Viñas viejas en Priorato

Nada, nada mal.

Saludos.

A lo mejor que se han pasado muchos años para ver luz a una inversión y quizás llegado el momento (a caso no es lícito?) se lo cobran (o no es merecido?), la pena de esto son los que pasan de la fase A (inversión y ver envejecer las viñas) a la B, es decir beneficios inmediatos, y por eso entiendo que este sector ha de tener un punto de romántico.

También alguien me hacía una reflexión que recuerdo bien, a caso se oye de muchos bodegueros que cierren por quiebra?

No obstante lo que comentaba anteriormente, no es que viña joven = mal vino etc... etc..., sino, para sacar máxima personalidad a un vino es necesario viña vieja, es decir para el paso de muy bueno a excelente. Quede claro de muy bueno a excelente o con marcada personalidad.

Saludos.

Supongo que para la excelencia necesitaremos que todo sea lo mejor posible, por tanto la viña ha de ser la mejor posible.

No creo que la joven lo sea, aunque no sé si es mejor una viña muy vieja o una viña con la edad, raices y todo lo demás óptimas... ¿Quién sabe?

¿Antes que pasaba?, pues nada absolutamente nada, ya que esta región estaba sumida en la mas triste pobreza.

Al fin y al cabo, se habren los negocios para hacer dinero, por que ";Para hacer de p.....y no ganar nada, vale mas ser mujer honrada";.
Lo que pasa que este terreno se tiene que conocer y sino eres de aquí no se puede entender. Falta mas información al consumidor sobre como se trabaja esta viña, sino no se entienden los precios. Y es una pena que se digan cosas que no son.

Las nuevas cepas se plantan acabando el invierno, y justo antes de las primeras lluvias de la primavera. Tb pueden plantarse en verano, a través de los sistemas de pots, o pequeñas cepas plantadas en macetas, pero este sistema requiere mayor riego y prevención.
Las cepas plantadas en febero- marzo, ya en su primera tierna edad, son capaces de darnos sus primeras uvas, pero es necesario quitarles durante los tres primeros años los frutos, para que sus fuerzas, sus reservas, se utilicen principalmente en enraizar.
Hasta los diez años trabajarán ya con energia, pero conseguir una buena calidad de estas plantas requiere una parte de sacrificio del viticultor, que no siempre es capaz de asumir, sobretodo teniendo en cuenta de que la producción y la calidad, en esta etapa, van muy reñidas.

Regar o no regar, en esta primera etapa, es el meollo, seguramente unos riegos estudiados, planificados, como José Luis Pérez apunta, serían beneficiosos para la calidad en estos primeros años, pero, este riego tiene dos puntos negativos a mi entender:

-Si el riego ha de ser equilibrado, supone un esfuerzo en tecnología, J.Luis tiene un sistema informático, de gráficos estilo sismógrafo que advierten en cada momento de la humedad del subsuelo etc, que deben costar un dineral, aunque impresionan, palabra de honor, pero que no están en la mano de los viticultores medianos.
-Si el riego no es equilibrado, lo que estamos haciendo es el tonto, es decir, o bien no sirve para nada, o estamos favoreciendo una super-producción más allá de la capacidad radicular, foliar etc de la planta y por tanto, mermando la calidad y la capacidad de enraizar de las nuevas plantas, pan para hoy, hambre para mañana.

Hasta los 3 años, la planta es un bebé.
D los tres a los 10 es un adolescente, al menos tan difícil de entender y de predecir como estos.
Conseguir buenas calidades en estos siete años está en manos del viticultor, y por supuesto del enólogo que controla los viñedos. Si se prima la constancia y la calidad, y no la producción tenemos la primera baza ganada, pero existen otras técnicas, como controlar la superficie foliar según la añada y las condiciones climáticas, podas en verde, desgranar racimos donde veamos granos que no maduran bien, escoger los racimos alargados y sueltos y desdeñar los apelotonamientos, dibujar cada cepa según un diseño de separación entre racimos y hojas, mantener las hojas que cubren cada racimo controlar, etc, esto supone, además de los tratamientos fitosanitarios menos agresivos y con productos biológicos, o al menos de características probadas, un sobreesfuerzo para el viticultor, que de alguna manera debe ver compensada esta situación, por tanto trabajar bien, nunca es barato.