Tío Pepe en rama, una nueva oportunidad...

¿El Maestro Sierra? ¿Ynocente?...

No es el primero que se comercializa, tienes otros ejemplos como los que te he dicho antes, Macharnudo, Antique, La Panesa...

Y estoy de acuerdo contigo, por ahí deben ir los tiros, por apostar por la calidad y el mínimo tratamiento previo embotellado, con una consiguiente y lógica subida de precios, claro, pero...

Son finos de mucha calidad, pero un escalón por debajo de los que cito, siempre emho.

Ya, me refería a la cuestión de tratamientos previos al embotellado.

El tema de los precios creo que es matizable. A ver, subir tienen que subir, lógico. Pero según cala en el mercado y se van vendiendo más el precio se irá racionalizando hasta llegar a un valor justo de acuerdo con el coste producción y calidad. Ahora mismo, por poner un ejemplo, y tal y como anda la cosa, la botella tendría que andar dentro del intervalo de 15 a 25 euros (un número que se me ha venido a la mente a bote pronto comparando con un tinto reserva español con larga crianza y que al menos sea bueno, sin caer en elitismos). Pero estaremos de acuerdo que al activar la salida del producto y reducir así los costes del inmovilizado el precio tenderia a bajar algo y terminar por estabilizarse. Que el precio final no va a ser 3 euros, cierto, es evidente. Pero si el producto gusta y la gente lo valora, redescubre estos vinos, se seguirá comprando aunque haya que rascarse más el bolsillo.

Yo no soy economista pero lo veo así.

Guillermo, dentro de lo muy moderado que es el proceso de filtrado de Inocente, éste es mayor que el que pueda sufrir su hermano de solera, Macharnudo. Se trata en todo caso de un fino que se beneficia muchísimo de la guarda.

Cuando hace ya más de seis años fuí a la bodega del Maestro Sierra junto con Jesús Barquín para documentarnos para cierto artículo sobre amontillados, pudimos catar la espectacular solera de finos de la bodega (tengo especialmente en el recuerdo las botas de fino amontillado que hacen de puente). En cuanto al producto embotellado, lo he catado fundamentalmente en Vinoble en distintas ocasiones. Extraordinario, pero en términos de filtrado no lo que uno vería como un producto casi en rama.

Dos opciones muy recomendables, en todo caso.

La percepción que se tiene de los vinos generosos andaluces no tiene nada que ver en Andalucía respecto del resto de España. Aquí, en Valencia, no es que no conozca la gente en general ni lo que son, ni como saben ni nada de ellos..., esto va más allá, no son conocidos ni por los propios aficionados al vino, los que buscan buenos vinos y se gastan sin problemas 20 euros en vinos, siempre a nivel general, claro.

Por ello, veo muy difícil introducir estos vinos en un público general que prácticamente no consume vinos, que no tiene la más mínima cultura de vino y todo ello respecto de unos vinos que no se parecen en nada a los que están acostumbrados a probar. En general siempre que los doy a probar no gustan. Otra cosa somos nosotros, a los que nos enamoran.

A mi parecer no son vinos fáciles y exigen algo del consumidor a lo que no está acostumbrado: un nivel de alcohol algo superior, ese gusto peculiar a aceitunas (en finos)...

En mi opinión cambiar el fino "afeitado" actual por otro menos filtrado no introducirá cambios sustanciales en las tendencias de consumo, el que compra el de ahora compraría el nuevo y el resto de consumidores, como ni se acerca estos vinos pues le daría igual.

Como no soy publicista, ni sé de marqueting ni de casi nada me voy a limitar a dar una opinión de lo poco que conozco: mientras no cambie sustancialmente la política de las administraciones públicas en este tema que, actualmente, parece denigrar el alcohol (incluyendo dentro el vino) mientras que por otro lado se conceden subvenciones a la agricultura (vinicola, entre otras) deficitaria; por otra política que promocione, como país productor que somos, la cultura del vino de forma seria y eficiente que haga que la gente conozca lo que hay, no se empezará a salir del tunel. El cambio en sí mismo necesitaría de más aspectos (hostelería...) pero ya supondría otro modelo.

El problema, amigo Caniculus, es que no podemos aislar el tema de los precios de la estructura productiva y comercial de buena parte de las bodegas. Dicho de otra forma, se trata de un negocio que durante décadas -si no siglos- se ha basado en vender volúmenes mareantes de vino. No es lo mismo vender uno o dos millones de botellas de fino o manzanilla comercial (y ejemplos de ésto hay), que intentar colocar 5000 o 10000 botellas de un fino o manzanilla de alta gama.

No veo muy claro lo siguiente: a) que los señores que beben sin tasa manzanilla en las ferias andaluzas -y que en puridad no son aficionados al vino, sino bebedores ocasionales- estén por la labor de modificar sus muy peculiares gustos sobre lo que debe ser este tipo de vinos (y ésta es una parte primordial del negocio de los vinos de crianza biológica); b) este mercado popular y mayoritario de los vinos de crianza biológica es especialmente sensible a cualquier cosa llamada subida de precios: no creo que estén dispuestos a pagar más de diez euros por un producto que van a mezclar con 7up.

Para que se me entienda. Yo estoy a favor de los vinos de crianza biológica casi en rama. Hago apostolado de la subida de precios. Pero de igual manera creo que éso sólo es la punta del iceberg de un muy necesario cambio de modelo de negocio que no prime el volumen. Ahora bien, mucho menos vino, mucha más calidad, otro tipo de mercados y consumidores, otros precioes, entraña probablemente bodegas más pequeñas y estructuras comerciales especializadas con un alto nivel de formación. Todo eso suena muy bien pero me temo que también supondría echar más gente a la calle. Aunque la alternativa a la cura de caballo puede ser francamente peor: la desaparición del sector.