Cuando el terruño supera a la variedad...

43 respuestas
    #33
    Álvaro Girón
    en respuesta a Apicio

    Re: Cuando el terruño supera a la variedad...

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    Al final, o al principio, según se quiera, la máxima expresión de terruño/terroir (ya sé que no es lo mismo) en España es Jerez, y hace algunas décadas lo era aún mucho más. Yo sé que no me lloverán los aplausos insistiendo en este asunto, pero por ahí van algunos reflexiones a vuela pluma:

    a)La crianza de los vinos de Jerez, y muy singularmente la crianza biológica, no sólo "añade" (carácter de flor, acetaldehido), sino que desvela el carácter calizo ya presente en el vino desde que éste es mosto. Lo desnuda de su carácter frutal y glicérico para que hable la tierra. Pocos vinos expresan mejor la tierra de la que proceden que algunos finos y manzanillas que todos tenemos en mente.

    b) La aparente pariente pobre, la palomino, no lo es tal si se entiende lo que son realmente los jereces. Se adapta singularmente bien a lo que se pretende desde el principio: dar a luz un vino de extraordinaria finura que no obstruya la manifestación de los vinos marcados por la flor y la albariza. Su grandeza es su aparente modestia. Nunca dará vinos varietales, pero es un vehículo formidable para la expresión del terruño. No es por ello casual que fuera una variedad que se comenzara a imponer en el Marco, al menos una centena de años antes que la filoxera irrumpiera en el viñedo jerezano. Y eso que había decenas de variedades antes de que llegara la fatídica plaga.

    c)La mezcla, en este caso, no se opone a un conocimiento exhaustivo del terruño. Antes al contrario, se beneficia -o mejor, se beneficiaba de él-. Manuel Barbadillo, por ejemplo, comentaba que en otros tiempos, se solían fermentar conjuntamente los mostos de albarizas, barros y arenas en proporciones casi exactas para la obtención de vinos base que fueran adecuados para la elaboración de manzanillas. Obviamente, ello llevaba aparejado conocer exactamente cuáles eran no sólo los mejores pagos de albariza, sino también los de barros y arenas. Léan, si tienen ocasión, la prolija clasificación que Manuel Barbadillo hace de los pagos sanluqueños y sus calidades.

    d) Desde siempre hubo vinos de pago o finca en Jerez. Las etiquetas antiguas testimonian hasta qué punto estaba extendida su práctica. Hay división entre distintos pagos, al menos, desde el siglo XVIII.

    e) La relación entre naturaleza y cultura en bodega no se reduce en Jerez a la manipulación humana. El capataz, el enólogo, tratan de conducir -si no pastorear- de la mejor manera posible procesos naturales que difícilmente se pueden forzar. La bodega es también "terruño" porque cada casco de bodega -por no decir cada solera- cria un balance distinto entre las distintas levaduras presentes en el velo de flor. Y su desarrollo depende decisivamente de microclimas locales. Levaduras autóctonas que en todo caso, conviene recordalo, presentes ya en la viña y que están filogenéticamente emparentadas con las de fermentación.

    No es lo mismo una bodega en Sanlúcar que en El Puerto o Jerez. Pero tampoco es lo mismo una bodega en el barrio marinero sanluqueño que en el barrio alto. Del bodeguero depende respetar el carácter de cada casco bodeguero, o hacer un cabeceo teniendo en cuenta las características de cada "terruño" bodeguero. Recuérdese, en todo caso, que la mezcla se hace, desde el principio, desde un conocimiento exhaustivo de los componentes.

    f) La solera es la unidad básica que da sentido a los vinos de Jerez. Pero por mucha "inercia" que tenga una solera, su carácter puede verse desvirtuado si los mostos que la rocían no responden a un estilo determinado. La solera de Inocente puede ser magnífica, pero con el tiempo mutaría de carácter si dejara de ser alimentada por un viñedo determinado que todos tenemos en mente.

    g) Hoy los finos y manzanillas de pago son prácticamente simbólicos. Con lo que la expresión individualizada de pagos y fincas en forma de vino se ve frustrada en gran medida. Queda en pie, sin embargo, un formidable esqueleto calizo hasta en las manzanillas y finos más comerciales, a pesar de todos los pesares ¿Por qué? Porque hoy en día ya no hay prácticamente mostos circulando de procedencias dudosas y la superficie de viñedo vuelve a sus límites históricos dada la profundidad de la crisis. Y la viña ya no la encontramos prácticamente en las llanuras de bujeo o en los barros y arenas, sino resistiendo desafiante en lo más alto de las colinas de albariza. A pesar de todos los pesares, la tierra sigue hablando en Jerez como en casi ningún otro sitio de España.

    #34
    Gabriel Haro
    en respuesta a Apicio

    Re: Cuando el terruño supera a la variedad...

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    Claro, estamos de acuerdo para elaborar un "buen vino", debemos jugar con esas premisas, y no me desdigo de mis palabras. Ahora bién, no es por enrocarme en mi posicion, pero me cuesta creer en la negacion absoluta, quizas puede ser debido a mi ignorancia, o que sea demasiado bueno, o lo que sea. Yo me pregunto: ¿podemos negar los cuatro puntos expuestos mas arriba en terminos absolutos, a la mayoria de los vinos?. Me puedes decir, claro Gabriel, si este vino es de mezcla de varias uvas de distintos pueblos, o depende de que partida sea esta marca, proviene de tal sitio. Claro, no te lo voya negar, y tampoco estoy seguro, pero aqui podemos decir, que este concepto de terroir esta diluido, en el vino, pero nunca en absoluto.

    Alguien decía, que a donde este termino mas se podía cuestionar era en el ambito cultural, si claro, puede ser, pero vemos las fotografias antigias de mucho de nuestros pueblos, esto no lo debemos replantear, o si escuchamos canciones tradicionales de las Castillas, o de otros lugares, pues tambien es una cuestion a tener en cuenta.

    Otra cosa es que unas actividades en la viña, como en el campo sean cuestionables, y discutibles, seguramente algunas sean incorrectas, males adaptaciones.

    Eso si, quizás sea mas divertido descorchar botellas.

    Salud.

    #35
    Gabriel Haro
    en respuesta a Álvaro Girón

    Re: Cuando el terruño supera a la variedad...

    Ver mensaje de Álvaro Girón

    La verdad Alvaro yo no estoy seguro si los vinos del Marco, son los vinos de este país con mayor terruño. Lo que es cierto, que son vinos magnificos, y claro terruño deben de tener, pero cuando ya se encabezan con alcohol, el uso de criaderas y soleras, esto seguramente le reste identidad a la fuente de estos vinos. Aunque esto no debe sonar como menosprecio a estos caldos, que a mi me gustan, lo unico que yo no puedo tomar mas de una copa.

    Saludos cordiales desde La Manchuela.

    #36
    Álvaro Girón
    en respuesta a Gabriel Haro

    Re: Cuando el terruño supera a la variedad...

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    Dejando al margen el tema del encabezado alcohólico (tema sobre el que hemos discutido en otro hilo hace tiempo y sobre el que no nos pondremos de acuerdo),y refiriéndome al tema las soleras/criaderas, no acabo de ver el motivo por el cual el sistema "resta identidad a la fuente de estos vinos". Lo más que se puede decir sobre el sistema de soleras al respecto es que no hay variación de añada a añada (pero sí de saca, ojo), lo cual ni quita ni pone al tema de la "identidad". No entiendo la razón por la cual una solera refrescada desde tiempo inmemorial por mosto de un solo pago, donde la madera misma memoriza la historia de las distintas añadas, donde el roble está literalmente contaminado por las levaduras autóctonas procedentes de la viña misma, ha de tener poca identidad. Uno diría que el sistema de soleras iría un paso más allá que el sistema de añadas, porque ese vino llevaría en sí una parte muy importante de la historia natural de la viña misma durante un buen segmento de décadas, más allá de contingencias de año a año que pudieran enmascarar su verdadero carácter.

    En cuanto al tema gustos, ahí no me meto.

    #37
    Apicio
    en respuesta a Álvaro Girón

    Re: Cuando el terruño supera a la variedad...

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    Cierto es Alvaro que los vinos de Jerez y Sanlucar son posiblemente la excepción, un nivel de calidad abrumador que debería hacer replantearse muchas cosas al resto de las DO y muchísima identidad, y digo identidad porque entiendo que el concepto Terruño o como lo queramos llamar es una realidad exclusivamente individual.

    En Jerez con en Champagne hay una tipicidad manifiesta y creo que tan solo podemos hablar de Terroir al hablar de vinos en los que desde las sobretablas hasta la solera todos los vinos procedan de un pago, en el resto de vinos, como pasa en los mejores vinos de Cramant, de Avize o de Le Mesnil la crianza sobre las lias finas en champagne o bajo velo en Jerez/Sanlúcar no hace otra cosa que permitir que se exprese en dosis iguales toda la potencia, armonia y finura de la mineralidad calcárea, pero ya han perdido su individualidad, como un Mersault genérico que muestra el carácter Mersault pero no la "redondez" de un Charmes ni la salinidad de un Perrieres.

    Como decía en otro post debemos de comenzar a separar los conceptos: Tipicidad - Terroir - Grandeza. Tenemos soberbios vinos con dosis increibles de Tipicidad (el otro dia tomé un Riscal GR 150 Aniversario 2001 y no diré que fuera un vino de Terroir pero si creo que era un magnífico vino que además mostraba todo el carácter de los Rioja de siempre, tipicidad), otros que podemos decir que son vinos de Terroir pese a tal vez no ser grandes y vinos grandes mas allá de la tipicidad de la zona.

    #38
    Álvaro Girón
    en respuesta a Apicio

    Re: Cuando el terruño supera a la variedad...

    Ver mensaje de Apicio

    Entiendo perfectamente lo que dices y me es de mucha utilidad para afinar aún más lo que yo realmente pienso. El problema es que allí donde hay una tradición -en este caso magistral- de hacer mezclas, o donde hay procesos poco convencionales de crianza, como es en el caso de Champagne y Jerez, la gente muy erroneamente tiende a pensar que la viña pinta más bien poco, que todo es el proceso de crianza. Y lo que conviene decir, yo diría que es imperativo decir, es que estos gloriosos vinos "de mezcla" puede que no se adapten del todo a un concepto canónico de "terroir", pero que sin la viña -en este caso "las viñas" de una zona geográfica determinada- no tendrían sentido. Es cierto que en ese aspecto concreto puede muy bien que en Jerez se hayan dado pasos atrás (dentro de un proceso general de tecnificación generalmente positivo), ya que lo que antes se hacía en los lagares de cada viña, hoy se centraliza en grandes depósitos donde difícilmente se discrimina lo que viene de cada pago o viña. Quiero decir con ello que antes la mezcla se hacía desde el conocimiento del producto de cada pago y viña, y hoy desgraciadamente no es así -aunque haya algunas significativas excepciones- limitándose el bodeguero a asegurarse que lo que llega a las soleras tiene una calidad media suficiente para reemplazarlas. En todo caso, todo ello ha sido contrabalanceado por el hecho que antes mencioné: a día de hoy la superficie plantada de viña en Jerez se yergue, en líneas generales, sobre pagos de primera calidad. Pero uno no deja de pensar que si alguna vez el Marco quiere volver a asomar la cabeza, la viña debería de tener la misma consideración que gozaba hace no más de 40 años.

    En el caso de Jerez hay, además, complicaciones añadidas que hacen difícil trasladar/traducir el concepto de terroir, lo cual no quiere decir en absoluto que el "terruño" en un sentido amplio no tenga un importantísimo papel. Yo creo que si se entiende la historia del jerez, ésto se puede entender aún mejor. En Jerez-Sanlúcar-El Puerto no hemos tenido un Marqués de Murrieta o un Marqués de Riscal que se hayan asomado al otro lado de los Pirineos para aprender e imitar lo que hacían nuestros vecinos, sino que décadas antes -por no decir un siglo antes- los habitantes de ese rincón del sur -españoles y extranjeros naturalizados en la zona desde hacía mucho tiempo- habían desarrollado una manera idiosincrática de hacer vino para la exportación. Dicho de otra forma, las técnicas de vinificación y crianza, la viticultura, la propia relación entre viña y vino poco o nada deben a las enseñanzas de nuestros vecinos del norte, que son, por el contrario, determinantes para la mayor parte del mundo del vino. Hasta tal punto es idiosincrático Jerez, que ha llegado a desarrollar un lenguaje de cata propio (no es tan fácil traducir lo que es un vino "gordo", "lleno", "vacío", "sordo", "mantecoso", "desmayao" para el neófito, por buen catador que sea). No es extraño que uno de los problemas importantes del Marco sea, precisamente, vender por el mundo un vino tan distinto. Tan distinto es, que lo que en Jerez puede ser considerado como virtuso(salino, punzante, con fuerte presencia de acetaldehido), en el resto del mundo del vino es generalizadamente considerado como abominable. Bajo esas condiciones, difíciles son las transferencias de un universo cultural al otro.

    En lo que nos ocupa, el elemento que hace que el concepto de "terroir" -en el sentido micro del término- no acabe de encajar del todo bien con Jerez es la solera. Porque en Jerez las decisiones se toman en función del estilo/carácter de la solera, en el mantenimiento o no de un estilo propio. Aquí no hay vinos de autor, aunque se puedan hacer modificaciones en un guión ya escrito. Como decía Manuel Barbadillo, cuando uno compra una solera uno "compra el tiempo". Yo añadiría que se compra una confluencia hecha vino entre historia humana -las decisiones de en algunos casos varias generaciones de capataces, enólogos y bodegueros- e historia natural -una sucesión de variables cosechas, el rastro que dejan decenas de años de acción de velo de flor bajo un microclima determinado en vino y madera-

    Ahora bien, ¿quiere decir que la viña pinta poco? En absoluto. No todos los mostos encajan bien con el estilo de la solera. Hay ejemplos interesantísimos de cómo determinados bodegueros, una vez comprada una solera, decidían refrescarla exclusivamente con vinos de un pago determinado que creían que podía reforzar ese estilo determinado. Por otro lado, nos encontramos con el caso -a día de hoy minoritario- de soleras que desde un principio han sido refrescadas exclusivamente con vinos de un solo pago. Yo diría que aquí si encontramos puntos de anclaje sobrados que nos pueden hacer afirmar que éstos son -de manera radical- vinos de terroir. Es el vino mismo el que refleja décadas de historia de fidelidad a una viña.

    #39
    Gabriel Haro
    en respuesta a Álvaro Girón

    Re: Cuando el terruño supera a la variedad...

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    Si, hemos tenido varias discursiones sobre este tema, y para mi algunas me han enseñado cosas, que yo tenía mal adquiridas, por ejemplo que no se puede hacer la misma distincion en los vinos generosos y los llamados tranquilos con el asunto de la piel de naranja en la pared de cristal de una copa de vino. Su explicación me parecio muy logica y llena de criterio. En la otra fue que yo dije que en este tipo de vinos, a mi parecer tiene mas importancia el trabajo en bodega que en la viña, y claro usted no estaba de acuerdo, pero yo nunca dije que el trabajo de la viña sea irrelevante, porque eso no se puede pensar.

    Ahora bién, yo voy a intentar explicarme, porque creó que tiene en este tipo de vinos tiene mas peso especifico el de bodega, que el de la viña y el terroir de estos caldos, que lo tienen para mi, pero no se encierra o lo debemos buscar como en otros vinos. Ademas creó, que de principio las filosofias de trabajo y de elaboracion son muy diferentes, por ello debemos verlo de diferente prisma.

    La uva que obtenemos de un viñedo, es el producto final de la planta, que ha catalizado en ella, unas condiciones de suelo, de clima, y como unas labores agricolas en el viñedo. Estas labores son innumerables como son: labranza, poda, sarmentar, espuntar el viñedo, hacer el esforgo, quitar caballete, vendimia en verde, hasta su recoleccion del preciado fruto. Por tanto no podemos decir que el trabajo en la viña es innecesario. Aqui hay una cosa importante, esta uva tendra un grado de azucares en la baya, que una mez motulado las uvas y su fermentacion de los mostos, nos dara un grado alcoholico. Si a este vino lo encabezamos con alcohol, ¿no estamos restando identidad a lo que nosotros recogimos en la viña?. Porque ya tenemos un producto que en una de sus partes fundamentales ha sido alterado y que en el viñedo no puede dar directamente esos vinos con esa graduacion alcoholica.

    De verdad, que decir para mi esto no le resta grandeza a estos vinos, y si alguien se siente molesto pues pido mis dsculpas. Digo, que estos vinos el trabajo en bodega tiene mayor peso especifico, porque todo el trabajo de soleras y criaderas, se da en bodega. Es aqui, donde yo creo, que el terroir de estos vinos tiene su mayor expresion, porque puede que las condiciones especiales que se da el El Marco, no se de igual manera en otro lugar del planeta, y claro tenemos las condiciones socioculturales de bodega, y esto me imagino que habra que buscarlo historicamente. que generacion tras generacion habran comprendido mjor todos estos procesos de las soleras, como las crianzas biologicas. Tambien ayudados por la investigacion, como por el proceso de error y acierto, cuando ha habido problemas en estos menesteres.

    Por lo dicho en el punto último esto del terroir no se le puede negar a estos vinos. No se usted como lo vera, pero creo que no debemos caer en el derrotismo, o dejar carer la lapidaria frase: "No tuvimos personas que se fijaron en nuestros vecinos del norte". Si, creo que lleva parte de razon, pero no vale las lamentaciones, no se deberiamos pensar, en dar conocer nuestro patrimonio, sin caer en el amor ciego. Para amar las cosas hay que conocerlas primero, se nos debe enseñar, mostrar nuestras cosas buenas como malas, y como no vamos a tener cosas merecedoras de dar a nuestros vecinos. No se Álvaro, también nos ha pasado en el campo de la música, hemos tenido grandes compositores, que por desgracia no lo enseñaron los britanicos, antes de darnos cuenta, no se por ejemplo Alonso Mudarra, gran compositor sevillano,, como catalanes que trabajaron en la catedral de Toledo, y mas y mas. pero debemos enseñarlo.

    Gracias por leer esto, que en principio no pensaba en contestar, que es solo mi punto de vista, puede que equivocado, pero no hay mala fe en ella.

    Gabriel.

    #40
    Álvaro Girón
    en respuesta a Gabriel Haro

    Re: Cuando el terruño supera a la variedad...

    Ver mensaje de Gabriel Haro

    Gabriel, por favor, no nos hablemos de usted, porque yo -o al menos éso es lo que pretendo- quisiera debatir en de la manera más afectuosa posible, aunque en el fondo de la cuestión manifestemos claramente nuestras discrepancias. Sobre el tema del encabezado alcohólico: ¿Lo que dices también lo aplicas a los oportos de quinta como el Noval? En cuanto a alteraciones: ¿es el encabezado alcohólico más o menos relevante que la chaptalización o añadir ácido tartárico? ¿o también la adición de sulfuroso es una violación insalvable del código de circulación? Porque por esa vía muy bien podemos llegar a la conclusión que los únicos vinos de terruño son los biodinámicos.

    ¿Derrotismo? Debo explicarme realmente mal, porque quería decir exactamente lo contrario. En Jerez se hacen algunos de los mejores vinos del mundo desde hace más de doscientos años sin necesidad de haber hecho uso del bagaje conceptual y de técnicas que otras zonas vitivinícolas del mundo importaron en su momento de Francia. Es decir, se creó por un largo proceso de decantación histórica, uno de los monumentos más importantes de la vitivinicultura mundiales de manera relativamente autónoma. Es más, como ya decía Boutelou en 1807, estoy plenamente convencido de que se trata de una vitinicultura plenamente adaptada a las condiciones de clima y suelo de ese rincón de Andalucía. Lo único que quería decir, y no voy a insistir más en el tema porque ésto podría ser muy pesado para el resto de contertulios, es que el hecho de haber creado una tradición propia de hacer y entender el vino hace más difícil la traducción de unos conceptos foráneos -como el de terroir- a la realidad jerezana. Y lo siguiente que quería decir es que aunque el concepto de terroir sea difícil de traducir a los vinos de Jerez, ello no quiere decir, ni mucho menos, que la viña no tenga, aquí también, una importancia capital.

    Soleras. Creo que hay un error de base cuando se establece en los vinos de Jerez una barrera infranqueable, una suerte de segmentación, entre naturaleza (la viña), y cultura (la bodega, el dominio de la manipulación humana). Independientemente que el alto desarrollo histórico que la viticultura ha alcanzado en el Marco (léase una vez más el clásico de Boutelou) no casa nada bien con la escasa importancia que le asignan los que nunca han pisado una viña del Marco, tampoco esa idea de la bodega jerezana como el reino de la manipulación inteligente encaja bien con la realidad. Los grandes vinos de Jerez no son el resultado, como muchos pretenden, de agarrar un vino blanco de escasa graduación alcohólica, sin vicio ni virtud (los mostos de palomino), y convertirlo gracias a la manipulación de capataces, enólogos y bodegueros en una suerte de cisne blanco. Puede ser, como decía Manuel Barbadillo, que la bodega sea la universidad del vino, pero no es menos cierto que si el vino no tiene condiciones desde el principio, difícilmente llegará a graduarse. Si no fuera así, ¿cómo explicar que históricamente los mostos de albariza se hayan pagado a un precio sustancialmente superior que a los de barros y arenas? ¿por qué las bodegas se gastaban cantidades millonarias en la adquisición de fincas en los grandes pagos? Lo que se hace en Jerez, y en el caso de la crianza biológica ésta es una verdad como un templo, es sacar toda la potencialidad que tiene un vino desde la viña: es una crianza a favor de la plena expresión del terruño, no una crianza que enmascare el terruño. Dicho de otra forma: el trabajo en bodega hace que hable la viña, y más que la viña, la propia albariza. En el caso de la crianza bajo velo, además, la idea de que capataces y enólogos actuan como una especie de perfunistas que van mezclando aquí y allá para obtener un resultado predeterminado es radicalmente falsa. Lo que intentan, con no pocas incertidumbres, capataces y enólogos, es intentar "conducir" en lo posible un proceso natural que, en efecto, tienen lugar en bodega, pero que hunde sus raíces en la propia viña. Quiero decir con esto dos cosas: a) que la segmentación radical entre bodega y viña carece de sentido porque el velo de flor, en última instancia, procede de la viña misma; b) que en bodega se siguen activando procesos naturales que tratan de ser "pastoreados" por los humanos, pero que en ningún caso responden a un plan predeterminado por ellos.

    En cuanto a la mala fe, no puede haberla en un debate franco como éste. Y no me molesta intercambiar ideas, antes al contrario.

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