Cata Histórica de RIOJA (Parte I)

Tras mucho tiempo de preparativos, cuadres de agenda y demás dificultades típicas habituales en la organización de un evento de estas características, por fin el pasado 15 de Marzo pudimos celebrar una de las catas que más ilusión nos hacía: una cata de los vinos de Rioja a través del tiempo. Me explico: la idea era hacer una cata realmente especial y que fuera representativa de la Rioja histórica, la que ha dado fama a los vinos finos españoles. Pensamos que la mejor manera era que estuvieran representadas las mejores añadas y las grandes bodegas históricas de todos los tiempos y ese fue el criterio usado, tratando de no repetir ni marca ni añada, y poniendo el corte en los años 90. Y diferentes elaboraciones, por lo que incluimos vinos de 5º y 6º año sin indicación de añada (reflejo de algo muy corriente en los 50-70’s), blancos (obligado después de las últimas experiencias) e incluso ¡ un rosado !. Y en lo posible, Grandes Reservas o Reservas Especiales, porque entendemos que, sobretodo en esos años, eran lo mejor de cada casa, donde las bodegas volcaban su mejor uva y todo su saber hacer.

No hace falta decir que fue una dura y dificultosa tarea que nos requirió casi 6 largos meses para poder reunir todas las botellas. Pero el resultado creo sinceramente que fue espectacular y, una vez más, la calidad de los vinos nos dejó boquiabiertos, es increíble ver cómo se conservan estos viejos riojas, parecen estar suspendidos en el tiempo… 

Sinceramente, después de las dificultades antes comentadas, la verdad es que todo se puso de nuestra parte: un precioso día de sol en Segovia y un entorno maravilloso seleccionado por nuestros “anfitriones” Nacho y Álvaro: el antiguo convento de Las Oblatas, precioso edificio histórico que han rehabilitado y que acoge el restaurante Villena y un fantástico hotel. Enorme trabajo el desarrollado allí, durante casi 10 años según nos contaba uno de los socios propietarios, Javier Ayuso, pero que sin duda ha merecido la pena. Además, hay que agradecerle no sólo que se volcara con nosotros desde el principio, ayudándonos en la organización, sino por el privilegio de abrirlo en primicia y en exclusiva para este evento. Incluiré unas fotos en este post para que podáis haceros una idea del espectacular sitio del que disfrutamos, lo que contribuyó aún más sin duda a realzar esta singular y especialísima cata.

Pero a lo que vamos, a la cata. 12 catadores y 20 vinos, que esperaban en posición vertical desde un par de días antes y abiertos con una media hora de antelación (poco, pero como he comentado otras veces, nos gusta ver la evolución en copa de los vinos). Vaya ya por delante que en una sesión de este calibre se cometen grandes “injusticias” no dando a los vinos la atención que sin duda merecen, y los más “jóvenes” y catados al principio parece que palidecen un poco cuando aparecen los “veteranos”.

Empezamos ya el tremendo recorrido de casi cuatro horas que supuso la cata, por orden de “desaparición” de los vinos:

MARQUÉS de MURRIETA Rosado Crianza (años 70). 85% garnacha y resto tempranillo, 7 meses de crianza en depósito + 36 meses en barrica. 
Tremenda rareza, Murrieta dejó de producir rosados a principios de los 80. Color rosa marronoso brillante. Aroma un tanto ajerezado al principio, recordando un tanto a un amontillado jerezano, abriendo con la aireación hacia puntas golosas y ligeramente cítricas, con muy buena acidez en boca y notable complejidad, disfrutable y muy interesante. Buen comienzo [8,6]

RIOJA ALTA Reserva 890 Gran Reserva 89. 90% tempranillo, 10% graciano y mazuelo. 8+84 meses de crianza. 
Uno de los grandes bastiones del clasicismo riojano, con grandes crianzas para lo que se lleva ahora. Y se nota. 
Color rubí con tonos amoratados y ribete ligeramente cobrizo. Un poco tímido al principio, pero con el tiempo desplegó un arsenal aromático y gustativo, gran materia, enorme intensidad y una frescura inusitada para un vino así, con matices balsámicos envolviendo aromas a ciruelas en licor, cacao, ahumados. Ataque potente, carnoso, muy sabroso… en fin, un grandísimo vino con mucha, mucha vida por delante [9,4]

MONTE REAL Gran Reserva 82. 75% tempranillo, 15% mazuelo, 5% garnacha, 2% graciano, 3% variedades blancas. 12+72 meses de crianza. 
Rubí atejado con borde azafranado, muy limpio y brillante. Nariz intensa y de gran calidad, pura tipicidad riojana, con esa finísima reducción marca de la casa (toques terrosos, monte umbrío, setas). Boca ampulosa, muy sabroso, aterciopelado y nada cálido, con una acidez fantásticamente integrada. Un vino en un momento excepcional, redondo, puro disfrute. [9,4]

MARTINEZ LACUESTA Reserva Especial 81. 80% tempranillo, 15% mazuelo, 5% graciano. 18+84 meses de crianza. 
Rubí claro con finos toques marronosos y ribete ligeramente atejado. Nariz no demasiado expresiva, aparecen herbáceos y algún tono metálico. En boca es muy fino y elegante, con taninos presentes pero de calidad, predominando toques animales y especiados. Conociendo el vino y dada la añada, diríamos que está en un momento tonto, aletargado. Habrá que esperarlo unos años [8,9]

MARQUÉS de RISCAL Gran Reserva 78. 90% tempranillo, 10% graciano y mazuelo y algo de viura. 42 meses de crianza. 
Rubí claro con reflejos rojizos y marrones, muy limpio y brillante. Nariz fina, especiada, con fruta negra macerada, tonos terroros. Boca muy fluida, predominan los tonos de cacao y madera fina (cedro), con buena persistencia y longitud, buena acidez. Es un buen Riscal y se bebe muy bien, aguantará todavía unos años sin duda, pero no parece ser de los grandes. [9,1]

IMPERIAL Gran Reserva 73. 75% tempranillo, 15% graciano, 10% mazuelo. 12+36 meses de crianza. 
Un clásico que nunca falla, todas las botellas abiertas de este 73 (y van ya 5 o 6) salen excelentes. Para muchos, la mejor nariz de la cata. 
Rubí de capa media con amplio ribete ligeramente atejado, muy limpio y bonito. Nariz de excepcional clase, fina y compleja, muy franca desde el principio pero evolucionando continuamente, muy frutal (ciruela, confitura de fresas), con puntas cítricas (cáscara de naranja), hojarasca, trufa, deliciosamente especiado, con una intensidad y una cantidad de capas y matices tremendas. 
Ataque firme, con magnífica acidez, magnífica fruta confitada envuelta por esos tonos especiados que evocaba la nariz, con gran estructura y aún con mucha vida por delante. Grande! [9,6]

LAGUNILLA Gran Reserva 70. 85% tempranillo, 15% garnacha. 18+96 meses de crianza. 
Gran clásico, empezando por su etiqueta. Rubí de capa media-baja, muy brillante, con reflejos aún rojizos, muy entero. 
Nariz muy elegante, con muchos tonos especiados, diferente a los vinos catados anteriormente, pimienta, notas húmedas y terrosas, que se imponen a ciertos tonos frutales de fondo. 
Boca muy placentera, muy fino, taninos sedosos, acidez bien integrada, ligeros tonos de barniz, caja de puros y regaliz, con un final largo ligeramente amargoso. 
Pasó un poco desapercibido en general, pero es un gran vino, quizá el exponente más fiel del clasicismo y finura riojanos. [9,3]

VIÑA ARANA 6º Año 70. 70% tempranillo, 30% garnacha, mazuelo, graciano y viura. 10+36 meses de crianza. 
Un vino elaborado como sexto año pero en este caso con indicación de añada. 
Titubeante inicio, hizo incluso pensar que la botella tenía TCA, pero con la aireación fue desapareciendo y el vino fue hacia arriba. 
Rubí marronoso de capa media. Nariz no demasiado intensa, con toques de fruta muy madura, confitada, maderas viejas. EN boca está claramente mejor, muy afinado y pulido, de nuevo con la fruta muy madura y esa buena acidez típica de la casa que lo mantiene vivo y fresco. Sin duda no es la mejor botella de este vino, que en cualquier caso, parece estar un punto por debajo del 73. [8,7]

EXCELSO Gran Reserva 64. 80% tempranillo, 10% garnacha, 10% mazuelo. 18+84 meses de crianza. 
El diseño de la etiqueta, la botella con lacre amplio, el propio nombre… Franco Españolas ponía bien a las clara que este vino era su buque insignia. 
Muy reducido inicialmente, con notas sobremaduras y humedad, fue abriendo y desplegando sus virtudes, con muchos terciarios de inicio, especias (pimienta, vainilla), finas maderas, apareciendo finalmente toques de fruta roja bien madura. 
En boca se muestra muy amplio, con una fina trama que combina peso y acidez en un equilibrio total, con fruta muy madura y quizá un punto dulce de más en comparación con otras botellas probadas anteriormente. 
No es la mejor botella probada, pero este vino es siempre grande y luce a gran nivel. No en vano, como decía, es lo mejor de Franco Españolas, y eso en esos años, es muchísimo. [9,2]

VIÑA TONDONIA Gran Reserva 61. 75% tempranillo, 15% garnacha, 5% graciano, 5% mazuelo. 6+120 meses de crianza. 
Rubí con reflejos aún granates y capa bastante alta para su edad, ligeramente velado y con presencia de precipitados. 
Nariz de media intensidad y complejidad, con una fina reducción inicial, toques muy terrosos y de sotobosque, maderas viejas, caja de puros… 
En boca deja rápido a las claras que es un Tondonia, vigoroso, potente, musculoso, con mucha estructura y esqueleto para aguantar muchos años. Fue de menos a más, un estilo de vino realmente austero, como un monje medieval que escondido en su hábito lleva un guerrero. Requiere tiempo y paciencia, pero es un muy buen vino, sin duda. [9,3]

Hasta aquí la primera parte de esta histórica cata, dejo ahora algunas fotos del sitio donde lo hicimos y de los vinos, merece la pena.

Panel de cata

Las botellas

El sitio - Antiguo convento de Las Oblatas

Entrada al Rest. Villena

Sala de cata

Murrieta Rosado

Rioja Alta Rva. 89 Grva. 89

Monte Real Grva. 82

Martinez Lacuesta Rva. Esp. 81

Marqués de Riscal Grva. 78

Imperial Grva. 73

Lagunilla Grva. 70

Viña Arana 6º Año (1970)

Excelso Grva. 64

Tondonia Grva. 61