El Calisay ha muerto... ¡Viva el Benedictine!

Hace unos días probé el "nuevo" Calisay de 19,5º que elabora la familia Ruiz-Mateos. Tienen la osadía de decir que lo elaboran siguiendo la técnica depurada de su fórmula secreta desarrollada en la comarca del Maresme (Arenys de Mar) desde 1.854.

Pues que se lo hagan mirar... porque de los 33º que yo recuerdo a lo que elaboran ahora, no hay ningún parecido. El licor que probé era un anisete dulzón con ligero recuerdo a hierbas. Me pareció deplorable.

Por el camino sacaron uno de 30º que, con adición de bastante hielo, era pasable. Pero ahora no tiene ningún parecido. Se han cargado la receta original del todo.

El que me daba mi padre de pequeñito, con el sello de cera.

El sucedáneo que compraba yo hasta hace poco, con el sello de papel.

Lo que elaboran actualmente. Hasta la botella ha "adelgazado".

Si la excusa es actualizar el producto para adaptarlo a los gustos actuales (sigh!), que les vaya bien. Han perdido un cliente. Un muy buen cliente. El único cliente, que yo sepa, de entre la gente que conozco.

Daniel Whitaker fue el afortunado que se bebió el culín de la última botella que conseguí, procedente de un restaurante madrileño. Espero conseguir alguna más en el futuro... Soy consciente de que los "estomacales" están demodé... pero me gustan. ¡Qué puedo hacer!

Mientras tanto, tomaré Aromas de Montserrat en casa y Benedictine en los restaurantes... o a la inversa. ¡A ver cuánto duran!

P.D. Pascual, si lees esto, perdóname, pero la botella que me regalaste con todo el cariño, ¿la tiro o la guardo por si dentro de cien años mis nietos pueden sacarle algo? :-D