Pesadilla en la cocina con Alberto Chicote.

Pues si has visto cosas peores que Chicote, que vomitó en un programa, miedo me da.

Mira, este artículo salió en la revista PlanetAVino de hace dos números: La Peste

Vamos, que de acercarte a esa cocina, ni por asomo, antes muerto ¿no?

Calcula... Hace algunos años, una chavala que conocía y que quería iniciarse en la cocina profesional, entró a trabajar en una conocida sidrería de Ribadesella. Estuvo tres días quitando mierda de las paredes con una espátula, hasta que cayó enferma de sufrir tanto asco. En otra sidrería de Gijón me indicaron que tenían un gato atado al que solo soltaban por la noche para que cazase los ratones que pululaban por ella. ¿Tú crees que las correspondientes consejerías implicadas hicieron algo? Pues imagínate...

Ni en ningún lado, inspecciones sanitarias, ninguna.

En un restaurante un amigo se encontró una cucaracha enorme en el plato, a punto estuvo de metérsela en la boca, de lo bien mimetizada que estaba. La verdad es que parecía medio alcaparrón . El camarero se disculpó y le dio otro plato, este ya sin guarnición extra.

Pues tengo amigos que dicen que soy un sibarita porque a determinados sitios guarros de tapas no me apetece ir. Ya sabes bares de estos con mini-cocina de los que sales oliendo a todo.

Lo de las Consejerías y Ayuntamientos es curioso: un montón de trámites y revisiones para abrir pero luego parece que se olviden de revisar en que condiciones está cada local cuando pasa el tiempo. Ahí hay mucha pasta que ganar y me exraña. La mitad de los bares igual tendrían que cerrar y restaurantes también.

Dímelo a mí. Cuando abrí el restaurante de Zaragoza tuve a esa gentuza semana sí, semana también. Un día les dije que si había treinta bares en la calle, porqué inspeccionaban alguno más que el mío. Esto es así.