II Cata de Champagnes "Prestige" Viejunos

Fecha: Viernes 28 de Agosto de 2015

Lugar: Restaurante Alabaster (Madrid)

Ya dijimos cuando contábamos la primera cata de champagnes maduros que nos habíamos quedado con ganas de más. Así que nos pusimos manos a la obra para componer una segunda sesión a la altura de la anterior. El resultado es lo que a continuación contaré.

Dadas las fechas, terminando el verano, (sí, he tardado lo mío en hacer esta “crónica”, 2 meses, lo sé) hicimos una excepción y programamos cena en vez de comida. Elegimos el restaurante Alabaster y fue sin duda un acierto, tanto por ambiente (un reservado en el que estuvimos estupendamente a nuestras anchas) como por atención (qué grandes profesionales, qué atentos a todo lo que necesitáramos) y, por encima de todo, por un soberbio menú diseñado para la ocasión.

Como de costumbre, os dejo el enlace a la reseña de Eugenio por si queréis ver los detalles:

https://www.verema.com/restaurantes/107097-alabaster-madrid/valoraciones/1311277-cerramos-abrimos-curso-esta-excelente-casa

Para comenzar, y para no perder esa casi ya “costumbre” de poner algunas sorpresas a ciegas, tomamos un vermouth viejo Gancia Rosso (años 70), muy rico, con el punto de amargor justo, que nos dejó bien preparados para lo que venía.

Después, a modo de warm-up, un muy rico champagne de Charlot-Tanneaux, el Cuvée Elía, aportado por los amigos de Alavolé (gracias!).

Esta vez, la sesión estaba compuesta por 7 botellas más una servida a ciegas.

Todas las añadas servidas están calificadas como excelentes excepto la del 83 (MB). Fuimos catando de más joven a más viejo, y estas fueron mis sensaciones:

POL ROGER CUVEE SIR WINSTON CHURCHILL 1995

Casa fundada en 1849 (Epernay).

Cuvée creada en honor al célebre primer ministro británico por su predilección por esta casa, en especial, por su vintage del 28 (las malas lenguas dicen que  agotó las existencias y tuvo que pasarse al 34). La primera añada fue la de 1975 (10 años tras su muerte), e incluida la última, 2002, se han embotellado 14 añadas. Como curiosidad, este 95 es el último con este diseño de etiqueta.

Su composición exacta es “secreta” pero parece obvio que es mayoritariamente pinot noir con un aporte de chardonnay, con uvas de grand cru plantadas en los años 40 aprox.

Color oro dorado, con destellos verdosos, con mucha vivacidad, burbuja finísima y muy abundante.

Nariz muy intensa, con mucha raza, fresca y cítrica primero para dar paso a notas de manzana asada, hinojo, café y ligeras notas cremosas, la única concesión por el momento a tonos más dulces.

En boca muestra un carbónico vino pero muy integrado, austero, directo, con una acidez enorme y una gran vinosidad. Repite esos tonos de manzanas horneadas junto a apuntes cítricos (ralladura de limón), apuntes herbáceos y toques minerales, mantequilla salada. Final muy largo y sabroso.

Un champagne excelente en pleno desarrollo, lleno de garra, que no ha empezado aún su evolución. Con muchísimos años por delante.

[9.45]

DOM PERIGNON 1993

Marca top de Moët Chandon, perteneciente a LVMH, fundada en 1743 (Epernay). Su nombre proviene del monje Dom Perignon, que a finales del s. XVII inventó el champagne como hoy se conoce mediante la técnica de la segunda fermentación en botella, que evitaba que las botellas explotasen.

El primer vintage fue el de 1921, comercializado en 1936.

Chardonnay y pinot noir, en similar proporción, con 7 años de crianza. Añada bastante precoz.

Bonito color oro bruñido, con matices ambarinos. Limpio, brillante, con fina burbuja.

Nariz intensa y compleja, evolucionando, con muchos matices, muy barroca: bollería de crema, melocotón dulce, frutos secos, puntas de hierba fresca, aromas tostados, incluso setas.

En boca es muy amplio, expansivo, diría que opulento pero sin perder refinamiento, notas amieladas, ligeros cítricos, buena acidez, tacto cremoso, pan tostado… Final largo, muy placentero y sabroso, levemente cítrico.

Un champagne del que quizá esperábamos menos y sorprendió gratamente. Está en un punto magnífico. Uno de mis favoritos.

[9.55]

En este punto, se sirvió a ciegas una botella de Gran Juvé & Camps Gran Reserva 1998, en su punto, maduro pero con una buena evolución. Solo decir que no desentonó dados los miuras en liza creo que lo deja en buen lugar. Los presentes “cazaron “ la jugada y lo situaron en la DO Cava, aunque pensaron que era más joven de lo que realmente era.

PERRIER JOUET BELLE EPOQUE 1988

Fundada en 1811 (Epernay), hoy pertenenciente a Pernord Ricard. La primera añada fue la del 64.

Composición siempre muy similar: 50% Chardonnay, 45% Pinot noir, 5% Pinot Meunier. Añada fría.

Botella con esos grabados modernistas que siempre llaman la atención. Color amarillo dorado, con burbujas muy finas, casi etéreas.

En nariz tiene un perfil más maduro, con fruta en primer plano, de cierta dulcedumbre, nueces, café tostado, incluso caramelo. Elegante.

En boca continúa esa senda, parece más liviano, pero es elegante e incisivo (gran acidez), muy mineral, aparecen notas de petróleo, miel y orejones, mantequilla. Va creciendo con el tiempo en copa. Final largo.

Un perfil maduro de la chardonnay que quizá impresionó menos que otras botellas de la cata. Ojo, maduro no significa ni mucho menos en declive, aguantará aún lo suyo.

[9.2]   

L. ROEDERER CRISTAL 1983

Fundada en 1776 (Reims) y pertenece a la misma familia desde 1819, siendo una de las últimas grandes Maisons completamente independiente. Esta cuvée fue creada por expreso encargo del zar Nicolás II en 1876. El nombre viene porque para distinguir esa cuvée se utilizó una botella de cristal transparente y de culo plano.

55% Pinot Noir y 45% Chardonnay.

Sin duda, esta es una de las etiquetas que más impresionan en el mundo del vino.

Bonito color dorado con matices anaranjados y oro viejo. Burbuja muy fina y aún bien presente.

La nariz comienza algo más tímida que las botellas anteriores, pero cuando despierta despliega una paleta preciosa, fragrante y complejísima; inicia con tonos terrosos, hongos, incluso un punto salino, con fruta apagada para ir emergiendo los frutos secos (avellanas), toques cremosos sin ser dulzones, café, setas y ganando presencia frutal (manzana, ciruela amarilla).

Boca excelsa, fresca, esférica, con un carbónico muy bien integrado, con notas de manzana roja, más ácida que asada, mantequilla tostada, anacardos, excelente acidez, trazas minerales, que desemboca en un larguísimo final de gran calidad.

Tremenda vitalidad y frescura, creciendo todo el rato durante la cata. Partía como uno de los claros favoritos y cumplió los pronósticos, un champagne de un nivel altísimo, una gozada. Enorme.

[9.7]

BOLLINGER GRANDE ANNEE 1979

Fundada en 1829 en Aÿ. Pocas casas de Champagne tienen su fama y prestigio basada en su gran seriedad y regularidad, intachables a través de los años. Posee algunas de las viñas más viejas de toda la región y es uno de los escasos productores de la zona que fermenta sus vinos base en roble y con tapón de corcho.

La primera añada es la de 1976, ya que antes se comercializaba como “Vintage”.

Aprox. 65% Pinot Noir, 35% Chardonnay.

Color amarillo dorado profundo con reflejos color miel. Burbuja fina aún presente, aunque empieza a decaer.

Nariz envolvente, más compleja que intensa, más joven y vertical de lo que cabría esperar en un champagne de esta edad, aún afilada: notas de levadura y pan tostado, orejones, manzana, leves herbáceos (camomila) y notas ahumadas.

En boca mantiene esa verticalidad, es muy vinoso y mantiene una acidez endiablada para su edad; aparecen notas de setas, tonos amielados, mazapán y almendra tostada. Final largo, que deja un leve regusto a caramelo de miel y limón.

Gran botella, pura distinción y disfrute. Decir que Bollinger raramente defrauda es poco.

[9.55]

L. PERRIER GRAND SIECLE (años 70)

Fundada en 1812.

El nombre conmemora el s. XVII y al rey Luis XIV (el rey sol)  y la botella se inspira en las de aquella época. Su creador, Bernard de Nonancourt, lo concibió en contra de la tendencia imperante de hacer los vinos prestige de añada. La primera fue en 1959 y aún hoy es una mezcla de 3 añadas consideradas excelentes.

55% Chardonnay y 45% Pinot Noir, con unos 8 años de envejecimiento.

Color oro viejo, con escasa presencia de burbuja.

Nariz reducida de inicio: humedades, hongos, agua estancada. Pero se va viniendo arriba y se entrega con la clase de los buenos vinos viejos, apareciendo notas de manzana asada, leves matices dulzones (caramelo tostado), moka.

En boca tiene un tacto cremoso, es amplio, muy redondo ya, con la acidez muy medida pero que aún refresca el conjunto, repitiendo los matices captados en nariza. Buen final, bastante largo y sápido.

Gran evolución la que mostró en la copa este champagne, que causó una excelente impresión por sus buenas formas. Un champagne delicado y de precisa definición que hizo que algunos catadores lo incluyeran en su podio.

[9.3]

KRUG PRIVATE CUVEE RESERVE (años 50-60)

Fundada en 1843. Era el precursor del Grande Cuvée actual. Su fundador creó este vino con la idea de hacer todos los años un champagne de alto nivel sin que su calidad se viera afectada por los condicionantes de una cosecha.

Aprox. 51% Pinot Noir, 41% Chardonnay, 8% Pinot Meunier. Se usan 120 partidas diferentes de al menos 10 años distintos.

Cuando se abre una botella así, todo el mundo calla y la atención se concentra en ella.

Color ambarino, con destellos dorados y marrones, ligeramente velado y sin presencia de burbujas.

Nariz casi mágica, envolvente, complejísima, de las que uno no puede dejar de oler: croissant recién horneado, frutos secos, notas ahumadas, fruta blanca asada, leves amielados, corteza de naranja, trazas minerales… Bufff.

En boca tiene aún mucha garra, inunda la boca, con estructura, sabroso, notas frutales (manzana, ciruela, membrillo), setas, toffee y finos especiados, aun con la acidez muy viva. Final muy largo, ligeramente cítrico y amargoso.

Krug siempre es un mito hecho, pero estas viejas botellas siempre se rodean de un halo mágico que atrapa. Obviamente, se asemeja más a un gran vino borgoñón que a un champagne por esa escasez de carbónico, pero no hay duda de que es un vino enorme.Para casi la mitad de los catadores fue el mejor de la sesión.

[9.6]

Pero la cosa aún no había acabado. Champagne y Jerez tienen muchas similitudes, así que cuando Mario apareció con una botella Magnum de Zerej, dijimos ¿por qué no?

Para rematar la faena, este también a ciegas, llevé un raro Torres Sangre de Toro Abocado 1953, embotellado en 1957, que descolocó a los presentes, mostrando un nivel muy alto. Sin duda, acertado colofón a una cata de grandísimo nivel.

Como de costumbre, cada catador (fuimos 11) eligió su Oro, Plata y Bronce, sus tres mejores, y el podio resultante fue el siguiente:

1º L. Roederer Cristal 1983

      (votado por 10 catadores, 4 como primero)

            2º Krug Private Cuvée Reserve

                 (votado por 9 catadores, 5 como primero)

                        3º Bollinger Grande Annee 1979

                           (votado por 4 catadores, 1 como primero)

Muy ajustado el resultado entre Cristal y Krug y, luego, a mucha distancia, casi un cuádruple empate entre Bollinger, Dom Perignon 93, PE Winston Churchill 95 y Grand Siecle.

El listón ha quedado muy, muy alto, pero ya anticipo que no hay dos sin tres… hasta ahí puedo leer.