Tintos que duran y duran... sin acabar

Desde hace algún tiempo me ocurre algo en casa que me hace reflexionar. La mayor parte de los vinos que he comprado en los últimos años han sido del tipo tintos modernos de nuevas marcas. El problema que encuentro es que estos vinos poderosos, con falta de botella (en algunos casos no creo que la botella los pueda ";arreglar";):

a) Suelen maridar mal con muchas comidas ligeras que preparo.

b) Se beben con dificultad (especialmente cuando tu pareja no te ayuda mucho :-) y la botella suele tomarse en 3 días distintos (y a veces suficientemente espaciados como para que el vino se haya oxidado ya más de la cuenta).

Total, que con cada vez mayor frecuencia acabo quedándome con botellas con un tercio por tomar, ya oxidadas y que no sé si guardar para cocinar o tirar directamente al fregadero. Ahora mismo tengo cuatro botellas en esa situación en mi frigo. Y, desde luego, la mayoría de esos tintos no eran baratos y el perder ese tercio de líquido hace que esas botellas me hayan costado realmente un 30-40% más.

Mientras tanto, cada vez me gusta más preparar la cena tomándome un par de copas de fino o manzanilla. Ese ";15% refrescante"; como dice Jancis (muy recomendable leer su artículo sobre el vino español publicado en el foro en inglés: https://www.verema.com/en/forum/message.asp?message=641) crea adicción y muchas veces, como en las últimas cenas, sigo con el fino a pesar de que me he traído el tinto de rigor para ver si consigo acabarlo.

Total, que los finos-manzanillas que me salen baratísimos los tomo con placer, les encuentro complejidad y, lo mejor, maridan con casi todas las cenas que preparo.

En cambio, esos tintos potentes me cuestan de beber y de maridar. Dan para hacer la ficha de rigor inicial con la primera copa y luego... duran y duran...

Conclusión: Creo que he comprado demasiado vino tinto del mismo tipo en mi bodega, que tengo a reventar.

¿A alguien más le está pasando lo mismo o lo mío me lo tengo que hacer mirar? :-)