Vino para la noche de Halloween....

47 respuestas
    #17
    EuSaenz

    Re: Vino para la noche de Halloween....

    Me uno al sector tradicionalista. Chorradas anglosajonas, las justas.

    Y los buñuelos y huesos van muy bien con un viejo Fondillón.

    Saludos, Eugenio
    https://twitter.com/EuSaenz

    #19
    Dblt
    en respuesta a labajos

    Re: Vino para la noche de Halloween....

    Ver mensaje de labajos

    Las tradicione spropias se están perdiendo pq somos nosotros quienes las estamos perdiendo:
    ¿Cuántos van a comprar Dalias frescas y /o a recogerlas ellos mismos y otras flores a sus jardines para llevar a los muertos?
    ¿Cuántos hacemos los buñuelos, o los panellets, en nuestro caso, en casa?
    ¿La castañada, dónde la pasamos, en casa viendo Zorrilla y recordando a nuestros muertos, o en la fiesta del pueblo, bailando al ritmo de...o en una wine bar o en un pub tomando gin tonic?

    No seamos tampoco tan ortodoxos, que estamos cambiando nosotros la cultura.

    Yo antes siempre veía en todas las casas como s ehacían panellets, se tostaban castañas, y patatas boniatos, se abría cava y se hablaba de los muertos, como mucho ahora se compra medio quilo infumables, que van caros.

    Y al cementerio ¿Cuántos niños se llevan al cementerio?

    Si hemos de ceñirnos a la tradición, antes los niños íbamos al cementerio a llevar flores a los abuelos. Hoy en día, la muerte es tabú. Y los niños teníamos fotos de nuestros difuntos abuelos en la habitación. Como algo sagrado. Eso son tradiciones, más que los panellets.El día 1 es el día de los difuntos. Y yo llevaré a mis hijos a cementerio. Eso es tradición.Y hablaremos de la muerte. Ahí radicaba la sana tradición del 1 de noviembre, y el vino rancio, y esas oraciones a medianoche, y esa lágrima por la Doña Inés de Zorrilla en la tele, que no era por doña Inés, que todos sabíamos que esas lágrimas eran por alguien distinto, por alguien que estaba en el cementerio pero del pueblo.
    Y si ya hablamos de tradiciones, para nuetsros abuelos, ni siquiera la doña Inés de la tele y Zorrilla les parecería poco ortodoxa, probablemente, ellos no soñaban con que pudiera existir una tele. Ellos sabían que para todos los santos, luto, negro, lágrimas, limpiar las tumbas, pasar el paño en los cristaes de las lápidas o en el marmol de las cruces, abrillantar las cruces de hierro. ¿Cuántos hacemos eso todavía?,¿Cuántos de los que criticais halloween limpiais las lápidas de vuetsros difuntos? costumbres...bueno.
    Pues hay que llevar al niño a la iglesia, al cmeneterio, darle un paño y hacerle limpiar bien limpio esa lápida donde pone el nombre de nuestro abuelo. Eso lo hemos hecho muchos niños de generaciones anteriores.

    #20
    labajos
    en respuesta a Dblt

    Re: Vino para la noche de Halloween....

    Ver mensaje de Dblt

    Estoy completamente de acuerdo, leerte me ha transportado a épocas pasadas, no habría sido capaz de expresarlo mejor que tu lo has hecho. Creo que estamos es una sociedad "descafeinada" donde lo principal son los valores materiales y aquello que se consiga rápido y con el menor esfuerzo posible, en definitiva un hedonismo exarcebado que no sé donde nos acabará levando, un saludo.

    #22
    JACS
    en respuesta a EuSaenz

    Re: insistiendo...

    Ver mensaje de EuSaenz

    Más nanas y menos somníferos

    Un libro establece el canon español de las canciones de cuna, de Lope a Unamuno, y alerta sobre la desaparición del género por el declive de la oralidad

    JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid
    EL PAÍS - Cultura - 29-10-2009

    "A mis hijos nunca les he andado mareando con que su bisabuelo era famoso", dice Mercedes de Unamuno. "Ahí tenían sus obras por si querían leerlas". Ella y su hermana Salomé, sentada a su lado, las han leído bien. De hecho, recita de memoria la nana que su abuelo escribió cuando se enteró de que había nacido su primer nieto: "La media luna es una cuna / ¿y quién la mece? / Y el niño de la media luna / ¿para quién crece?". Cuando la compuso, el autor de Niebla vivía en Hendaya desterrado por la dictadura de Primo de Rivera.
    Las dos hermanas Unamuno se han reunido en el Hotel Kafka de Madrid con Elena Diego (hija de Gerardo Diego) y Teresa Marquina (nieta de Eduardo Marquina), entre otros herederos, para hablar de poemas que, en muchos casos, esos poetas escribieron para ellos y que ahora aparecen recopilados en El gran libro de las nanas (El Aleph), preparado por la escritora Carme Riera. El libro, con pretensiones de canon definitivo en un tiempo, como dice la antóloga, "en que la oralidad está en declive", reúne las canciones de cuna más famosas de la lengua española desde la Edad Media al siglo XXI, de los textos anónimos a los de Rafael Alberti pasando por Gómez Manrique, que alrededor de 1458 firmó la primera nana de autor conocido.

    Si bien las Unamuno no llegaron a convivir con su abuelo, Elena Diego cuenta que se enteró de que su padre era escritor ya "mayorceja", a los 13 años. Fue en 1948, el año en que el poeta de la generación del 27 entró en la Real Academia Española (RAE): "Fui a la ceremonia de ingreso, que se convirtió en la escenificación de algo que había estado escondido". También en el caso de Teresa Marquina la poesía de su abuelo vivía en un mundo aparte: "Era mi abuela la que nos cantaba".

    Si hasta el siglo XIX los niños eran poco menos que mano de obra, las nanas eran hasta entonces cosa de mujeres, es decir, carne de anonimato. Y no sólo porque el concepto de autoría sea un invento tardío, sino porque las mujeres no solían abandonar las cuatro paredes de su casa. "Las primeras nanas firmadas por hombres -Lope de Vega, por ejemplo- son poemas 'a lo divino': la madre es la Virgen María y el niño, Jesucristo", explica Carme Riera que, retocando a Azorín, resume: "La historia de las nanas es también la historia de la sensibilidad".

    "En el siglo XX la canción de cuna se convierte en un género literario", continúa la escritora. "Algunas se tiñen de ironía y otras, de dramatismo. Ya no son sólo poemas para niños". Lejos de los cancioneros anónimos, que durante siglos alimentaron el flamenco, ahí están la canción para despertar a un pie dormido de Gloria Fuertes, la de José Hierro para dormir a un preso o las celebérrimas nanas de la cebolla de Miguel Hernández. Con todo, el género nunca fue políticamente correcto. La amenaza mayor recibe siempre nombres poco favorables al multiculturalismo: del inefable coco al moro, el judío, la mano negra o la gitana.

    Muchos de esos nombres los recoge Lorca en una célebre conferencia que, en 1928, dedicó al tema. En ella, el poeta granadino insiste en "la aguda tristeza" de las canciones de cuna españolas. No debemos olvidar, dice, que sus inventoras son las mujeres pobres "cuyos niños son para ellas una carga". Y son ellas las que llevan "este pan melancólico" a las casas de los ricos. Carme Riera no está muy de acuerdo: "Lorca confunde monotonía con melancolía: el objetivo de una nana es que un niño se duerma". Y mezclando el arte menor con los somníferos, añade: "Su tono ha de ser monocorde y no muy alegre. Si nos cantaran más nanas nos ahorraríamos mucho en orfidales".

    #24
    Dblt
    en respuesta a JACS

    Re: insistiendo...

    Ver mensaje de JACS

    Pero antes las mujeres y aún mucha svivas, viven con mucha alegría lo que para otros son tristezas.

    Te voy a poner un bonito ejemplo:
    Aun hay señoras alegres alegres que pasan de los 80 años, que hace ya 20 que tienen el ajuar preparado para cuando las vistan para su última morada.

    Y en mi pueblo hay señoras vivas que tienen ya su nombre escrito en la lápida en el cementerio, junto al de su marido difunto...así se ahorran un pico. Y cuando llevas a los nenes al cementiro supongo que deben decir:
    ¿La abuela ya se ha muerto?
    pues esta mañana andaba haciendo las camas.

    Nunca ha habido tantos niños con depresión como en ésta sociedad actual, y niños tan serios. No os fijais que los niños hoy en día son todos muy serios...no lo entiendo, lo tienen todo para reirse, y casi ni rien.

    Buneos cavas

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