El aroma a fósforo en el vino blanco: de defecto a efecto buscado
Leo en un artículo de Jancis Robinson que la característica olfativa de los vinos "reductivos", ese olor a cerillas recién encendidas, ha pasado de ser un efecto secundario del proceso para proteger el vino de la oxidación temprana a un rasgo que ciertos consumidores aprecian como señal de calidad en el vino.
Parece ser que el origen estuvo en una misteriosa oxidación prematura que sufrieron muchos vinos blancos de Borgoña a finales del siglo XX y principios del XXI. El pánico cundió entre los elaboradores que corrieron en la dirección contraria, y los consumidores empezaron a valorar el aroma reductivo como un factor que indicaba que ese vino no iba a estar oxidado.
¿Qué os parece a vosotros? ¿Os importan/molestan/gustan los aromas reductivos en el vino blanco? ¿Son síntoma de calidad en el vino?