snacks y olivas aliñadas.
-Tapas de temporada: Morcilla de sepia, milhojas de foie y piruleta de parmesano. El camarero tampoco supo explicarnos nada.
-Ensalada de patata con trufa y tubérculos de invierno. Este es el nombre del plato en la minuta, la realidad es que de trufa, nada de nada.
-Huevo pochado con jamón ibérico. Este plato fue el mejor. Realmente exquisito.
-Merluza con alcachofas, sopa de pan de centeno y puré de limón. No entendí la combinación. A mi no me gustó.
-Canelón de pasta fresca con trufa. Por fin probamos la trufa! Eso sí, poquita y nada de rallarla ante el comensal.
-Espuma de chocolate caliente con pera y trufa. Uno de los postres llevaba trufa... el otro no. Lo advertimos y subsanaron el problema. Muy buena combinación del chocolate y la trufa. Coincido con Almolo en que la pera era difícil de apreciar.

Toda la cena fue servida a destiempo, con esperas de hasta 15 minutos entre plato y plato. A la mesa de al lado se olvidaron de sacarles el pescado y les pusieron directamente el canelón. Cuando se quejaron, cogieron los canelones y nos los pusieron a nosotros.

Al finalizar la cena expusimos al responsable de la sala los problemas que había habido. La respuesta fue el silencio.

Una noche para olvidar. Tremenda decepción de un restuarante que quiso abarcar más de lo que puede. Me da mucha pena porque respetaba mucho este lugar. Intento recomendar en VEREMA.COM los sitios en los que he disfrutado, pero en esta ocasión no tengo más remedio que contar lo que sucedió.

El precio final, sin vino, 65 euros por persona.

El menú incluye aperitivos, 2 entrantes, pescado, carne y postre a 58€
Empezamos con tres tapitas:
Una especie de tosta con una falsa morcilla hecha con sepia, una cremita de ajo y queso y un mini milhojas de foie y manzana, muy buenas todas.
A continución empezaron los platos del menú:
-La ensaladilla Rusa, compuesta por patata con trufa y tubérculos e invierno. Muy equilibrada.
-Huevo pochado con jamón y trufa. Venía presentado con una lámina de jamon ibérico, puré de apio y acompañado con una sopita de trufa. Muy buena combinación e intenso aroma a trufa
-Merluza trufada y alcachofas. Lo complementaba un puré de limón, que creaba un interesante contraste con la merluza y terminada con una sopa de pan de centeno.
-Canelón de Trufa 2010. El canelón estaba cocido con arcilla, para preservar al máximo el sabor y la temperatura y era terminado con trufa rallada (sin escatimar) delante del comensal. Otro plato excelente, lleno de sabor y gran aroma a trufa.
-Espuma de chocolate caliente con pera y trufa. Muy conseguida la combinación del chocolate y trufa, un ejemplo que confirma las posibilidades de combinación que tiene el chocolate con otros productos. Sin embargo, no aprecié prácticamente el sabor de la pera, al combinarla con el chocolate.
Acabamos con una infusión del espectacular carro de infusiones, acompañada de unos discretos petit-fours.
Excelentes los 5 tipos de pan, (te lo sirven todos), acompañados con aceite y varios tipo e sales.
Carta de vinos, muy completa, pero con precios desorbitados en algunos casos 3,5x tienda , por ejemplo, Les Alcusses a 26€ (yo lo he llegado a comprar a 7,5€) y excelentes copas Schoot. Al final nos decidimos por un maridaje que incluía una copa de cava, un blanco y un tinto. El cava y el blanco fueron servidos con oficio por Raquel, aunque luego desapareció y el tinto ni siquiera fue servido, pero sí cobrado.
Otro aspecto que no nos gustó nada fue que la reserva fue hecha para una supuesta zona de no fumadores, que luego no fué tal, ya que nos colocaron al lado de una mesa de una pareja que fumaban entre plato y plato. Cuando advertimos tal situación, nos pidieron disculpas y nos cambiaron de mesa a mitad de cena.

Afortunadamente esta noche he estado en el Limbo-de los justos-? ja,ja,ja.pobres diablos!!! Esto no es spam,os lo aseguro.Podeis contactar conmigo,a través de Verema.En los años que Xavier Domingo-que en gloria estè-,Nestor Lujàn o Luis Bettonica,idem,hubiera habido,sî,hubiera habido,un Restaurante asì,habrìan "flipado".Estoy en el Limbo?.Pues,bienvenido sea el Limbo.
Sres, estamos, a mi modesto entender-de pagador-of course-ante el mejor restaurante de Valencia.Sî,de pagador.Pago una pasta,pero me aprovecha.
Este tìo-Joseph Quintana-es;ni mas ni menos,que el mejor cocinero que tenemos,hoy por hoy, en Valencia.Asì de claro,sin que obtenga ningun beneficio por decirlo.
Ahì va mi cena:
-Ensalada de setas escabechadas con meloso de ternera.
-Ensalada de erizos de mar,con morcilla.
-Langosta del Mediterràneo con fideos.
-Cochinillo asado con azafràn y mango.
-Cordero churro con garbanzos y sus mollejas.
-Caquis con borracho de vermouth,cremoso de limòn y espumoso de chocolate.
-Ravioli de chocolate con plàtano asado y helado crujiente de especias.
-De aperitivo,Negroni y Dry Martini con croquetas de pollo y de setas en el local de,
al lado, La Torrija.
-Vinos El Nido-2004-.Mi pareja no bebe blancos.
-Gin-tonic, de Raquel-un lujo-,por el morro.
-Cafès.
Total 280 euros.
Hay quièn dè màs ?
Yo me apunto-si hay quièn dè màs-pero tengo que ir a comprobarlo-.

Por cierto, ¿que es el Limbo?.Si alguien lo sabe que me lo diga.
Yo paso del petardeo mediàtico,a mucha honra,y cuando alguien me pueda decir-incluso Rafael Ansòn-que es el Limbo-culinariamente hablando- que me lo diga-.Gracias.
Sres. es caro,pero estamos hablando,ni màs ni menos que del mejor Restaurante de Valencia.
Eso sì,no hacen la pelota,ni invitan a nada,porque no les corresponde.
Asì de claro.El que le pique,que se rasque.

Este usuario actualizó los tipos de cocina de este restaurante con los siguientes datos: Creativa - de autor

He estado en una ocasión en este restaurante y ante la gran expectativa que esperaba,me defraudó.Nos pusieron en una mesa de paso,es decir,una mesa por la que pasaba todo el mundo,arrinconados y con poca luz.El menú está bien,a destacar la bandeja de diferentes tipos de pan,que me parece espectacular.Un detalle que no acabó de gustarme fue en primer lugar el precio,ya que lo veo exagerado para lo que ofrecen y si además lo comparamos con otros restaurantes.Tampoco en trato,se puede decir que sean un restaurante diez.Un pequeño detalle a todos aquellos amantes de la limpieza.Los azucareros eran muy bonitos con cuencos en donde el azucar en terrón descansaba.Lo malo es que esos azucareros estaban a ras de suelo.Un detalle que a mi me dice mucho.No se puede tener un alimento que va directo a la boca en un lugar por el que cada vez que pasa alguien,levanta el polvo y se va depositando en los azucareros.Supongo que será un pequeño despiste y ya lo habrán cambiado de sitio.

Comida creativa,con notas de autor,bien ejecutada y llena de sabor.
local agradable con un servicio bastante atento y amable, pendiente en todo momento,pero sin pasarse.
Trato del vino mas que correcto,una buena experiencia,para repetir.

Elegimos el menú largo (gastronómico, 95 euros). Donde como menciona el forero anterior te sirven preaperitivos, aperitivos, varios platos principales, quesos, prepostre y postre. Todo a un nivel alto así sólo destacar algunos platos como el erizo de mar relleno de salmón y gratinado con ¿queso? que genera una mezcla de sabores genial. La ostra con verduritas excepcional al igual que la hamburguesa de sepia. También excelente el huevo poché y dado que reservamos la mesa de la cocina pudimos compartir con el equipo de cocina los secretos Thermomix para dar su punto a algo que parece fácil pero no lo es. Dentro de los platos principales resaltar el cochinillo, con la piel crujiente y la base suave, cremosa. De la selección de quesos muy bueno el cabrales pues es difícil encontrar los que manteniendo su fuerte sabor no llegan a ser picantes en el paladar. Quizás los postres algo más flojos. El helado con polvo de cacao quedaba un poco duro (o simplemente es que ya no nos cabía más comida, ¿quién sabe?).
Para beber tomamos como aperitivo media botella de Krug que es algo seco para mi gusto(y por tanto bueno como aperitivo). Después un magnun de Torre Muga 1998. A todos nos pareció que sorprendentemente empezaba a "caer" y por este motivo el restaurante nos obsequió con un vino mallorquín, Cabrera 2001. Realmente redondo, en su punto (sobre todo su paso por boca). Por último un gin tonic con un toque de canela que le da un giro curioso, algo nuevo para mi y cafés acompañados de las correspondientes 'mignardises'.
Mencionar el servicio a un alto nivel. Decantado el vino con enfriado del decantador, siempre atentos a que no falte bebida en las copas, al pan o a cualquier mínimo detalle que necesite el comensal para sentirse confortable.
En resumen, restaurante muy recomendable para probar una cocina creativa al tiempo que disfrutas de un servicio que demuestra profesionalidad y simpatía (tanto en sala como detrás de los fogones).

Preaperitivos, aperitivos, prepostres, postres, petit fours, carro de quesos, variedad de panes, de aceites, de sales…. Si a esto le unimos una excelente cocina, una carta de vinos fuera de lo normal, un gran servicio y un buen marco… nos da como resultado un enorme restaurante, refinado y equilibrado.

El local sorprende desde la puerta, con grandes ojos de buey, que da paso a una antesala cuya decoración anticipa lo que vamos a encontrar en la estancia principal: moderna y con tonos vivos contrastados. Un gran cubículo de cristal envuelve la cocina con una larga mesa a modo de barra con capacidad como para 8 comensales. Al otro lado, una bodega también acristalada, expone varios de los dispares caldos que se ofrecen. La adecuada distribución de las mesas proporciona intimidad sin restar sensación de amplitud. Mantelería, vajilla, cubertería y cristalería impecables, de lo mejor.

Cocina de autor, de mercado y estacional, de alto vuelo.

De los aperitivos, destacar la “Tosta de ibérico sobre agua de tomate”, presentada con el agua de tomate en un vaso, y en su borde, a modo de tapa, la tosta de jamón, degustada masticando todo a la vez… un deleite.

Estuvimos dudando qué partido jugar pues había 3 tipos de menús degustación a cual más atractivo además de la opción de la carta, hasta que Albert, siempre atento, y observando que nos inclinábamos por el menú de “La carne natural” pero que nos parecía demasiado copioso para cenar, nos propuso acertadamente una pequeña variación sobre el mismo.

El menú venía maridado con 5 vinos de Bodegas Hispano Suizas y, con la variación comentada, quedó de la siguiente guisa:

• Ostra con ensalada de verduras
• Garguillou de cochinillo de Segovia y cangrejo rojo con sobrasada ibérica
• Muslo de pintada de Extremadura con pera rellena de su propio hígado.
• Guiso de garbanzos con pierna de cordero raza churra, y sus mollejas
Postres
• Sopa de coco con helado de naranja y fruta cítrica
• Ravioli de chocolate con helado de vainilla y crujiente de especias

Mucho, mucho nivel en todas estas creaciones. Si me tengo que quedar con una, y con mucho dolor por dejar las otras en segundo plano, sería el Cochinillo. Una fantástica aleación del mejor cochinillo con sobrasada y cangrejo rojo. Todo ello junto en boca, precipita en un bocado memorable.

El maridaje propuesto con vinos de Bodega Hispano Suiza (Tamtum Ergo Pinot Noir Brut Nature Rose – Impromptu – Bassus Pinot Noir – Bassus Premium - Dulce) perfectamente secuenciados, y servidos por la experta mano de Raquel Torrijos en variadas copas Schott de alta gama, resultó fantástico.

Coronamos la cena con una selección del carro de quesos entre los que brillaba con luz propia el Heretat de Pere (cabra, valenciano) y el Rogue River Blue (vaca, azul, americano)

Del servicio… qué decir del servicio capitaneado por Albert. Inmejorable.

Termino como comencé: una formidable experiencia gastronómica.

Llamé para reservar y estaba lleno, pero me dijeron que si quería lo volviera a intentar "in person"...así que nos fuimos para allá y tuvimos una suerte loca, porque nos pusieron a cenar en la cocina. Es una mesa alta, acristalada, en la que parece que estés en un escenario, pero con los cocineros al lado preparando los platos. Estuvo muy bien. El servicio se esmeró y estuvieron muy simpáticos. A los postres nos cambiaron a una mesa normal para poder fumar. Lo que al principio nos sonó raro, lo de la cocina, acabó siendo un hallazgo.