Hoy comemos mejor que nunca
Leyendo el otro día un artículo de David Muñoz, sobre el que no me extenderé porque tampoco viene a cuento y tan sólo fue la chispa que me despertó esta idea, decía que el chef de Diverxo hablaba de cómo los gallegos eran un poco talibanes con el marisco y sólo lo cocinaban de forma clásica y con poca intervención sobre el producto.
Y es que no hace tanto tiempo que el pescado se comía mucho, las gambas bien cocidas, así como el marisco.
¿Qué pasa, somos más listos ahora? No lo creo, la verdad.
La carne de mamet, de lechal era lo más de lo más hace unos años, y no hablo de muchos. Ahora vamos a por las maduraciones extremas de 21 días, de 42 días... Ahora parece que el pichalarguismo va por estos derroteros, cuanto más días de maduración mejor. A más de uno le he escuchado decir ahora que esto era lo bueno, aunque apuesto a que hace uno años el mismo hablaba de la calidad de la carne de lechal, de su textura, su suavidad e incluso su mejor salubridad.
Supongo que esto es de nuevo gajes del oficio y me veo ante mis alumnos adolescentes que piensan que son más listos que los navegantes del s. XIV que creían en una tierra plana, que no etienden cómo alguien podía creer en la generación espontánea o la risa que les da pensar en la necedad de Lamarck...
Amantes de la cocina, de la cultura y la gastronomía: hoy comemos lo mejor que sabemos hoy.
En gastronomía parece lo contrario a lo de que "cualquier tiempo pasado parece mejor", en el momento en el que vivimos nos creemos los reyes del mambo y nos creemos más listos que nuestros antepasados...