Vega Sicilia Unico 2011. Precio y reflexiones

Recuerdo, como si fuera hoy, la compra de mi primer Vega Sicilia Único. Fue el Único 1995, año de mi boda. Y recuerdo también lo que fue tenerlo entre mis manos esa primera vez, las sensaciones que ello supuso.

Han trascurrido unos cuantos años -más de 15, se dice fácil- desde aquel momento. Y he tenido la oportunidad de conocer ese vino a fondo, desde el 53 hasta el 99. Este año, posiblemente, comenzaré a probar alguno de los del nuevo siglo, siempre con una mirada atrás, de vez en cuando, a los que han forjado la leyenda de esta marca.

Sin embargo, corto parece que será el recorrido en el nuevo siglo, como mucho a la primera década, pues no parece que se vaya a adentrar en la segunda década del siglo XXI a la vista de los precios a los que se está cotizando el vino en cuestión.

El de 1995 me costó 160 euros. El 2011 se mueve entre los 320 y 350 euros. Mucha tela, el doble en 16 años. Ya pasó con el 2010, que traspasó la barrera psicológica de los 300 euros en la práctica totalidad de las webs, y ahí sigue ofertado, por supuesto, en la inmensa mayoría de ellas. Y el Reserva Especial 2021 casi a 500 euros, palabras mayores.

Que es un vino de nivel mundial nadie lo duda. Que lo bueno debe pagarse, tampoco. Y que todo se encarece, sin duda ¿Pero de verdad esta línea ascedente va a seguir en los años sucesivos? A este ritmo, el Único 2014 se pondrá en más 400 euros.

Por comparar, me he metido hoy a darle una vuelta a las múltiples webs de vinos que tengo registradas. En alguna de ellas he visto vinos de renombre, también mundial, a ese mismo precio -pongamos el Lafleur, el Penfolds Grange o el Opus One-, lo que, por lo menos a mi, siempre me despierta más curiosidad, siquiera sea por la novedad, o por haberlos bebido menos.

Y al final el Vega Sicilia en cuestión ha vuelto ha ser desechado, como ya sucediera con el 2010: 1 Cristal 2012, 2 Napanook de Moueix 2015 y 2 Tara Pinot Noir Chilenos 2016 le han ganado, en conjunto, la partida. Y aún me ha sobrado un poco de dinero, poco, eso sí, para un par de cruasanes para el desayuno de mañana :-)

Sé que por ello no se va a hundir la empresa -menos tras la publicidad dada por LeBron James, que algo más de tirón que yo tiene-. Cosa que, por otra parte, ni quiero ni de lejos pretendo. Pero la fidelidad tiene también sus límites en términos económicos, tanto más si no gozas de un cupo. Habrá, pues, que buscarlo en alguna oferta/descuento o entre algún alma caritativa que lo ofrezca a un precio más razonable.

O no, ya veremos. Y esto último sí que sería una verdadera lástima.